Un riesgo inasumible que podría acabar con nuestra citricultura 

Sudáfrica es el principal proveedor extracomunitario de cítricos para la Unión Europea, pero también el país con más interceptaciones de plagas y enfermedades vegetales

Una caja de naranjas. Foto: Freepik.

Una caja de naranjas. Foto: Freepik.

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El comercio de cítricos en la Unión Europea se enfrenta a una serie de desafíos significativos, que incluyen la competencia desleal, riesgos de seguridad alimentaria y fitosanitarios o la falta de reciprocidad en las normativas sociales, labores y medioambientales y de producción. A pesar de estos obstáculos, el sector citrícola español ha mantenido su liderazgo mundial en la comercialización de cítricos en fresco durante décadas.

Sudáfrica es el principal proveedor extracomunitario de cítricos para la Unión Europea, pero también el país con más interceptaciones de plagas y enfermedades vegetales.

En 2023, de las 77 interceptaciones de Mancha Negra en cítricos importados en la UE, 51 eran de cítricos sudafricanos, el número más alto desde que se tienen registros. En total, Sudáfrica fue responsable de 56 de las 147 interceptaciones de organismos nocivos en cítricos importados en la UE ese año.

Todos sabemos que Sudáfrica tiene un grave problema de Mancha Negra que, o no trata suficientemente o no lo hace con los fungicidas de eficacia probada en campo. O ambas cosas. Y en 2023 se ha visto agravado por las lluvias torrenciales e inundaciones que se produjeron en junio. Y eso nada tiene que ver con el manido recurso a los “falsos positivos”, “notificaciones erróneas” y cuestionar la precisión y fiabilidad de la identificación de plagas por parte de los Servicios Oficiales de Inspección Fitosanitaria de los países miembros de la UE.

No obstante, más allá de la Mancha Negra, considerada una enfermedad cuarentenaria y prioritaria en la UE que afecta a la calidad del fruto y causa pérdidas económicas significativas, otro de los mayores riesgos fitosanitarios al que nos enfrentamos desde el sector citrícola es el HLB o Greening, una enfermedad verdaderamente devastadora para la cual no existe cura y que podría destruir la citricultura española en pocos años. Esta enfermedad está presente en los principales países productores, pero no en la UE ni en la región del Mediterráneo. 

El HLB causa manchas amarillas en las hojas, frutos pequeños y deformes, y puede llevar a la muerte de los árboles al bloquear la circulación de la savia. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Común de Investigación (JRC) han realizado estudios detallados sobre el impacto económico y medioambiental de esta enfermedad, lo que respalda su clasificación como una amenaza prioritaria.

Todos sabemos que Sudáfrica tiene un grave problema de Mancha Negra que, o no trata suficientemente o no lo hace con los fungicidas de eficacia probada en campo

Pues bien, el pasado mayo, el Citrus Research International (CRI), centro de investigación citrícola de referencia de Sudáfrica cofinanciado por la propia Citrus Growers’ Association, reconoció la reaparición del HLB en una amplia zona de hasta 15 km del municipio de Gqeberha (provincia de Eastern Cape, en el sureste del país), en jardines particulares con naranjos y limoneros.

Una muestra más de lo que llevamos años advirtiendo: Sudáfrica no es un proveedor de cítricos fiable para la UE y sus autoridades no tienen credibilidad alguna en materia de sanidad vegetal.

Y no podemos hablar de Mancha Negra y Greening sin mencionar otra plaga que entraña un enorme peligro para la citricultura, la llamada Falsa Polilla. La UE ha impuesto un tratamiento de frío obligatorio para las naranjas procedentes de países con Falsa Polilla. Sin embargo, Sudáfrica ha sido señalada por incumplir de modo reiterado este protocolo.

El tratamiento requiere enfriar la parte central de la fruta a la temperatura especificada, pero Sudáfrica se ha limitado a enfriar el contenedor, lo que no garantiza la eficacia del proceso.

En este contexto, se ha solicitado a la UE que solo permita la importación de frutos cítricos de zonas libres de Mancha Negra en Sudáfrica, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos. Además, se ha planteado un cierre automático de las importaciones si se detecta una interceptación de envíos contaminados, así como el uso de fungicidas específicos y efectivos para el control de la enfermedad.

La UE, además, debería considerar seriamente la implementación de controles en origen por inspectores europeos independientes, ya que es mucho lo que está en juego como se ha comentado en reiteradas ocasiones. Y, por supuesto, se debe exigir el cumplimiento del tratamiento de frío en tránsito para las naranjas y la verificación de su cumplimiento.

Sudáfrica no es un proveedor de cítricos fiable para la UE y sus autoridades no tienen credibilidad alguna en materia de sanidad vegetal

Las relaciones entre Europa y Sudáfrica en el ámbito citrícola han sido tensas durante años. El riesgo fitosanitario, por razones obvias, es una preocupación constante y creciente debido a la globalización y al movimiento masivo de material vegetal; una amenaza real no solo para los cítricos europeos, sino también para otros cultivos y ecosistemas naturales.

Asimismo, debemos de ser conscientes de que la actividad comercial de los productores europeos se basa en la fitosanidad y la competitividad de sus productos, que enfrentan los mayores costes de producción y comercialización a nivel mundial. Por tanto, la introducción de cualquier patógeno aumentaría estos costes, afectando la competitividad y sostenibilidad del sector.

En definitiva, la UE debe exigir medidas más estrictas a Sudáfrica para controlar sus plagas y enfermedades, y proteger la citricultura europea.

GRAFCVA5678. VALENCIA, 10/05/2022.-Un agricultor fumiga con su tractor un campo de hortalizas en el área metropolitana de valencia.EFE/ Kai Forsterling

Además, una competencia justa requiere que los productos agrícolas importados cumplan con los mismos estándares ambientales y de seguridad alimentaria que los producidos dentro de la UE. Actualmente, esto no siempre se cumple, permitiendo importaciones bajo estándares menos estrictos.

Es fundamental que la UE implemente medidas espejo para asegurar una competencia justa y salvaguardar así la citricultura española presente y futura, un sector, no lo olvidemos, que genera una producción anual con un valor superior a los 4.700 millones de euros, y 200.000 empleos directos (recolección, manipulado, confección, envasado y comercialización), a los que hay que sumar otros 80.000 empleos equivalentes a tiempo completo en las explotaciones citrícolas de nuestro país.

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