Juan Roig reactiva la economía postDANA: Los retos en 2025 son para Ford Almussafes, BP y Sabadell
Mercadona y Consum se unieron cuando aún no habían pasado ni 48 horas de la DANA, algo desgraciadamente impensable entre el PP y el PSOE
Juan Roig dio en la recta final del año un ejemplo de reacción frente a una catástrofe con dos hechos que son especialmente llamativos cuando se comparan con la actuación de los políticos. Lo más reciente es el pago efectivo de sus ayudas, ya ingresadas en cuenta tras elevar la dotación de 25 a 35 millones para garantizar que llegaban a todos los afectados.
La comparativa con las actuaciones de los políticos es demoledora. De hecho, en la zona cero, a Juan Roig sólo se le compara con Amancio Ortega y los políticos también en eso se convierten en factor negativo por la burocracia. La diferencia entre las ayudas del de Mercadona frente a las del de Inditex, al margen de los destinatarios, es que el empresario valenciano las reparte él directamente y la Fundación Amancio Ortega ha confiado en los ayuntamientos esa misión. Y eso le ha convertido en más lento (aunque sea más eficaz que Mazón y mucho más rápido que Sánchez).
Antes de repartir los 35 millones que ha dado Juan Roig, el presidente de Mercadona fue responsable al 50% de otra decisión aún más sorprendente. Firmó una alianza con Consum, su rival más importante en Valencia y decisor del otro 50% de la estrategia: Mercadona y Consum juntaron sus logotipos para una campaña inédita que buscaba frenar el abastecimiento compulsivo en las tiendas de alimentación que se produjo tras la DANA.
Aquella decisión, que define un estilo de gestión empresarial focalizado en el problema y no en las fobias, sólo es comparable a que PP y PSOE se hubieran dado la mano en octubre para afrontar la gestión de la DANA. Aquello ocurrió en el 31 de octubre, antes de que pasaran 48 horas de la catástrofe natural. Como apunte, cabe recordar que para aquel pacto Mercadona-Consum no hizo falta llamar a Carrefour ni a Lidl ni a Dia. Con que los dos principales actores de la distribución alimentaria estuvieran en la mesa de negociación ya era suficiente. No hacían falta más acuerdos con otros actores de los extremos del mercado. Lo importante era alcanzar el objetivo y ni Consum ni Mercadona lo dudaron.
Pasados dos meses de aquella alianza, que no ha desactivado la sempiterna guerra comercial que en lógica de mercado tienen Mercadona y Consum, Juan Roig, junto al lobby de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) presidida por Vicente Boluda, y el impulso de los principales empresarios de la Comunitat Valenciana se han ido poniendo en marcha medidas de reactivación económica.
La más relevante, otra vez liderada por Juan Roig, fue mantener la celebración de la Maratón de Valencia que, como ya contamos, supuso el pistoletazo de reapertura del turismo en Valencia. Luego llegaron otras iniciativas como las de los cocineros Quique Dacosta, Ricard Camarena y Begoña Rodrigo con «Desde Valencia para Valencia».
La lista de medidas de respaldo de las empresas a la causa es enorme. En Valencia ha pasado como en París. Cuando ardió Notre Dame, todas las grandes empresas francesas se volcaron en la reconstrucción. La similitud hasta aquí es evidente. Luego el orgullo patrio francés venció a cualquier otro debate y ese símbolo de Francia vuelve a brillar. Aquí los empresarios han dado el paso y se ha iniciado la reconstrucción. Ahora falta el resto y es donde el cálculo político frena la recuperación. Este es el gran riesgo de 2025.
Además, también hay vida al margen de la DANA. Si Juan Roig simboliza la reacción al shock que causó la DANA, cuando los ojos se vuelven a abrir en este 2025 hay problemas que enfocar y resolver. Carlos Mazón, en su discurso antes de finalizar el año, pasó de puntillas los problemas que hay encima de la mesa.
Recordemos la frase: «Vamos a seguir reclamando una financiación justa con la misma firmeza y desde el mismo rigor que sustentan las históricas reclamaciones en materia hídrica de la provincia de Alicante, la respuesta que necesita el sector azulejero de Castellón, el impulso de nuevas infraestructuras que nos acerquen más entre nosotros y al mundo». No nombró a ningún otro sector. Hay que bajar al detalle.
Centrar los problemas en el asunto de la cerámica, sin ánimo de devaluar al sector, es poco ambicioso. Con el azulejo volverá a salir el tema del millón de euros de subvenciones a Ascer, que realmente ya son 1,6 millones y la vicepresidenta Susana Camarero ya ha dicho que todo está ahora por negociar. Esto no tiene categoría de reto de 2025 pero sí de culebrón a seguir.
Un breve aperitivo al gigante dormido de la lucha patronal apuntamos ya hoy en la noticia: AVIA y Femeval se pelean por ser la voz de los proveedores de Ford Almussafes. Es ingenuo pensar que el problema patronal es valenciano y que no hay ramificaciones tanto en Castellón como en Alicante. Tenemos todo el 2025 para ir contándolo. Igual que con los asuntos empresariales-judiciales de los que Economía Digital informa con el rigor y exclusividad que le caracteriza.
Pero si empezamos por Valencia, Ford Almussafes es uno de los grandes retos que tiene este 2025. En la automoción se vive anticipado. Lo que pase ahora marcará lo que ocurre dentro de dos años. Dicho más claro: este año se decide qué empresas cierran, qué empresas vienen a Valencia a abrir una planta de producción y qué empresas siguen como proveedor de Ford. El corte de cinta del primer modelo será en 2027, cuando las elecciones autonómicas estén en plena campaña electoral pero si entonces habrá más o menos alegrías se decide ahora. En primavera tendría que estar todo el pescado vendido.
Los plazos en Castellón con su motor económico que llegó a ser principal empresa por facturación de la Comunidad Valenciana, es decir, BP, no son tan estrictos pero la partida es incluso más relevante. Lo que la Comunidad Valenciana se juega con la apuesta de BP por el hidrógeno verde y con toda la apuesta por la energía renovable es invertir su balanza de pagos.
La importación de petróleo para su refino y conversión en combustible fósil puede migrar hacia una energía renovable. La Comunidad Valenciana tiene el reto de convertir el factor energético en entrada neta de divisas. El cambio es radical en costes energéticos para industria pero también para agricultura ya que si uno de los principales problemas de la desalación es el coste energético nunca puede ser baladí eliminar este factor. Castellón como foco de energía renovable, que además reduzca los costes de las azulejeras, tiene este reto prioritario para 2025.
En Alicante también puede haber proveedores de la automoción y apuesta por las renovables pero la carta que juegan en 2025 es todavía más relevante porque es una de esas cartas que si se pierde ya nunca vuelve. Tenemos un banco que conoce a nuestros ciudadanos y a nuestras empresas que se heredera de la Caja del Mediterráneo. El Banco Sabadell mantiene la amenaza de la OPA del BBVA y políticos y empresarios pueden decidir mantener la tensión en esta reivindicación como, por ejemplo, se está realizando con la infrafinanciación. Decir que no hace falta es ponerse la tirita y convertir en injustificados los lloros futuros. Meter presión afecta. Lo ven. Lo leen. O ni lo ven ni lo leen. Depende de lo que ocurra.
La Comunidad Valenciana tiene la sede social de dos empresas del Ibex: Sabadell y Caixabank. Ambas tienen vocación de permenancia y son un factor de competitividad para la región. El reto de 2025 también es defenderlas a capa y espada en relación simbiótica ya que el crecimiento económico también está vinculado al aumento de su actividad en las provincias de Castellón, Valencia y Alicante.
Por último, los balances de 2024 y análisis de 2025 pecan de centrarse en la DANA obviando el resto de aspectos. Fue un suceso mucho más pequeño en comparación pero cuando se incendió el edificio de Campanar, enfrente estuvo una tienda de Mercadona abierta al servicio de los equipos de emergencía. Todavía hacía frío y al lado está el centro de Hipercor. Los primeros abrigos fueron de El Corte Inglés. Y así podríamos seguir con todos los empresarios, grandes y pequeños, que demuestran la verdadera resliciencia y solidaridad de la Comunidad Valenciana.