El yerno de Juan Roig paga 30 millones por suelo del Valencia CF a cambio de que Lim acabe el estadio

La cantidad que abona Atitlan, sumada a los 80 millones de CVC, ya cubrirían el coste del último proyecto del nuevo Mestalla presentado por Meriton

Roberto Centeno (Foto: Atitlan)

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Atitlan, el grupo inversor fundado y dirigido por Aritza Rodero y Roberto Centeno, yerno del presidente de Mercadona, Juan Roig, ha adquirido los terrenos comerciales anexos al futuro nuevo estadio del Valencia CF en una inversión que, según fuentes consultadas por Economía Digital, oscila entre los 25 y los 35 millones de euros.

El club valencianista ha hecho oficial este jueves la adquisición de esta parcela de uso terciario por parte de Atitlan Desarrollos Inmobiliarios (ADI), filial del grupo comandado por Centeno, a través de un escueto comunicado oficial.

La venta de estos terrenos adyacentes ubicados en la Avenida de las Cortes Valencianas implica también la participación de Área Desarrollo, una filial del Grupo Simetría, en la fase de ejecución del proyecto.

El grupo de la familia Batalla cuenta con la constructora Becsa -que ha formado parte de una de las UTE que han optado a la construcción de la nueva terminal del puerto de Valencia, con malos resultados en la valoración de la comisión técnica– como pieza central de una compañía cuyo foco de negocio es la construcción de infraestructuras.

En todo caso, Atitlan Desarrollos Inmobiliarios es el socio mayoritario en la operación cerrada con el club valencianista, según ha podido confirmar este diario. La empresa del Grupo Simetría participará fundamentalmente en la fase de ejecución del futuro proyecto.

No obstante, el propio club declara en su comunicado que «el acuerdo depende de la aprobación de los instrumentos urbanísticos y licencias necesarias para desarrollar tanto el estadio como las construcciones terciarias planeadas por el comprador».

En el comunicado, el club destaca: «Se culmina un proceso de largas negociaciones que suponen un gran avance para el Valencia CF hacia el objetivo de reanudar y concluir las obras de la futura casa valencianista, ayudando además a desarrollar una de las entradas principales de la ciudad de Valencia, con un proyecto que contribuirá, sin duda, a dinamizar la economía de la zona».

Este paso adelante reafirma el compromiso del Valencia CF en la materialización del nuevo Mestalla, añade el club, reflejando su determinación para hacer realidad este proyecto deportivo y urbanístico que pueda equipararse con los mejores estadios del país.

Obras del nuevo Mestalla

Fuentes consultadas por este diario han explicado que el Valencia CF se garantiza a través de este acuerdo, que ronda los 30 millones de euros, contar con los recursos necesarios para poder «ofrecer garantías económicas al ayuntamiento» para la finalización del nuevo coliseo valencianista.

De hecho, el club ya cuenta con 80 millones de euros aportados en un préstamo participativo por el fondo británico CVC, que ya ha regado de millones a La Liga. De este modo, sin que el propietario de la mayoría accionarial del club, Peter Lim a través de su empresa Meriton Holdings, ponga un euro de su bolsillo, el presupuesto del último proyecto que presentaron, catalogado por los críticos como ‘low cost’, ya estaría cubierto, ya que el arquitecto del nuevo Mestalla cifró en 119 millones el montante restante para finalizar la construcción.

Eso sí, entre las cláusulas que el grupo empresarial del yerno de Juan Roig ha fijado en el contrato para hacerse con el terciario del nuevo Mestalla se encuentra la exigencia de que esta cantidad deberá ir íntegramente dirigida a la finalización del estadio.

A su vez, esta inyección económica para el club de Mestalla también está sujeto a que el Ayuntamiento de Valencia apruebe las fichas urbanísticas y el convenio que regirán esta edificación.

Solo 24 horas antes de este anuncio, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia rechazaba en el pleno municipal la última propuesta en este sentido presentada por PSPV y apoyada por Compromís. La negativa se basaba en un informe de los técnicos del consistorio que consideraban que la exigencia de una fianza a Lim para garantizar la construcción del nuevo estadio «es contraria a derecho».

Tanto la Generalitat como el Ayuntamiento eran conocedores desde hace tiempo de la existencia de esta operación, cuyas negociaciones se han prolongado durante más de dos años, confirman las mismas fuentes.

Las fichas urbanísticas quedaban de nuevo sin salir adelante y son de hecho estas, junto al preceptivo convenio, las que deben fijar las normas que debe seguir Lim para acabar el nuevo Mestalla, con exigencias como una capacidad mínima.

Atitlan tiene claro el proyecto

La parcela que la filial de Atitlan ha adquirido en su acuerdo con el Valencia CF es de ámbito terciario, por lo que su uso debe ser comercial, hotelero, destinado a oficinas o similar. Según ha podido confirmar Economía Digital, el grupo empresarial tiene perfectamente definido el proyecto que pondrán en marcha si todo sale adelante. Será comercial u hotelero y no se contempla la construcción de oficinas.

Además, este acuerdo pretende acelerar la puesta en marcha de las obras de construcción del nuevo Mestalla, con la intención incluso de llegar a acoger partidos del Mundial que se celebra en el año 2030 en España, Portugal y Marruecos.

Vista general del Nou Mestalla. EFE/Kai Försterling

En su comunicado, el Valencia CF ha expresado que «tras prolongadas negociaciones durante años, este acuerdo marca un hito significativo para el Valencia CF en su camino hacia la reactivación y conclusión de las obras de su futura sede» que, además, «contribuirá al desarrollo de una de las entradas principales de la ciudad de Valencia, lo que impulsará también la economía local».

En el mismo sentido se han pronunciado desde Atitlan a preguntas de este diario. Desde el grupo empresarial han destacado que es un proyecto que «contribuirá al desarrollo económico de esa zona de la ciudad» y celebran que el acuerdo contribuya a «deshacer el nudo» de una situación que se encuentra atascada, la reanudación de las obras.

«Deja de ser una quimera que pueda haber nuevo estadio«, celebran desde la empresa dirigida por el yerno de Roig.

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