¿Por qué cotizar en Bolsa?

"La cotización en bolsa no es solo un paso financiero, es un salto hacia el futuro y una oportunidad para impulsar el crecimiento."

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Libertas 7 es una de las pocas empresas valencianas cotizadas en Bolsa. Nuestra historia es larga: fundada en 1946, cotizamos desde 1980 en la Bolsa de Valencia como consecuencia de la transformación del Bolsín en Bolsa oficial tras una constante reivindicación llevada a cabo por un grupo de empresarios valencianos entre los que se encontraba Álvaro Noguera Giménez y desde el 2021 en el Mercado Continuo. ¿Y por qué ese interés en promover una Bolsa para nuestra Comunidad? ¿Qué ventajas ofrece cotizar en bolsa a una empresa valenciana?

Varios son los beneficios de cotizar. El primero y principal, obtener financiación estructural para proyectos de largo plazo. Cierto es que, tras un largo periodo de tipos de interés reducidos, casi nulos, y una fuerte actividad bancaria, esta ventaja se devaluó seriamente. En la actualidad, vistos los tipos con los que tenemos que lidiar las empresas, parece un atractivo nada desdeñable. Y no es necesario perder el control de la compañía para que esta resulte apetecible para los inversores.

En segundo lugar, en mi opinión, cotizar es sano para una empresa. Una de las tres patas de la tan traída y llevada sostenibilidad, a menudo olvidada, es la gobernanza (A de ambiental, S de social y G de gobernanza). La gobernanza, el buen gobierno, consiste en constituir un adecuado sistema de gobierno de la empresa, es decir, de la forma de tomar decisiones y controlar la ejecución de las mismas. Una empresa cotizada debe ser gobernada por un consejo de administración, en el que, evidentemente, se integran consejeros independientes, cuenta con unas reglas claras en la toma de decisiones apoyadas en comisiones del consejo, además la Junta General anual implica la dación de cuentas a los accionistas de forma seria y rigurosa. Un buen gobierno se asemeja a un tratamiento médico profiláctico: previene y resuelve conflictos entre partes interesadas, y, sobre todo, entre accionistas de familias empresarias.

Este último punto me lleva a la tercera ventaja, percibida por muchos como amenaza: la transparencia. Una empresa cotizada debe publicar, al menos, dos veces al año sus resultados y un informe de gestión sobre sus negocios. Voluntariamente, también puede presentarse resultados trimestrales. Todo ello significa que en el seno de la empresa se realizan los cierres contables y financieros correspondientes con exhaustivo detalle que posteriormente son auditados (al menos los resultados anuales) y publicados. Además de constituir una herramienta de gestión y control, supone un instrumento de comunicación interno y externo muy valioso. Trabajadores, clientes, proveedores, financiadores, accionistas, posibles inversores, analistas, periodistas y el mercado en general conoce con detalle la marcha de la empresa.

Llegamos, pues, a la cuarta ventaja: la comunicación. Una empresa cotizada comunica en reiteradas ocasiones a lo largo del año no solo sus cuentas financieras sino también sus avances en sostenibilidad, los hechos relevantes que se producen en su seno, los cambios de accionistas significativos, su nivel de autocartera, etc. El hecho de estar sometido al escrutinio público obliga a gestionar con rigor y seriedad. Por tanto, una empresa cotizada tiene un marchamo especial frente a otras empresas.

En resumen, financiación, buen gobierno, transparencia y comunicación rigurosa son los cuatro pilares que justifican la cotización bursátil. Todo ello genera un intangible muy apreciado por los diversos grupos de interés que gravitan alrededor de una empresa: la confianza. Una empresa cotizada genera confianza porque hace las cosas bien, en un doble sentido: bien, correctamente según las disposiciones legales y bien en el sentido ético, ya que va más allá de lo obligatorio, está en la vanguardia de la gestión empresarial.

Libertas 7 tiene ese objetivo de excelencia: generar confianza, gestionando legal y éticamente sus negocios, siempre con luces largas, e intentando cumplir su misión: realizar inversiones con valor para obtener resultados con propósito.

Soy de la opinión que muchas empresas valencianas deberían dar el paso, ya que cuentan con sobrada capacidad y volumen para cotizar. Además de las ventajas comentadas, ofrecerían a los ahorradores la posibilidad de apoyar compañías próximas de las que somos clientes, proveedores, etc. Es evidente por multitud de estudios que uno de los principales talones de Aquiles de nuestro tejido empresarial es el pequeño, diminuto tamaño de las empresas valencianas. Para fortalecer nuestra economía necesitamos que las compañías incrementen su volumen y la cotización en bolsa es una buena herramienta para obtener capital de nuevos inversores que permita financiar proyectos de expansión, de internacionalización, apoyo a la innovación, etc. La empresa valenciana obtendría igualmente mayor visibilidad, transparencia y prestigio.

La cotización en bolsa no es solo un paso financiero, es un salto hacia el futuro y una oportunidad para impulsar el crecimiento.

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