Sostenibilidad 2025: un enfoque empresarial hacia la rentabilidad y el impacto
Las empresas necesitan saber no solo las obligaciones que tienen que cumplir, sino también el potencial retorno.
La sostenibilidad, como otras decisiones empresariales, se puede abordar como un proceso que hay que cumplir o buscando un aporte al negocio y, el nuevo marco de reporting, va a enfrentar a las compañías de una manera muy seria a decidir entre uno de estos dos enfoques.
Este dilema no es nuevo para las personas que tienen que decidir y liderar la evolución de una compañía. A nivel de negocio, fue común esta reflexión respecto a cómo afrontar los temas de calidad, ¿aprovechamos para mejorar los procesos o se convierte en pura burocracia y un coste sin retorno?
Esta misma reflexión es la que le toca ahora hacer a los órganos de gobierno de las empresas y sus equipos de sostenibilidad. Y, para ello, necesitan saber no solo las obligaciones que tienen que cumplir, sino también el potencial retorno.
Respecto a las obligaciones a cumplir, no nos vamos a engañar, son exigentes. El nuevo marco de reporting obliga a las compañías a profundizar en calidad, extensión y complejidad respecto a su transparencia. Por otro lado, otras normativas que las empresas tendrán que aplicar en los próximos años ponen el foco en qué está haciendo en realidad para mejorar su impacto social y medioambiental. Ambos aspectos, reporting y comportamiento, tendrán que ser coherentes y se ponen en marcha nuevos mecanismos para comprobarlo.
Las decisiones, como en otros ámbitos de negocio, pasan por reducir los riesgos y maximizar las oportunidades
En el alcance de estas obligaciones están todas las empresas que cumplan, al menos, dos de estas tres condiciones y las mantengan durante 2 años consecutivos: tener más 250 empleados, 50 millones de facturación y 25 millones de activos. Pero también afectará a todas las compañías que, sin cumplir con estas condiciones, tengan relación comercial con las anteriores formando parte de su cadena de valor, independientemente de su tamaño.
Las decisiones, como en otros ámbitos de negocio, pasan por reducir los riesgos y maximizar las oportunidades que la integración de la sostenibilidad puede aportar a una compañía.
Beneficios de invertir en sostenibilidad
¿Y cuáles son estos beneficios que podrán obtener las compañías que inviertan en avanzar en su sostenibilidad? Fundamentalmente, mantenimiento de clientes y de cuota de mercado, mejora de la resiliencia de su modelo de negocio, mayores oportunidades de acceso a inversión y financiación y mejores condiciones de aseguramiento. Adicionalmente, otros beneficios pueden ser la captación y retención del talento y la mejora de la reputación.
En la cara más amarga, están las penalizaciones. Las más importantes, las del mercado: pérdida de clientes ante la competencia o por no cumplir los criterios de screening como proveedores, reducción de ventas en el porfolio no alineado con la taxonomía ambiental, impacto reputacional y de valor de marca, mayores costes en la financiación y primas de seguro y pérdida de oportunidades de inversión. Por otro lado, las multas por incumplimiento, que pueden llegar al 5% del volumen neto de negocio de la compañía.
Pero, además, como hemos visto estos días en Valencia, aspectos de sostenibilidad, como la adaptación al cambio climático, tienen consecuencias reales para las personas y la economía. Identificar esos riesgos y un proceso de adaptación para ellos pasará a ser un elemento esencial para cualquier compañía.
Esfuerzo con recompensa
Para conocer el esfuerzo que la compañía tiene que realizar será esencial realizar un análisis de doble materialidad. Este ejercicio es obligatorio permite conocer qué aspectos de la sostenibilidad son relevantes para la compañía en concreto, así como cuál es su impacto financiero, identificando impactos, riesgos y oportunidades (los denominados IROs).
Para las compañías complejas que se enfrentan a estos ejercicios, en ocasiones complicados, la tecnología es el mejor aliado, a nadie se le ocurriría llevar las cuentas de una compañía de cierta envergadura con un simple Excel, ¿verdad? Tener el control de los datos, gestionarlos para tomar las mejores decisiones y eficientar los procesos es algo que debe tener en el punto de mira cualquier organización que quiera una gestión estratégica de la sostenibilidad y busque su retorno en el valor de la compañía.
El éxito de la sostenibilidad es hacer mejores empresas, más rentables, más resilientes y con un valor reconocido. Y sí, supone un esfuerzo, con recompensa.