La cesta de la compra y los deberes para la cadena
Los consumidores tienen un especial interés por adquirir productos de origen nacional y, según el producto en concreto, incluso de una región específica. Que sea producido por pequeños productores o por cooperativas interesa a un 27% de los encuestado
Una conocida cadena alemana de supermercados ha publicado recientemente la sexta edición de su “Observatorio de productos frescos en España”, cuyo análisis detallado nos deja datos interesantes sobre patrones de compra y percepción de los consumidores.
Si bien gran parte de nuestras producciones se destinan a la exportación, nunca está de más saber qué opinan y qué esperan los consumidores de nuestro mercado interno.
En 2023, el gasto anual de las familias en productos frescos (incluyendo en esta categoría frutas y verduras, carne, pescado y mariscos, huevos, pan y productos de charcutería) alcanzó los 38.968 millones de euros, lo que supuso el 43% del gasto total en alimentación. Esta cifra creció respecto al año 2022, cuando alcanzó los 35.620 millones de euros.
Si desgranamos estos números, observamos que frutas y hortalizas copan el 63% del volumen total de compra de productos frescos, si bien se corresponden con el 35% del total del gasto. Esto se traduce en una cantidad de 394 euros anuales por familia en frutas y otros 332 en verduras y hortalizas. En total, 726 euros al año.
¿Qué buscan los consumidores en el acto de compra? Según este Observatorio de Precios, el 79% de los encuestados tiene en cuenta el origen de los frescos que compra, siendo un factor determinante para el 62%.
Aquellos que optan por productos frescos de origen nacional priorizan que sean de temporada (77%) y, en menor medida, que cuenten con denominaciones conocidas (32%), que estén avaladas por figuras de calidad agroalimentaria diferenciada (25%) o que cuenten con certificaciones de cultivo ecológico (16%).
Cabe destacar que estos tres últimos factores, no obstante, resultan menos relevantes para los consumidores que en 2022 y 2023. ¿Y por qué prefieren productos de temporada? Porque consideran que tienen mayor frescura y mejor sabor, principalmente.
Atendiendo específicamente a la compra en supermercados, el acto de compra se define por la relación calidad-precio (72% de los casos), exclusivamente por la calidad (50%) o exclusivamente por el precio (49%). El aspecto (49%) es el cuarto elemento que los consumidores tienen más en cuenta cuando compran productos frescos en los supermercados.
«Frutas y hortalizas copan el 63% del volumen total de compra de productos frescos, si bien se corresponden con el 35% del total del gasto»
Se podrían extraer más cifras del informe, sin embargo, no es mi intención abrumarles con ellas, sino simplemente reflejar una serie de datos que nos permiten hacer una caracterización del acto de compra de productos frescos y de los intereses que manifiestan las personas que los adquieren.
Así pues, pasemos de los datos al análisis. En primer lugar, podemos concluir que los consumidores tienen un especial interés por adquirir productos de origen nacional y, según el producto en concreto, incluso de una región específica. Que sea producido por pequeños productores o por cooperativas interesa a un 27% de los encuestado.
La producción ecológica continúa siendo un nicho de mercado, que además va en retroceso atendiendo al interés de los consumidores por encontrar la mejor relación calidad-precio posible o al hecho de guiarse específicamente por el precio a la hora de orientar sus actos de compra.
Dificultades que afronta el sector
Estas tendencias suponen, no obstante, un puzzle de difícil resolución para nuestros agricultores y cooperativas. Nuestros costes de producción son más elevados que los que tienen las frutas y hortalizas procedentes de terceros países, por un conjunto de factores: las normativas sociolaborales de los países de origen, la posibilidad de emplear determinados productos fitosanitarios que están prohibidos para los agricultores comunitarios, la progresiva relajación de la presión arancelaria para acceder al mercado europeo.
En este escenario, España debe competir con sus armas, que no son otras que calidad, gama y servicio, apelando a aquellos consumidores que priorizan estos elementos y tratando de convencer a aquellos que todavía dan más importancia a otros a la hora de comprar.
Estos patrones y preferencias de consumo evolucionan con el tiempo, no obstante, y se ven modificados por otros factores, ya sean coyunturales o estructurales. El poder adquisitivo de las familias condiciona, evidentemente, los actos de compra. De ahí que el precio haya crecido 5 puntos porcentuales desde 2022 como factor clave a la hora a de definir qué compran los españoles en los supermercados.
«La producción ecológica continúa siendo un nicho de mercado, que además va en retroceso»
Y también lo hacen los efectos del cambio climático, o al menos así lo indican un 76% de las personas encuestadas. Los consumidores son conscientes de que, por esta causa, en un futuro puede aumentar el precio de algunos productos, y de que su disponibilidad puede ser menor. Están atentos a sus repercusiones y a su vez valoran positivamente las actuaciones que pueden mitigar sus efectos, a lo largo de toda la cadena.
Recapitulando lo visto hasta ahora y aportando algún otro elemento que indica el Observatorio tomemos nota, en todos los eslabones de la cadena, de lo que esperan de nosotros los consumidores: productos frescos que sean de origen nacional, de temporada, con la mejor relación calidad-precio posible, comprados a granel o envasados con materiales sostenibles/biodegradables para reducir el impacto que tiene el packaging en el medioambiente.
Trabajemos juntos para conseguirlo, de forma que todos los eslabones que participan en la cadena que lleva el producto del campo a la mesa del consumidor obtengan unas rentas justas, adecuadas y suficientes para garantizar la continuidad de su actividad y su mejora constante.