Abertis frena el concurso de la AP-7 y la AP-4
La concesionaria presenta recurso contra la licitación de la AP-7 y la AP-4 sin peajes, lo que paraliza el nuevo contrato de mantenimiento
La guerra hasta ahora fría entre Abertis y el Ministerio de Fomento ya tiene un primer campo de batalla. El gigante de los peajes controlado por el grupo Atlantia y Florentino Pérez ha impugnado los concursos para el mantenimiento de la AP-7 sur y la AP-4, lo que paraliza la adjudicación y dejará la infraestructura en tierra de nadie durante más tiempo. El camino del gobierno de Pedro Sánchez y su ministro de Fomento, José Luis Ábalos, hacia una España sin peajes no para de complicarse.
Fomento publicó el pasado 5 de diciembre la suspensión de la licitación de los cinco contratos que otorgará para la conservación de la AP-7 entre Cambrils (Tarragona) y Alicante y la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Cuatro de los concursos corresponden a la AP-7, dividida por provincias (Tarragona, Castellón, Valencia y Alicante), y el quinto a la AP-4.
El ministerio explica que la suspensión se debe a la presentación de un recurso al pliego de condiciones del concurso, pero no especifica quién ha presentado dicho recurso. Fuentes cercanas a Abertis explican a Economía Digital que ha sido la empresa la que ha paralizado el concurso. De hecho, ya admitió a este medio que lo estaba estudiando.
La empresa que preside Marcelino Fernández Verdes gestiona la AP-7 sur y la AP-4 a través de una de sus concesionarias filiales, Aumar. El contrato vence el 31 de diciembre y el Gobierno no lo va a renovar, como ha hecho en numerosas ocasiones en casos similares, ni lo va a licitar de nuevo como autopista de peaje. Levantará barreras y firmará contratos solo para la conservación y el mantenimiento de la vía, los que ahora se han paralizado. Ya no llegaban para el 1 de enero; ahora se retrasan sine die.
Abertis quiere que Fomento adapte el concurso del mantenimiento de la AP-7 sur y la AP-4 a sus cifras de empleados
Abertis ha recurrido el concurso para aclarar el número de empleados de Aumar que se subrogarán. Es decir, los que seguirán trabajando en las autopistas aunque sea en otra empresa. Son los que hacen trabajos directamente relacionados con la conservación y el mantenimiento. El problema es que el criterio de Fomento y el de la empresa no coinciden y el ministerio, en los pliegos del concurso, proponía la subrogación de 12 empleados menos que los que calculaba Abertis.
Con el recurso, la multinacional dirigida por José Aljaro pretende no solo salvar esos 12 puestos de trabajo sino también el expediente de regulación de empleo para 136 de sus 297 empleados, que pactó el jueves pasado con parte de los sindicatos y que la plantilla está votando esta semana. El ERE se realiza para la plantilla que no será subrogada, pero como Abertis lo presentó antes de conocer las cifras de Fomento, se pasó de optimista.
La discrepancia en la cifra de subrogados es importante porque puede condicionar el éxito del ERE. Si hay 12 empleados que quedan en un limbo legal y laboral, podrían reclamar a Abertis e incluso ir contra el expediente, algo que desde CCOO se están planteando. Si la compañía consigue que Fomento adapte el concurso a sus cifras, se ahorrará este problema, aunque parece poco probable que eso suceda: hinchar con 12 nóminas más los concursos los haría menos atractivos.
Fomento informó de la suspensión de los concursos y no puso fecha a su reanudación. Ahora debe ser el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales el que se pronuncie y, cuando lo haga, el Gobierno publicará en el BOE las nuevas fechas de presentación de las ofertas y de apertura de los sobres. Avisa, no obstante, que las fechas no irán más allá de los diez días tras levantarse las suspensiones pues el recurso solo ataca uno de los puntos del concurso, el del número de empleados a subrogar.
Abertis golpea primero; Fomento contraataca
La presentación del recurso por parte de Abertis abre definitivamente las hostilidades con Fomento. La falta de sintonía se ha hecho evidente durante todo el año, en el que el ministerio de Ábalos trabajaba en la reversión del peaje y, según las fuentes consultadas, le costó encontrar colaboración por parte de la empresa. Los desencuentros fueron constantes respecto al estado de devolución de la vía y el número de empleados a subrogar, hasta el punto de no ponerse de acuerdo y producirse el desajuste que ha llevado ahora a la suspensión temporal del concurso.
Abierta la guerra, Fomento va a tomarse la revancha. El Ministerio deberá firmar un contrato de emergencia con algún operador para que se encargue del mantenimiento hasta la adjudicación definitiva de los cinco tramos de la AP-7 y la AP-4. Inicialmente se daba por hecho que la empresa sería Abertis, pues ya se hizo lo mismo en la AP-1 —Itínere, el gestor hasta la finalización del contrato, se encargó del contrato de emergencia— y es lo que parece tener mayor lógica para evitar un doble traspaso de plantilla y cambio de responsables.
No obstante, parece que esta opción ha quedado ya descartada. Desde la empresa aseguran que, a 20 días para finalizar el año, no tienen noticia del contrato de emergencia, mientras que otras fuentes de las negociaciones aseguran que Fomento está buscando alternativas. En el ministerio no se mojan pero nunca han dicho que el contrato debía ser para la empresa catalana.