La sucesión de sequías en países del área mediterránea no es nueva. Siempre hemos convivido con periodos de escasez de agua y nuestras vidas se han ido adaptando a situaciones extremas. Desde el 31 de enero de 2024 estamos oficialmente inmersos en una sequía, que ya dura años, y regiones como Cataluña y Andalucía ya han adoptado medidas urgentes.
El agua que consumimos procede de los ríos, los embalses, y las aguas subterráneas. También se incorpora de otras opciones como son el agua desalada o el agua regenerada. La distribución en los usos del agua, también la tenemos más o menos hecha de forma general, el 80% para la agricultura, el 15% para la población y el 5% restante para la industria. Pero y el turismo, ¿dónde encaja en esta distribución?
Por definición, las áreas de destinos turísticos en la Comunitat Valenciana, que de por sí, llevan años aplicando medidas de contingencia y de responsabilidad en el uso del agua, consumen agua que procede en la mitad del volumen de desaladoras, de aguas freáticas, y de aguas regeneradas, y encima se disponen de ratios de consumo de agua en las actividades turísticas avalados por las medidas de ahorro adoptadas, y las mejoras en las infraestructuras de consumo hídrico. Concretamente 150Hm3/ de agua consumida es de agua reutilizada, y también podemos establecer que el 20% de la demanda urbana bruta es recuperada.
Y si hablamos del caso de Benidorm, plaza turística por excelencia, con 41.000 plazas hoteleras, una ocupación media del 80% todo el año, y con datos de pernoctaciones por encima de los 15 millones en 2023, los datos del consumo de agua solo pueden avalar una gestión impecable con una eficiencia de la red de distribución de un 96%.
En 25 años, y contando con 40% más de población y al menos un 26% más de pernoctaciones, ha conseguido reducir su consumo de agua en un 18%. Solo en hoteles el dato de reducción de consumo en el último año se establece en un 8% en m3/persona/día.
Pero esto no relaja al sector turístico. Al revés, toda participación en la adopción de medidas en caso de emergencia, será ejemplar, porque el turista es nuestro valor para generar riqueza en los territorios, presentarle nuestros recursos turísticos, nuestras playas, ciudades, oferta cultural y gastronómica, y generar un impacto transversal en toda nuestra cadena de valor. Desde nuestro proveedor de alimentación, a los más de 22.000 personas empleadas solo directamente en el sector de alojamiento turístico.
En el uso del agua, todos somos responsables de cada litro consumido, y al turista hay que hacerle conocer cuánto cuesta disfrutar de cada gota de agua en nuestros destinos turísticos, pero también tenemos que valorar que cada gota invertida en turismo tiene un rendimiento en otros muchos factores de nuestra sociedad.
Nuestro 16% de PIB en la Comunitat Valenciana representado por la actividad turística está muy influenciado por las políticas hídricas de nuestro territorio, pongamos en valor lo que tenemos bien hecho, y mejoremos con la participación de todas las partes implicadas el uso de cada gota de agua.