Mercadona enfurece a los clientes con el fin de su tarjeta con BBVA

La cadena de supermercados cancela su antigua tarjeta de fidelidad, que gestionaba al BBVA, pero los problemas se acumulan al darla de baja

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Sobre el papel debía ser una cancelación rutinaria, pero el fin de la tarjeta de fidelidad de Mercadona ha desatado la ira de los clientes. La cadena de supermercados tenía previsto dar de baja el servicio al que “no veía sentido” desde hace tiempo, pero la falta de información incluso obligó a los propios clientes a cancelarla por si mismos llamando a BBVA, la entidad que lo gestionaba.

Varios usuarios se expresaron en las redes sociales contra la compañía que preside Juan Roig. Su principal queja, que el banco haya aprovechado para otorgar una nueva tarjeta a los clientes en un movimiento en el que ya nada tiene que ver Mercadona. “Estamos eliminando la tarjeta de forma gradual, si quiere información sobre la nueva tarjeta que ofrece BBVA puede contactar con ellos directamente”, despejan desde los supermercados.

Los ataques se suceden. “Menudo cambio la nueva tarjeta de Mercadona, solo da problemas”, dice uno. “Hace tres días que intento anual la tarjeta que sustituye a la de Mercadona y me tienen en esperado el tiempo”, secunda otro. Y zanja otro: “No he pedido tarjeta alguna a BBVA. No quiero tarjeta. No tengo que estar veinte minutos llamando a BBVA. Estas cosas no deben hacerse, señor Roig”.

«La nueva tarjeta no tiene nada que ver con Mercadona», dice la empresa

Además, otros clientes lamentan la falta de información recibida durante un proceso que, como Economía Digital avanzó en septiembre, hace meses que estaba planificado. “En las tiendas nos han dicho unas cuantas veces que nos llamarán o que nos mandarán una nueva tarjeta de compras, pero nadie nos ha llamado, ni mandado otra tarjeta ni informado por escrito”, advierten.

La respuesta de Mercadona siempre es la misma: «Lamentamos las molestias (…) la nueva tarjeta no tiene nada que ver con Mercadona».

Mercadona: la tarjeta «no tiene sentido»

Fuentes cercanas a la compañía explicaban en su momento a este medio que la tarjeta «no tenía sentido» al comparar sus funciones con las del resto de cadenas de supermercados. Con la tarjeta de DIA se acumulan puntos y se ofrecen cupones, con la de Lidl se avisa a través de una aplicación móvil de los descuentos puntuales y con la de Carrefour se acumula el saldo que se canjea para otras compras. Lo mismo sucede en El Corte Inglés

Sin embargo, Mercadona apenas ofrecía ventajas. Para empezar, ni hablar de descuentos. Y eso que siempre se anunció como la forma «más sencilla, cómoda y segura” de pagar en sus supermercados —basta con pasarla por el código de barras—. Su punto más destacado es que ofrece una financiación de días; un servicio que ya está disponible en muchas otras tarjetas bancarias. 

Así, la empresa carece de alicientes para mantener su tarjeta. Con casi un 25% de cuota de mercado —lo que equivale en la práctica a ser el supermercado favorito de uno de cada cuatro españoles—, según datos de la consultora Kantar, no creen necesario que fidelizar al cliente a base de descuentos mediante la tarjeta sea la fórmula para seguir creciendo.

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