La apuesta de Mazón por la cerámica causa recelo empresarial

La cerámica es el tercer sector en valor de las exportaciones por detrás del automóvil y la agricultura mientras desde otros sectores industriales inciden en que quizá hay que "empezar a gritar" como hace Ascer para tener el mismo trato desde el gobierno de Mazón

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El acto en el Palau de la Generarlitat del miércoles pasado empezó con una broma. «Tenemos nuevo presidente de la Generalitat: el señor Vicente Nomededeu«, dijo con sorna Carlos Mazón mientras el presidente de Ascer, con su cara hierática habitual, buscaba en la mesa noble puesta para la firma dónde estaba el espacio para poner el autógrafo con la que se llevaba 600.000 euros.

La puesta en escena, con una mesa en vez de un atril, ya hacía preveer que Mazón y la cerámica iban a firmar algo. Por ello, con la reunión privada sin concluir y el contenido del acuerdo sin desvelar, envié la foto de la mesa aún vacía a varios representantes empresariales aventurando que «todo apunta a la firma de un acuerdo» y preguntándo si su patronal iba a pedir lo mismo.

Antes de producirse el anuncio oficial de la Generalitat y Ascer, me llegaron tres respuestas. La primera justificando que la cerámica tenía una situación notablemente peor que su sector industrial y que por lo tanto entendía el apoyo a Ascer, lo que no quitaba que a sus empresas también les vendría bien la promoción. La segunda fue más beligerante, apuntando a un excesivo peso de Castellón en las actuaciones industriales de la Generalitat. El tercer líder interpelado, que fue el más intrigante, contestó: «No sé«.

La situación de la cerámica fue explicada aquella tarde por Nuria Montes, consellera de Industria, cuando le contestó en Les Corts al ex conseller de Compromis, Vicent Marzà, con la retahíla de acuerdos alcanzados con Ascer, que superan los 13,3 millones de euros. “Si usted piensa que esto no es ayudar a la industria cerámica, hágaselo mirar”, aseveró Montes a Marzà.

En la esfera empresarial las dudas son nulas e incluso se comparte en gran medida la calificación de excepcional que se le otorga a la cerámica. «No entender que el sector de la cerámica está en una absoluta excepcionalidad es un error estratégico», defiende Mazón, que hizo suyos los dos datos que utiliza la patronal Ascer para crear su aura.

Datos relevantes pero no de liderato de la cerámica

El primero es que uno de cada tres empleos de la provincia de Castellón se debe a la cerámica. Según los últimos datos de la EPA, referentes al cuarto trimestre de 2023, la provincia tiene 240.300 ocupados de los que 47.200 están en la industria. El último dato de Ascer sobre el empleo, dicho en el congreso ATC de mediados de noviembre es que el sector tiene 15.000 empleos directos, 2.000 menos que hace un año.

Recurriendo al informe de PwC de diciembre de 2022 sobre el impacto de sector cerámico en el empleo de la Comunitat Valenciana, la cifra empleo directo, indirecto e inducido se alarga a 49.910. Esto supone el 2,4% del empleo de la Comunidad Valenciana, sostiene PwC en el informe encargado a Ascer hace ahora poco más de un año.

El otro argumento utilizado para dimensionar el impacto de la cerámica es que el azulejo es «el primer cliente del puerto de Castellón y del puerto de Valencia». Así lo dijo Vicente Nomdedeu y lo replicó Carlos Mazón. Aquí el azulejo utiliza la forma de ver las estadísticas que más le conviene, que es la del peso en toneladas. Sin descontar la diferencia que hay entre el capítulo «otros materiales de construcción» respecto a la cerámica (que según fuentes portuarias son datos similares), el Puerto de Castellón movió 642.415 toneladas del producto de este segemento de tráfico. Y con eso, la cerámica no es líder del puerto del Castellón sino que su puesto está fuera del podio, exactamente, el octavo.

La mitad del tráfico de Castellón en toneladas llega del sector energético: 4.145.279 toneladas de petróleo crudo que se suma a las 981.602 toneladas de gasolina, 821.805 de carbones y coque de petróleo, 772.718 de fuel-oil y 656.190 de gas-oil. Además, el cemento y clinker movió el año pasado en el Puerto de Castellón 795.263 toneladas mientras que el sector de productos químicos alcanzó las 787.263. Los materiales de construcción, epígrafe donde está la cerámica, se quedó en 642.415 toneladas.

En el caso de la Autoridad Portuaria de Valencia, la cerámica sí que tiene posición de liderazgo en toneladas. Ahí movió el año pasado 4.318.081 toneladas de materiales de construcción elaborados mientras que el podio de tipos de mercancías por volumen lo cierra «Vino, bebidas, alcoholes y derivados» con 1.508.990 toneladas mientras los productos químicos movieron 1.219.928 toneladas.

Fuentes portuarias concretan para Economía Digital que la cuota del azulejo sobre el total del tráfico en la APV es del 6% en contenedores y del 9% en volúmen. A nivel de exportaciones, el sector cerámico supone el 13% del movimiento de contenedores y el 17% en exportación.

Para terminar de situar el lugar que tiene la cerámica en la economía de la Comunidad Valenciana hay que pasar por los datos de la Cámara de Comercio, donde el ranking con los sectores con mayor valor en sus exportaciones tiene como líder a la automoción. Las exportaciones de la Comunidad Valenciana en 2023 tuvieron un valor de 28.516 millones euros. El primer puesto es para los coches, que alcanzaron los 3.301 millones de euros el año pasado mientras que el segundo de la tabla son las baldosas de cerámica con 2.650 millones.

El tercero son los cítricos, con 1.510 millones, a los que cabe sumar las hortalizas frescas (271 millones), cebollas, ajos y puerros (199), zumos de fruta (197), frutas como fresas o caquis (174), vino (173), almendras (172), albaricoques o cerezas (164), melones y sandías (158)… Todo esto lleva a sector primario a superar los 3.000 millones en exportaciones situándose detrás de automóvil y por delante de cerámica.

El recelo del sector industrial y del sector servicios

Al margen de los datos, existe un consenso entre todas las fuentes empresariales consultadas que la cerámica tiene peso industrial relevante y específicamente importante para la provincia de Castellón. «Si la cerámica tiene despidos, yo pierdo clientes», comenta una patronal del sector servicios que ve en el apoyo a la cerámica una ayuda que puede mejorar el nivel de consumo en la provincia, que es lo que preocupa a sus asociados.

En el sector industrial es donde se marcan mayores diferencias. «El hecho de que mis empresas vayan bien y que no estemos en la situación de la cerámica no hace justo que se nos penalice. No entiendo que si hacemos los deberes, las ayudas sean para otros«, comenta una patronal sectorial. «El aumento del peso de Castellón y de Alicante se está haciendo en contra de las industrias de Valencia», apunta otra. «Hay muchas empresas que se preguntan por qué recibe ayudas la cerámica y no su sector», señalan desde polígonos donde la incertidumbre es densa.

El comercio pone datos encima de la mesa y se compara con el azulejo. Piden ayudas porque son intensivos en el uso de energía. «Nuestro subsector del comercio de charcuterías y carnicerías tiene la maquinaria en marcha las 24 horas del día los 7 días de la semana«, señalan.

Desde Confecomerç apuntan: «Estamos ante un escenario preocupante, en el que necesitamos el apoyo de la Generalitat para activar medidas que ayuden a superar esta crisis a un subsector del comercio para los que el consumo energético intensivo es intrínseco a su negocio. Se trata de las pymes y autónomos de comercio de panadería-pastelería y carnicería- charcutería, para las que el fuerte incremento del coste de la energía y las materias primas, les estan afectando de manera especial».

La reivindicación la formulan para 3.435 panadería-pastelería y 2.554 carnicerías-charcuterías mientras apuntan: «La panadería y carnicería son el único formato de comercio de alimentación que está presente en todos nuestros pueblos y ciudades. La pérdida de comercio de proximidad tiene un impacto directo económico para las pymes del sector y para otros sectores económicos por su efecto arrastre». Estos datos vuelven a salir a luz para demostrar que la cerámica no es el único sector en la Comunidad Valenciana intensivo en uso de la energía.

Otra patronal incide en que Ascer está obteniendo ayudas porque existe una vocación general del Consell de Mazón para ayudarle. Para señalar esto se trasladan a la resolución del 2 de octubre de 2023 de la conselleria de Educación, Universidades y Empleo, dirigida por José Antonio Rovira, donde se dan ayudas para «programas o actuaciones en materia de prevención de riesgos laborales».

«Nos hubiera gustado participar porque son cosas importantes que no habíamos hecho y nos encontramos que nos quedamos fuera mientras Ascer tiene la mayor puntuación posible«, lamentan desde una patronal sorprendida por el respaldo específico que recibe el azulejo.

El modelo agro-cerámico frente al clásico empresarial

La broma con la que inició Mazón el acto del miércoles para la firma del convenio de 600.000 euros para la promoción de la cerámica tuvo un segundo momento de sonrisa irónica con gesticulación cuando el presidente de la Generalitat incidió en lo insistente y tenaz que es la cerámica en sus peticiones. Los equipos de las consellerias son conscientes cuando tienen una reunión con Ascer a la vista que son «huesos duros de roer». Incluso se preguntan cuándo estarán contentos y dejarán de reclamar.

El estilo de Ascer es agresivo e insistente. Tiene a Alberto Echevarría como brazo ejecutor de las presiones diseñadas por Vicente Nomdedeu. No tuvieron problema de cargar contra Pedro Sánchez mientras pedían y lograban el apoyo de Ximo Puig con una estrategia en clave únicamente cerámica. Entre sus fracasos por ir solos está el portazo que CEOE le ha dado a su reclamación de que no se tenga que cumplir la ley de morosidad para recibir ayudas públicas.

Un sector que también incumple la ley de morosidad y que incluso le podría beneficiar flexibilizar los periodos de pago sentencia: «La CEOE no le va apoyar. La batalla la tienen perdida». Sin embargo, Ascer ha crecido en Madrid y continúa esa estrategia de ir sóla a por sus objetivos. Le sobran compañeros de viaje. Se desmarca del modelo de consenso y ausencia de crispación que se proclama constamente desde los atriles de las patronales. «Es que quizá tendremos que empezar a gritar», dice una de las sectoriales que ha visto con recelo las ayudas y la actitud de la cerámica.

El broche a esta reflexión sobre los beneficios de perder los papeles habituales en la patronal lo pone el campo. Lo más alejado a la negociación en una mesa de madera noble para empresarios es la protesta que protagonizó Carles Peris, secretario general de La Unió de Llauradors, la pasada semana cuando los agentes antidisturbios le retiraron de una protesta. El campo se ha colocado en el centro del relato político y lo ha conseguido a base de poner los tractores en la calle y hacer que las patronales de Mercadona, Carrefour, El Corte Inglés o Ikea acaben pidiendo un derecho tan asimilado como el de la libertad de movimiento.

El recelo empresarial tiene dos partes. Por un lado, los sectores perciben que Ascer tiene una mayor atención del gobierno valenciano y que, aunque de manera mayoritaria la CEV, presidida por Salvador Navarro, ha cerrado filas cuando la cerámica ha pedido apoyo para sus problemas, no se recibe el mismo respaldo de la cerámica cuando el problema se sitúa en otro sector.

Por otro lado, esta el uso del lenguaje, el marco mental repetido por Mazón en las provincias de la Comunidad Valenciana y que tiene matices distintos. Alicante es agua, Valencia es puerto y Castellón es cerámica. Ese es el mantra.

El agua de Alicante lo piden los agricultores pero también lo respaldan los hoteleros, con un peso económico en la región muy notable porque, igual que al resto de sectores tradicionales (calzado, juguete…) es un tema que les afecta. En mayor o menor medida, toda actividad económica está afectada y con la llegada de agua (aunque sea a un campo determinado) aumentan los recursos hídricos del conjunto de la provincia.

El concepto global se repite en Valencia en la medida que beneficia, evidentamente, a la muy numerosa comunidad portuaria y los sectores de transporte y logística pero con infraestructura de comunicaciones se beneficia a todo industria, servicios y agricultura por el tráfico comercial. La CEV, en su concepto de patronal global, se ha volcado en el Puerto de Valencia y el agua de Alicante como los dos elementos críticos de ambas provincias.

Al margen de la diferencia entre los datos que se proclaman sobre la cerámica y lo que dicen las estadísticas, la cerámica es un sector industrial comparable a otros sectores industriales. La elección del marco mental en Castellón permite preguntar por qué se apoya al azulejo y no otro sector industrial mientras que este paralelismo no se puede realizar con el agua y el Puerto de Valencia al ser conceptos mucho más amplíos y, sobre todo, sin damnificados que ni el trasvase ni la ampliación se hace a costa de nadie de la Comunidad Valenciana.

Más agua y más Puerto de Valencia sólo puede significar más economía para Alicante y para Valencia y, por tanto, para la Comunidad Valenciana. Más apoyo para un sector industrial concreto como la cerámica es interpretado por otros sectores industriales e incluso de servicios como «menos para mí». Ascer no está disimulando.

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