Mazón refuerza el respaldo de Vox al tumbar juntos la petición de dimisión de PSOE y Compromís

La hipérbole parlamentaria del PSPV fue llamar a Mazón "yonki de la mentira", mientras Mazón dijo que "para recibir ayuda: nada como ser hermano del presidente" en referencia tanto al de Ximo Puig como al de Pedro Sánchez

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El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha pasado el trámite de la proposición de su dimisión en Les Corts por parte del PSOE y Compromís en el que ha anclado un poco más el respaldo de Vox, que ata con más fuerza su relación con el PP basada en su sólida convicción de confrontación con Pedro Sánchez.

El resultado final de la proposición ha sido de 52 votos en contra (los mismos que el bloque PP-Vox ha logrado en todas las votaciones) frente a 41 de PSPV y Compromis, que en otras votaciones de la misma sesión han sido capaces de sumar 45 votos.

La sesión de control al Gobierno previa a la votación no ha ofrecido más novedad que nuevas dosis de confrontación visceral: PSOE y Compromís centrados en la dimisión de Mazón y el presidente de la Generalitat hablando de la reconstrucción. Las hipérboles parlamentarias de la sesión han sido la de José Muñoz, sindic del PSPV, llamando a Mazón «yonki de la mentira», mientras que Joan Baldoví, su hómologo en Compromís, se ha centrado en el «remordimiento de conciencia» y en llamar a Mazón «presidente amortizado».

La réplica de Mazón, al más puro estilo «y tu más» que ya impregando todo debate paralamentario, ha partido de los datos. «La Generalitat ha pagado el 41% de las ayudas», ha destacado, frente al 7,6% del gobierno central «y no metan ahí los pagos del consorcio». Y a continuación el ataque: «El que sí que ha cobrado las ayudas ha sido el hermano de Ximo Puig, las cobró tan rápido que se va a sentar por falsedad documental y estafa».

A la referencia a Francisco Javier Puig, hermano de Ximo Puig, le llegó otra a David Sánchez, hermano de Pedro Sánchez. «Para recibir ayuda: nada como ser hermano del presidente«, espetó Mazón.

Ante ambas beligerantes y opuestas posturas, el único interés ha sido ver la propuesta de Vox. La negativa al bloque de la izquierda era previsible. «Desprecian a Vox y piden nuestro voto», ha dicho José María Llanos, sindic de Vox, que ha mostrado notable alineamiento con las posturas del PP. Lo ha hecho reproduciendo la línea argumental del PP y las críticas: «Queremos saber el seguimiento de la reconstrucción y que se sepa que Sańchez es un traidor que ha engañado a todos los valencianos».

En un contexto en el que la izquierda busca la dimisión de Mazón y Vox la rechaza, en Les Corts se acerca la presentación del presupuesto autonómico, un examen que si lo aprueba daría notable oxígeno al Consell. Pensando en este futuro hito, el respaldo que tuvo el presidente de la Generalitat desde el grupo parlamentario de Vox fue notable. El mayor problema, de hecho, fue Alfred Castelló, vicepresidente de Les Corts por parte del PP, y que actuó como presidente de Les Corts ante la ausencia de Llanos Massó (Vox).

La sesión se prevía bronca y pareció por momentos que quería apagar los fuegos con gasolina. Las continuas interrupciones desde la Mesa de Les Corts a los participantes no hicieron más que calentar el ambiente provocando nuevas interrupciones mientras parecía empeñado en que el enfrentamiento creciera con total ausencia de mano izquierda.

Vox pidió que la votación sobre la dimisión de Mazón fuera secreta en vez de por llamamiento uno a uno, como quería el bloque de la izquierda. El argumento para hacerlo de manera telemática fue para ahorrar tiempo pero Castelló propuso, dejando claro que era decisión suya, que los votos se harían uno a uno en una urna. La izquierda se frotaba las manos ante un urna que prolongara un sainte que iban a decorar con gritos de «Mazón Dimisión».

Los móviles ya estaban preparados para captar las imágenes desde todos los ángulos cuando Castelló anunció la urna. Pero luego avisó de su retirada y acabó haciendo una votación telemática secreta, es decir, el mismo mecanismo que todas las anteriores pero sin que se viera en la pantalla qué había votado cada diputado. Los cambios sólo sirvieron, como cada vez que hablaba Castelló, para aumentar la tensión en Les Corts. El bloque de PP y Vox sumó en todas las votaciones 52 votos mientras que PSOE y Compromís osciló entre 45 y 46 votos, aunque en la que se refirió a la dimisión de Mazón sólo se registraron 41.

Para enredar más la situación, Alfred Castelló, según relataron fuentes de Compromís, propuso apuntar a mano los votos de los diputados que no habían ejercido su voto por supuestos fallos (ya que antes sí que habían podido votar). Luego se dió cuenta que esta práctica impedía el acuerdo de que el voto fuera secreto, optando por anular los votos no registrados y dando argumentos del descontrol parlamentario que se produjo con un estilo de dirigir Les Corts que sólo ayudó a aumentar el ya de por sí alto nivel de crispación.

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