Borja Prado se despide de Endesa: este es su legado
El presidente de la eléctrica española vive este viernes sus últimas horas al frente de la compañía
Tras una década al frente de Endesa, Borja Prado se despide este viernes de una compañía en la que ya se sabe quién será su sustituto. El abogado Juan Sánchez-Calero tomará su relevo mientras él, desde antes de que su final fuera oficial, piensa en cuál será su próximo destino.
Prado dice adiós dejando como legado una empresa cuyo principal objetivo ha sido maximizar el dividendo de su filial española. La compañía se despojado de sus filiales y ha limitado su capacidad de inversión, para beneficiar a su propietario, la italiana Enel.
Prueba de ello es que en su hoja de servicios quedará grabada la cifra de 32.000 millones de euros. Este dinero responde a todo lo que Enel, propietaria de Endesa con un 70% de las acciones, se ha embolsado vía dividendos desde la filial española.
La consecuencia, vista desde el otro lado, ha sido, entre otros, una empresa que ha llegado a endeudarse para cumplir los deseos de su dueño italiano. La deuda financiera neta ascendía a 6.640 millones, el 33% más que a inicios de año, de acuerdo a las últimas cuentas presentadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Filiales bajo mínimos y protestas ante el Gobierno
La política económica de Endesa que ha marcado Enel ha lastrado a otras compañías del grupo, hasta dejar una eléctrica mucho más delgada. Se despojó a la compañía española de algunas de sus filiales más rentables, quedándose con el negocio en Latinoamérica y dejando a Endesa solo el mercado nacional.
La limitación de la capacidad de inversión de Endesa ha sido otro ejemplo. La compañía abandonado posibles inversiones en el extranjero, lo que, según comentaron fuentes cercanas, fue un punto de fricción de Prado con Enel.
No obstante, pese a estas críticas, Prado ha querido taparlas al asegurar durante la junta de accionistas que Endesa es, «de lejos, la eléctrica que más invierte en España». Considera que «nadie hace un esfuerzo mayor que Endesa para combatir la pobreza energética», ha asegurado mientras leía su discurso entre los abucheos de una parte de las accionistas.
Todo este malestar se ha evidenciado tanto dentro como fuera de Endesa. No es de extrañar que los sindicatos, que han sido una de las voces más críticas con la estrategia de Enel, hayan convocado una huelga general de 24 horas en la eléctrica como medida de presión en las negociaciones del nuevo convenio colectivo.
También han llegado críticas desde el propio Gobierno. Ministros del Ejecutivo popular de Mariano Rajoy, como Álvaro Nadal, llegaron a acusar públicamente al grupo italiano de no tener ningún interés en la compañía española y en no invertir lo que debía en el país.