Mazón copia la estrategia del Puerto de Valencia para el aeropuerto: Que decidan los técnicos de Madrid
El presidente de la Generalitat tiene claro que para Alicante quiere una segunda terminal pero para Valencia opta no pronunciarse sobre la posibilidad de un segundo aeropuerto mientras el de Castellón sigue claramente infrautilizado
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quiere evitar el enfrentamiento directo con el ministro de Transportes, Óscar Puente. Esta estrategia fue la que permitió desbloquear la ampliación del Puerto de Valencia y la ahora se va a intentar repetir con el aeropuerto. La clave es que sean los técnicos de Madrid los que decidan e intentar evitar el enfrentamiento político.
Para la ampliación del Puerto de Valencia, cuyas obras se aprobaron en diciembre del año pasado por el consejo de ministros aunque el dique de abrigo de la futura terminal norte lleva hecho desde 2012, Mazón quiere borrar los deseos políticos para que primen las soluciones técnicas.
En el caso de la ampliación del Puerto de Valencia, para el puesto político de la presidencia de la Autoridad Portuaria de Valencia, Mazón eligió a una técnica, Mar Chao, bien relacionada con el presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, para que, entre técnicos, le dijeran al ministro de Transportes que decidiera lo que técnicamente procedía, que es lo que interesa a Valencia.
La estrategia ahora se repite con la Cámara de Comercio, que es donde trabajaba Carlos Mazón antes de ser primero presidente de la Diputación de Alicante y después de la Generalitat Valenciana. La sintonía entre Cámara y Mazón es evidente. Las primeras palabras ayer de José Vicente Morata, presidente de Cámara de Comercio de Valencia y del consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, fueron para incidir que la función de las Cámaras es hacer informes, es decir, la herramienta que necesita Mazón.
Aunque el informe se titula «Estudio de la necesidad de la ampliación del aeropuerto de Valencia» y Mazón incidió en que «cada día sin la ampliación del aeropuerto de Manises es un error en empleo y en competitividad para la Comunitat Valenciana», el presidente de la Generalitat no detalló qué está pidiendo exactamente.
En el caso de Alicante, donde la Cámara de Comercio presentará un informe el 8 de mayo para pedir la segunda terminal del aeropuerto, no hay duda en la reivindicación pero para Valencia Mazón fue mucho más difuso. Se centró en aumentar «la capacidad aeroportuaria» pero rechazó pronunciarse sobre si a ello se llega con un segundo aeropuerto en la provincia o con la ampliación del de Manises, donde el ayuntamiento (de alcalde socialista que necesita a Podemos y a Compromís) ha mostrado ya su rechazo frontal.
La postura de Mazón constrasta con el interés mostrado por parte del presidente de la CEV, Salvador Navarro, de que la solución a la necesidad de una mayor capacidad aeroportuaria se resuelva con una nueva instalación. Las normas generalmente aceptadas hablan de que la distancia entre dos aeropuertos no debería ser inferior a los 100 kilómetros.
Entre el de Valencia y el de Castellón hay algo más de 110 kilómetros, por lo que al norte de la provincia de Valencia es donde menos opciones habría a priori. Uno de los puntos intermedios podría ser donde se va a levantar la gigafactoría de PowerC, filial de Volkswagen en Sagunto. Ryanair ya ha planteado al fabricante alemán que si necesita conectividad entre Alemania y Sagunto prefieren usar el aeropuerto de Castellón. Las tasas de esta instalación autonómica son más económicas que las de AENA.
La otra opción sería irse al otro extremo de la provincia de Valencia, entre Gandia y Oliva. La distancia entre los aeropuertos de Manises y El Altet roza los 180 kilómetros, por lo que ponerlo en medio incumpliría la norma de los 100 kilómetros. Dentro de la administración valenciana se matiza que tampoco hay que ser muy exquisitos con esa romendación genérica y hay que atender a la realidad del territorio. Ese punto es donde empieza, con crecimiento exponencial hasta llegar a Benidorm, la mayor concentración turismo de sol y playa de la Comunidad Valenciana.
Como tercera opción queda descartado este por el mar. Analizado norte y sur, queda por explorar la zona de Requena, que carece de los elementos turísticos antes mencionados e incorpora como principal ventaja logística la parada del AVE en el trayecto entre Valencia y Madrid. Esta red ferroviaria es especialmente significativa si se compara con enorme deficiencia que tienen los aeropuertos de El Altet y Castellón, ambos sin conexión ferroviaria. Ambos aeropuertos ahora pendientes de ampliación tienen la esperanza de que, una vez finalizadas las obras del Corredor Mediterráneo, pudieran contar con una conexión fiable y competitiva en los traslados entre norte y sur de la Comunidad Valenciana.