La guerra de “zascas” entre Sanjuán (PSPV) y Bádenas (Vox) en la que Grezzi (Compromís) tuvo saque nulo

La búsqueda del video perfecto en redes sociales obvia que la temática tenga que ver con aspectos que preocupan a los ciudadanos o con competencias propias de un ayuntamiento

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Al margen de los asuntos que preocupan a los ciudadanos, con el agónico recuerdo del incendio de Campanar de fondo, los apartamentos turísticos o la vivienda, que fueron los tres principales temas del debate del estado de la ciudad, los que no son el partido que gobierna (PP) ayer buscaron cómo encontrar su momento de gloria. Anhelan la acción en redes sociales más impactante aunque sea absolutamente alejada de los temas propios de la ciudad. Esta búsqueda del gran «zasca» ocurrido en Valencia bien se podría haber escenificado en cualquier otro municipio de España.

El que intentó dar primero, Vox, arrancó con una idea de esas que en el tercer piso del consistorio, donde están los que no deciden nada relevante, parece genial. Desde el gallinero se vive en continua autorreafirmación de que el dislate propio es una gran idea. Creen que el cabezazo de aceptación en el grupo municipal supondrá un éxito en redes sociales. Así ha ocurrido siempre. Y como nadie le contradice al portavoz, va luego y lo hace delante de los medios de comunicación y en el Pleno.

Bádenas llegó al canutazo en un intento de crear misticismo. Iba con rosas blancas. Varias veces se le preguntó por el motivo pero metido en su papel de búsqueda obsesiva para «petar» en redes sociales no contestaba. Tantas veces le preguntó para qué eran las flores blancas y negó la respuesta que se gastaron todas las balas. De hecho, Bádenas decidió no aceptar más preguntas, del tema que fuere (en la información de ayer los pisos turísticos opina PP, PSPV y Compromís y no Vox ya que no aceptó la pregunta que se le hizo a los otros tres).

Entre las empresas que forman parte del lobby de Juan Roig y Vicente Boluda, una de las máximas en comunicación es que es mejor explicar qué haces tú en vez de que otro al que no controlas lo haga. Y al final de lo de las rosas lo explicó la izquierda. Borja Sanjuán, portavoz del PSPV, fue el que tuvo el video en el que retrata y critica la actuación de Vox. Pasamos de una acción inexplicada de Vox a una demostración del PSPV de cómo lograr un «zasca» bien modulado y que evoluciona mientras el rival político huye con pueril rabieta del hemiciclo.

La ejecución, en términos de «zasca», cumple con los «must». Borja Sanjuán, que empezó en política redactando discursos a Ximo Puig, y que ha ido ascendiendo hasta ser el número 1 del PSOE en la ciudad de Valencia, está demostrando ser elocuente. Bien expresado y asertivo. 0% de implicación tiene el mensaje en términos de vivienda o pisos turísticos, por citar las temáticas de moda, o de impuestos o limpieza, por nombrar hasta temas que forman parte de las competencia básicas de un ayuntamiento y que podrían llegar a ser el foco y objetivo de la oposición.

https://x.com/borsanro/status/1835700363615166545

El video arriba enlazado de Borja Sanjuán, como no puede ser de otra forma ya que los zascas no transmiten jamás una explicación mínimamente completa de lo acontecido, requiere contexto. Más allá de un espacio donde la oposición cultiva contenido para redes sociales, el debate del Estado de la Ciudad consiste en un discurso sin límite de tiempo de la alcadesa, que le siguen discurso de cinco minutos de asociaciones de todo tipo que piden participar y, finalmente, los turnos de los grupos políticos.

Ayer participó València Acull, que recriminó los discurso de odio señalando a la concejala de Vox Cecilia Herrero. El número 1 de la formación de Abascal en Valencia, Juanma Bádenas, saltó a gritos de su asiento cuando se vertían estas criticas. Recordemos que el pleno había empezado con el intento de Vox de crear suspense con las flores blancas, que resultaban ser un intento de mostrarse como pacíficos y antifascistas (Sanjuán dijo que las rosas blancas fue el símbolo de los que luchaban contra el nazismo). El grupo político de las rosas blancas (color de la paz) es el que antes de tener el uso de la palabra ya andaba a la gresca con sus gritos.

Y después Bádenas se salió del hemiciclo. Porque lo de salir del pleno como muestra de enfado en Vox está más repetido que lo de que Mónica Oltra mandando a imprimir camisetas con frases. Eso sí, con diferente éxito para cada formación que ocupa los extremos ideológicos.

En una de esas que salió Juanma Bádenas con Cecilia Herrero, y tal y como presenció Economía Digital fuera del hemiciclo, los de Vox coincidieron en el espacio (y con la Policía Local atenta pero a distancia) con Ángela Pedraza, de València Acull. La ONG ya tenía su video para sus redes sociales y ya no había ganas de más bronca. Pero Cecilia Herrero se encedió. Llegaron sus amenazas por que, según aseguró, la inicitación a la violencia con las críticas vertidas desde la ONG en el pleno hacia ella, si acaban con una agresión hacia ella, iba a implicar un responsabilidad de València Acull por haber impulsado el odio hacia ella.

El argumento, que además con gritos era más que complicado de entender, hizo que Giusseppe Grezzi, el que fuera concejal de movilidad con Compromis las legislaturas pasadas, y salsa de todas las polémicas gracias a sus clásicos con el carril bici, le costara hasta en encontrar el móvil en su bolsillo. Pero fiel al estilo de los asesores políticos que han crecido en sus partidos a golpe de crear efervescente polémica, lo encontró. Botón rojo. REC. En sus ojos empezó a brillar la emoción…

El problema es que no le salió redondo. Tenía a Vox ahí delante metiéndose con una ONG y antes de que el video estuviera editado y preparado para volar por las redes ya le había adelantado Borja Sanjuán con su respuesta en la que machacaba a Bádenas desde el atril del hemiciclo. Si subía el video habría sido un intento malo en una partida perdida. La cuestión es que no lo subió.

«¿Cómo te va la vida, Giusseppe?», le preguntó Economía Digital, a lo que contestó, con pesadumbre, que vivía mejor gobernando. Cierto es que no tenía nada que ver lo que conseguía con un mero anuncio de un nuevo carril bici comparado con el vídeo resumen que ayer subió, y en el que destila el tono apesadumbrado del que sueña que en tres años sea el que puede dar el gran zasca que pete en las redes sociales. Esta vez no le salió bien la jugada.

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