Todo está conectado
Todas las noticias configuran conjuntamente un escenario político, social y comercial extraordinariamente complejo en el que tenemos que desarrollar nuestra actividad
Hace apenas unos días, conocimos una noticia de gran relevancia para el sector agrario valenciano en general, y para los productores de kaki en particular. Me refiero, como algunos de ustedes habrán deducido, de la salida desde el puerto de Algeciras de un cargamento de kaki Persimon Rojo Brillante en dirección a China, que llegará al país asiático el próximo 16 de enero.
El protocolo bilateral entre España y China, acordado durante el primer trimestre del año y sellado el pasado 28 de noviembre, establece las condiciones para que los kakis españoles accedan a un mercado especialmente atractivo y en el que se quiere tener presencia desde hace años.
Entre esas condiciones, se incluye la obligatoriedad del tratamiento en frío a cero grados, que nuestros exportadores cumplirán rigurosamente. Es decir, una vez más vamos a ser ejemplares en todo lo referente a la producción, a la confección y al envío de los productos exportados, lo que demuestra nuestra seriedad como país proveedor. Algo que, desafortunadamente, no podemos decir de todos los países que envían sus productos al mercado comunitario.
«Falsa Polilla»
Siguiendo en esta línea, y repasando la revista de prensa, encontramos otra noticia relevante, pero en este caso por la preocupación que genera: la detección de un cargamento de granadas procedente de Marruecos contaminado con Thaumatotibia leucotreta o “falsa polilla”. Con esta detección, los tres de los principales exportadores de productos hortofrutícolas a la UE (Sudáfrica, Marruecos e Israel) padecen esta plaga, lo hayan declarado oficialmente o no.
Sin embargo, la Comisión no les exige la realización del tratamiento en frío que China ha incluido en el mencionado protocolo para exportar kakis. Bueno, en el caso de Sudáfrica lo pide únicamente para las naranjas, no para otros cítricos o frutas que podrían ser hospedantes, con el riesgo que ello supone de introducción en las fronteras comunitarias de plagas y enfermedades de los cultivos de las que actualmente estamos libres.
¿Seremos capaces en algún momento de imponer las mismas condiciones a otros países que se nos exigen a nosotros para producir o para exportar nuestros productos? Sería, sin duda, un ejercicio de justicia. El hecho de poder competir en los mercados con las mismas reglas de juego sería sin duda beneficioso para nuestro sector. De momento, no obstante, la balanza se decanta del lado de tener más exigencias e imponer menos condiciones.
Corredor Mediterráneo
Hay un par de noticias más de la revista de prensa que me gustaría destacar, y que están relacionadas también con nuestra actividad comercial. Por un lado, la movilización del empresariado y la sociedad civil española reclamando la finalización de las obras del Corredor Mediterráneo. Alrededor de 1.800 representantes de organizaciones y empresas de diferentes sectores nos reunimos en IFEMA para conocer con detalle el estado de los trabajos, tramo por tramo, y para mostrar una vez más la necesidad de que esta vital infraestructura de comunicaciones entre en servicio lo antes posible.
Lo que sucede en la otra punta del mundo puede afectar de manera notable a nuestra actividad
El Corredor Mediterráneo debe impulsar nuestra competitividad, reduciendo nuestros costes y mejorando los tiempos de tránsito de nuestros productos hacia países clave en nuestra actividad exportadora. El mensaje que transmitimos en aquel acto es claro: ya llevamos mucho retraso, demasiado, y no podemos permitirnos perder más tiempo.
La otra noticia que quería destacar es la negativa de los grandes operadores marítimos de mercancías a transitar por el Mar Rojo, toda vez que las derivadas del conflicto en Gaza se han recrudecido con los ataques de hutíes a barcos que navegan próximos a las costas de Yemen. Todos los conflictos geopolíticos y las tensiones bélicas que sacuden el planeta tienen su impacto en los mercados y en los flujos comerciales. Es lo que tiene la globalización y la creciente interconexión e interdependencia que genera. Lo que sucede en la otra punta del mundo puede afectar de manera notable a nuestra actividad: materias no disponibles, suministros e insumos más caros, mercados de destino cerrados o restringidos, mayores dificultades y costes logísticos…
Aparentemente, todas las noticias que he reseñado en esta breve revista de prensa son independientes entre sí, pero al mismo tiempo están conectadas, de forma que configuran conjuntamente un escenario político, social y comercial extraordinariamente complejo en el que tenemos que desarrollar nuestra actividad. Como si no tuviéramos suficiente con preocuparnos día a día por obtener el mejor rendimiento posible de nuestras explotaciones…
Quisiera, por último, aprovechar el cierre de este artículo de opinión para desear a las personas que leen Economía Digital unas felices fiestas y un próspero año 2024.