Cómo ser un taller o un concesionario y sobrevivir a la nueva movilidad
Mecánica, carrocería, pintura…son actividades que no van a desaparecer nunca porque son como la energía, ni se crean ni se destruye, se transforma. Y eso es lo que está ocurriendo a los talleres de reparación de vehículos
Movilidad segura, sostenible, inteligente y conectada, electrificación, descarbonización del transporte, hidrógeno verde…son términos que desde hace unos años llenan multitud de jornadas, conferencias y noticias. Conceptos en boca de personas expertas y dirigentes políticos que generan sensación de bienestar, de un futuro más responsable, casi idílico, que trazan una hoja de ruta posible para conseguir una sociedad más equilibrada capaz de vivir en sintonía con el planeta.
Pero la realidad es que, aunque suenan bien, no llegamos a entender en su totalidad ni su alcance y, sobre todo, que nadie incide en los pasos que han de dar las empresas para ser parte de esa llamada “nueva movilidad”.
En primer lugar, una persona consumidora ante la tesitura de ¿qué vehículo comprarse? o ¿cuál es el adecuado para sus necesidades de desplazamiento? Se enfrenta a una opción de compra que comprende vehículos de autonomía extendida, eléctrico puro, hibrido enchufable, pila de combustible…para la que hace falta casi tener un máster en nuevas tecnologías.
La oferta es tan variada como el desconocimiento que se tiene sobre estas nuevas “motorizaciones”. Los concesionarios, como servicios oficiales de todo el sector del comercio de metal de venta de vehículos y como pieza clave dentro del maremágnum de la nueva movilidad, están haciendo un gran esfuerzo por aprender en qué consisten estas nuevas tecnologías integradas en los vehículos para con ello, poder ayudar a la clientela a entender en qué consisten, cómo deben ser los mantenimientos, a orientarles sobre cuál es el que necesitan en función de si es para una flota de vehículos de empresa de reparto, de mantenimiento de instalaciones industriales o simplemente para aprovechar el fin de semana para descubrir rincones con la familia.
Infraestructura correspondiente
Otro de los hándicaps de esta nueva movilidad es dónde recargar estos vehículos. ¿Hay infraestructura suficiente para dar respuesta a todos estos vehículos? ¿Electrolineras, punto de carga en mi propio garaje? ¿Cómo gestionar rutas de reparto de vehículos no convencionales? Las empresas de instalaciones tienen por delante mucho trabajo para poder dar respuesta a la creación de una red eficiente de puntos de recarga para todo tipo de motorizaciones y en todas las zonas, hasta las más remotas.
La Administración también juega un papel en esta nueva etapa porque la movilidad tradicional -camiones, furgonetas de reparto, motocicletas- no está reñida con disponer de mayor movilidad pública -autobuses, metro, taxis, incluso bicicletas-, y con ello hago referencia a la necesidad de más servicio, mayor amplitud de horarios, etc.
«La oferta es tan variada como el desconocimiento que se tiene sobre estas nuevas ‘motorizaciones'»
La adaptación o transformación hacia las nuevas tecnologías también es un punto crítico para los talleres de reparación de automóviles porque han de invertir en nuevas herramientas de trabajo para arreglar estos nuevos vehículos, redistribuir los espacios de trabajo dentro del taller o prevenirse ante nuevos riesgos laborales que hasta ahora no aparecían en el día a día.
Todo ello tiene un coste económico y un plazo de tiempo de transformación que, según el tipo empresa, bien sea micropyme o pequeña pyme, tardará más o menos en ser realidad.
A esto se añade la necesidad de contar con personal cualificado en los talleres. Si ya nos enfrentamos al gran problema de no encontrar profesionales para cubrir la actual carga de trabajo, imagínense el reto que supone encontrar perfiles formados en estas nuevas tecnologías.
En camino a la transformación
Todas estas categorías de vehículos siempre van a necesitar al taller, a su taller de confianza, para realizar mantenimientos preventivos y a reparar averías de componentes como amortiguadores, baterías, filtros, neumáticos, frenos, masillar, pintar, etc. Tareas todas ellas destinadas a garantizar la seguridad vial, es decir a prevenir accidentes de tránsito y/o disminuir el riesgo de muerte o de lesión de las personas en sus desplazamientos.
Mecánica, carrocería, pintura… son actividades que no van a desaparecer nunca porque son como la energía, ni se crean ni se destruye, se transforma. Y eso es lo que está ocurriendo a los talleres de reparación de vehículos. La nueva movilidad NO nos va a hacer desaparecer, sólo necesitamos tiempo y recursos para integrarnos con éxito en este proceso de transformación.