Retos económicos y desafíos a los que se enfrenta la economía de la Comunidad Valenciana

“La principal debilidad es el tamaño de las empresas valencianas, compuesto en un porcentaje muy elevado por micro, pequeñas y medianas empresas, que componen un tejido empresarial desestructurado y nos sitúa en posición de mayor debilidad”

La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) presenta los datos de la segunda edición del Barómetro del Empresario, que determina qué aportan los empresarios a la sociedad y cómo les valora la ciudadanía, con la participación de Vicente Boluda, Lorenzo Amor, Ricard Camarena, Dolores Font, Lara Guerrero, Narciso Michavila, Toño Pons y Fernando Trías de Bes.

Foto: EFE/Biel Aliño

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La situación económica y financiera de la Comunidad Valenciana y sus empresas es una cuestión que inquieta, como es natural, no solo a los agentes económicos del territorio, si no a la sociedad valenciana en su conjunto. Mi experiencia como consejera delegada de una empresa diversificada en varios sectores con más de 78 años de historia, mi participación en AVE y el sentido común me permite formarme una opinión sobre el estado de la cuestión.

Para empezar, examinemos nuestras debilidades. La principal es el tamaño de las empresas valencianas, compuesto en un porcentaje muy elevado por micro, pequeñas y medianas empresas, que componen un tejido empresarial desestructurado y nos sitúa en posición de mayor debilidad para afrontar una posible coyuntura adversa y cierto agravio comparativo en cuanto a las economías de escala generadas así como una mayor dificultad en términos de inversión, innovación e internacionalización en un mercado marcado por la globalización y los avances tecnológicos.

En cuanto a los sectores tradicionales, ya hace algunos años que el abandono progresivo de la actividad agraria (con el consiguiente deterioro medioambiental) e industrial es una realidad. En consecuencia, la valenciana es una economía basada esencialmente en el sector servicios (fundamentalmente el turismo).

La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) presenta los datos de la segunda edición del Barómetro del Empresario, que determina qué aportan los empresarios a la sociedad y cómo les valora la ciudadanía, con la participación de Vicente Boluda, Lorenzo Amor, Ricard Camarena, Dolores Font, Lara Guerrero, Narciso Michavila, Toño Pons y Fernando Trías de Bes.
Foto: EFE/Biel Aliño

Esta dependencia excesiva del turismo provoca una vulnerabilidad ligada a los cambios estacionales, el cambio climático, la competencia de destinos emergentes y la situación política internacional. La saturación en determinadas zonas turísticas puede afectar negativamente a la experiencia del visitante, la sostenibilidad medioambiental e incluso la calidad de vida de los valencianos.

La estructura financiera tampoco aporta un contexto positivo: tras la crisis financiera ya no contamos con sistema financiero propio suficientemente robusto. Si bien es cierto que dos grandes bancos españoles están domiciliados en la Comunidad Valenciana, sus centros de decisión desgraciadamente no se ubican ni en Valencia ni en Alicante.

Las infraestructuras se siguen viendo gravemente afectada por el retraso en el proyecto del Corredor Mediterráneo, que perjudica el desarrollo necesario tanto en transporte de mercancías como de personas para mantener la competitividad en el mercado, principalmente a los puertos de Sagunto y Valencia, que juntos representan uno de los mayores polos comerciales del Mediterráneo.

«Esta dependencia excesiva del turismo provoca una vulnerabilidad ligada a los cambios estacionales, el cambio climático, la competencia de destinos emergentes y la situación política internacional»

Por último, la sociedad valenciana no es por definición una sociedad reivindicativa que unido a un bajo nivel de asociacionismo conlleva una falta de implicación en proyectos de liderazgo social que serían un gran impulso para el contexto social y empresarial.

En cuanto a las amenazas a las que se enfrenta la Comunidad son, en muchos casos, comunes al resto del país. Sin embargo, algunas como el desfavorable sistema de financiación autonómica junto a importante incremento del número de habitantes, la escasez de vivienda y el auge de precios de los alquileres, agrava nuestra situación tanto a nivel económico, social y cultural.

La dependencia energética es otra amenaza común que junto al cambio climático puede conducir a contextos como el vivido en 2023 de fuertes incrementos de facturas energéticas con graves consecuencias tanto para la población como para las empresas e industria.

Fortalezas y posibilidades

Sin embargo, no todo es negativo. La Comunidad Valenciana también cuenta con fortalezas y oportunidades. Para empezar, su ubicación estratégica privilegiada: situada en el eje central Mediterráneo occidental es un gran atractivo para personas y actividad económica. Si bien la mayor parte de la población está concentrada en la franja costera, grandes e importantes núcleos de población y actividad se sitúan repartidas a lo largo y ancho de todo el territorio.

El nivel de calidad de vida, compuesto de un entorno medioambiental atractivo y seguro, una sociedad abierta y tolerante y una amplia gama de servicios a la persona de los que gozamos, hacen de nuestra Comunidad un lugar ideal para vivir.

No debemos olvidarnos de la cultura emprendedora de los valencianos, tradicionalmente una zona con una base empresarial amplia y variada, con origen en la propiedad repartida de la tierra y las escasas barreras de entrada durante el desarrollo industrial del siglo XX.

Especialización y adaptación

De ese modo, existen distintos clústeres industriales consolidados que se distinguen no solo por su liderazgo productivo sino también por la capacidad de adaptación a los cambios del entorno. Sistemas productivos que definen la escala de valor de cada producto desde la gestión y tratamiento de la materia prima hasta el acabado y la comercialización pasando por el diseño, producción de componentes, química aplicada, logística, maquinaria, reparación y mantenimiento.

Este alto grado de desarrollo y especialización facilita la adaptación al cambio producido por la globalización frente a la competencia de los países emergentes por la vía de la calidad y la innovación.

La infraestructura valenciana y su territorio

El sistema de infraestructuras valenciano y su intermodalidad suponen una fortaleza a pesar del Corredor Mediterráneo. La ubicación de nuestros puertos, clave en líneas que unen Europa con Asia, y la conexión con ciudades relevantes como Madrid, hacen que tenga gran influencia en las comunicaciones, el turismo, la actividad logística y la atracción de inversiones.

La autopista A7 que nos conecta directamente con la frontera francesa constituye igualmente un eje de comunicación esencial para el turismo y el desarrollo de las empresas. Tampoco debemos olvidar los aeropuertos, puerta de entrada de millones de pasajeros, y las grandes infraestructuras culturales, eventos deportivos y de ocio, algunas de las cuales, como el Palau de les Arts o la Maratón de Valencia, nos otorgan un merecido aprecio internacional.

La Comunidad Valenciana puede generar ventajas competitivas en algunas actividades emergentes y de futuro siempre y cuando seamos capaces de promoverlas. Algunos de estos sectores incluso pueden estar relacionados a actividades más tradicionales en los que hemos sido exitosos como el sector de la automoción o el sector agroalimentario y la distribución en los que contamos con empresas lideres y poderosas.

«La ubicación de nuestros puertos, clave en líneas que unen Europa con Asia, y la conexión con ciudades relevantes como Madrid, hacen que tenga gran influencia»

El territorio tiene el potencial de diversificar su economía, explorando sectores como la tecnología, la innovación y la industria creativa. En los últimos años, han surgido hubs y aceleradoras de empresas en Valencia y Alicante que nos están poniendo en el mapa de los ecosistemas emprendedores. Esta inversión y esfuerzo por la innovación impulsa nuestra competitividad, atrae talento y abre nuevas oportunidades.

Este sería un breve repaso por las que, en mi opinión, son las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la Comunidad Valenciana. Si queremos seguir impulsando el desarrollo económico y empresarial debemos centrarnos principalmente en las fortalezas y oportunidades, que nos dan el campo de acción para crecer y asegurar un futuro próspero y sostenible tanto para nuestro territorio, ciudadanos, visitantes y empresas, como para el resto de España.

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