Winter is coming

A pesar de los récords de visitas y las mejoras en infraestructuras hay que estar alerta ante los problemas que se asoman en el horizonte para los próximos meses

Foto EFE-Morell

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Tras unos años convulsos por la pandemia todo hacía presagiar que por fin el 2023 iba a ser el año de verdadera normalidad. El año empezó con fuerza, cargado de eventos que acumulaban ganas e ilusión a partes iguales. No en vano, hemos sacrificado parte de nuestra identidad en pos de la seguridad y salud por culpa del covid-19.

Este año tocaba, y los turistas estaban listos y preparados, bien formados en la primera línea de la parrilla de salida para disfrutar a nuestro lado de un 2023 con fallas de verdad, con un Benidorm Fest de verdad, con carnavales, magdalena, hogueras, tomatinas, y un largo etcétera de acontecimientos que hacen las delicias de quienes nos visitan.

Una oportunidad única

Por nuestra parte también habíamos hecho los deberes. Unos años de actividad irregular que ha supuesto una oportunidad única para reposicionar y mejorar nuestros productos turísticos. La planta alojativa de la comunidad valenciana ha experimentado, en su peor momento, la mayor inversión por parte del empresariado. Ese que demasiado a menudo se cuestiona, pero siempre demuestra estar a la altura.

Hoteles, campings, apartamentos, cada día que pasa acumulamos más estrellas, más categoría, más calidad, más innovación, en un círculo virtuoso que espero no verle freno. Solo en Benidorm durante el año 2021 se pusieron en marcha proyecto de renovación e inversión hotelera por valor de 300 millones de euros.  

El ocaso del low cost

Dicen que la suerte es la encrucijada entre la preparación y la oportunidad. Justo en ese punto estaba nuestro sector. Esperando la vuelta de sus mercados internacionales, sin ellos la actividad es sencillamente inviable. Más de 80 millones de turistas extranjeros visitan nuestro país, o lo que es lo mismo, dos Españas, casi nada.

Hemos recuperados todos los mercados emisores menos el ruso y el ucraniano, lamentablemente. A la desgracia de esa maldita invasión se suma el aumento imparable de costes que es realmente preocupante en todos los ámbitos. Los billetes de avión están en precios récord. Viajar al Caribe o al sudeste asiático está al alcance de muy pocos, y la escapada en coche “al levante” gana enteros… y además es más sostenible, donde va a parar.

“La Comunidad Valenciana es la mejor del país para desarrollar una carrera profesional turística”

¿Vivimos el ocaso del low cost travel? En Europa probablemente. Será difícil volver a ver vuelos a 30 o 40 euros, y con el aumento brutal de costes laborales no podemos competir con otras potencias turísticas. Costes laborales ojo, no salariales, en ese aspecto no hay discusión, las tres provincias han cerrado convenios colectivos con aumentos por encima del 10, 11 incluso 12% para los próximos años.

Una gran noticia que nos posiciona como la mejor comunidad del país para desarrollar una carrera profesional turística. Los salarios no son un problema, el problema son la locura de costes de seguridad social, de falsas bajas médicas, de absentismo, de falta de flexibilidad y empleabilidad de personas que, estando dispuestas a trabajar y producir, no se les permite.

La incertidumbre de 2024

El 2023 ha sido un buen año, sin duda, pero ya estamos en la recta final y encaramos un 2024 del que no sabemos que esperar. ¿Aún priorizaremos el ocio y los viajes? ¿a los amigos y a la familia por encima de los bienes materiales? ¿O las lecciones de la pandemia se olvidarán y pasarán de moda? ¿Y la economía?

Los alimentos no dejan de subir y en España no llueve, Ucrania, el granero de Europa, bajo el yugo del invasor y la India protegiendo sus exportaciones. Mal síntoma. La inflación en Europa sigue sin control y todos mantenemos un ojo (o mejor los dos) en el Banco Central Europeo. Los datos de empleo por lo menos son buenos ¿no? Si fueran verdad si claro, pero ¿quién se los cree a estas alturas?

¿Y el programa Imserso? ¿Conseguirá el ministerio de malestar social acabar con él definitivamente? Desde luego se están dedicando en cuerpo y alma a ello. La factura social no es cualquier cosa, más de 13.000 puestos de trabajo en la Comunitat Valenciana tirados y en torno a 51 hoteles en coma.

¿Y que me dicen de los taxis? ¿Los recuerdan? Eran esos coches que nos llevaban a los sitios con una luz verde en el techo. ¿Dónde están? ¿Se los ha tragado la tierra? ¿ Cómo puede ser que dispongamos de instalaciones aeroportuarias multimillonarias de primer nivel, líneas de alta velocidad que con conectan con gran parte del territorio nacional (aunque no lo haga en la Comunitat), hacemos campañas promocionales internacionales, atraemos con éxito a millones de turistas, y luego todos quedan horas abandonados en terminales sin transporte? Qué triste es comprarse un gran coche y no poder permitirse la gasolina. Más que triste es estúpido.

Cuidado con el invierno

Así es, no es oro todo lo que reluce. La temporada de verano ha sido un éxito, sí, pero “winter is coming”, prudencia. 2024 será un gran año, seguro. Pero, de nuevo, que nos pille la suerte con los pies bien anclados en tierra. Volvamos de nuevo a hacer los deberes, a prepararnos como toca y en cuanto suba el telón será, otra vez más, nuestro momento.

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