«Tiene que ser sostenible la electrificación. No podemos empujar si no estamos preparados»
Paula Carsí, directora de Innovación de Ford Europa, asegura que hay que "seguir trabajando dentro de las tecnologías que ahora sí podemos explotar" ya que a la electrificación "aún le queda un poco"
Paula Carsí (Valencia, 1994) se licenció en ingeniería aeroespacial en la Universidad Politécnica de Valencia en 2015 y desde 2022 es la directora de innovación en producción de Ford Europa, lo que le convierte en una de las personas con mejor información sobre el futuro de Ford Almussafes.
¿Cómo ves el futuro de la factoría?
Me gustaría poder darte una respuesta muy clara y concisa en tiempo y forma pero, por desgracia, sigue habiendo mucha incertidumbre. Lo que sí que sabemos es que la factoría está muy bien posicionada para cualquier decisión que la compañía vaya a tomar gracias a lo que hace en su día a día.
Se habla de la disrupción del automóvil, de la electrificación. Recuerdo una entrevista que te hicieron en 2019 en el que te preguntaron qué modelo te traerías de Estados Unidos y dijiste el Ford Raptor o el Ford Edge en su versión de gasolina. ¿Has cambiado de opinión?
(Risas) He de reconocer que seguimos haciendo muy buenos coches de gasolina como el Bronco nuevo, que ese también me lo traería seguro. Una vez he probado los coches híbridos y eléctricos que hacemos es una gozada conducirlo. El Mustang Mach-e es uno de los grandes productos que ha conseguido hacer Ford y es una pasada conducirlo. A todos se nos ha ido abriendo los ojos con esta nueva transición.
El aparcamiento de la Ciudad de las Artes y las ciencias está lleno, con ocasión del I+Day de Ford, de Mustang Mach-e, un producto emblema de la electrificación en Europa ya que hay otros productos exitosos de Ford como la F-150 eléctrica, que no tiene mercado aquí. ¿Existe portfolio en Ford para adecuarse a los gustos de Europa y que se pueda producir en Almussafes?
Una cosa que están haciendo muy bien Ford, y todas las marcas, es entender que los mercados son distintos. Ahora se está haciendo mucha inversión para obtener datos de esos mercados para tomar buenas decisiones y esto se tiene que plantear haciendo productos sostenibles en coste y forma. Esto implica que necesitas plataformas globales que realmente puedan ser escalables a nivel mundial. Al final, jugamos a eso. ¿cómo utilizamos plataformas de vehículos globales y comunes a todos que te permita tener una estructura de costes sostenibles pero que el diseño, la parte visual del vehículo exterior, se pueda adaptar a las necesidades de cada uno de los mercados? Ya hemos visto como algunos de los vehículos que se venden en distintas regiones no son exactamente iguales en su interior y funcionalidades.
Hace 15 años, Almussafes era la hermana pequeña de Colonia, Saarlouis y Genk. Ahora, la situación es muy distinta. La innovación está focalizada en Valencia y, específicamente, en tu persona, lo cual da una posición a Almussafes muy distinta.
Sí y lo hemos visto también en otras posiciones. La planta lleva muchos años trabajando y cultivando muy duro para ser lo mejor que se podía ser. El resultado de esto ha sido un equipo muy potente con capacidad de hacer cosas de gran impacto dentro de la compañía no sólo en Valencia sino desde Valencia para todos. La compañía lo ha reconocido y tengo la oportunidad ahora de liderar al equipo a nivel europeo pero hemos visto muchos otros compañeros en puestos europeos e incluso en estancias en Estados Unidos durante dos o tres años para exportar ese talento y tener un mayor impacto dentro de la compañía. Hemos roto esos techos de cristal, que era difícil teniendo esas centrales en Inglaterra y en Alemania.
¿Por qué Ford Almussafes es puntera en innovación en comparación con el resto de plantas de la multinacional?
Te podría decir muchísimas razones. Yo salgo de Valencia para escalar el modelo que habíamos desarrollado aquí en Europa y te das cuenta de que tampoco lo puedes implantar 100% en otros países. Hay que entender otras culturas. He tenido que contar muchas veces cuál era ese modelo y por qué funcionaba aquí. Yo le resumiría en tres grandes áreas. Hay una parte muy importante que es el equipo y cómo está estructurado. Cuando hablo de equipo, me refiero a las capacidades que tiene la planta, pero no solo que las tiene actualmente sino las que tenía ya hace 10 años. Esa es la clave porque la planta tiene un ADN de mejora continua y aprendizaje que está obligado a mirar al futuro y pensar en qué necesito para el futuro. Esas capacidades pasan por formar a la gente y seguir atrayendo talento sin que haya discontinuidades en el tiempo. La estructura intentamos que sea lo más plana posible donde la gente se pueda empoderar, donde la gente que tenga la capacidad de proponer cosas y que, desde arriba, se le apoye y se le escuche. Eso yo no lo he visto fuera de Valencia. Eso hace que todo vaya más rápido.
Y esto lo perciben en Estados Unidos.
En una de las conversaciones que tuve con el Centro Tecnológico de Estados Unidos, que ellos ponían mucho en valor que nuestro modelo era el que funcionaba, y le decía es que nosotros conseguimos que las mismas personas que están implementando los proyectos sean los que están mirando cuáles son las tecnologías que vendrán en el futuro y son los que están hablando con el proveedores para entender que ventajas podemos sacar en ciertos productos. Al final, la transferencia de conocimiento es muy rápida y encima integramos en nuestros equipos de desarrollo a la gente que luego va a estar trabajando con esas tecnologías, por lo tanto aseguramos que van a comprar esa solución y que la van a hacer buena. No necesitamos desarollar algo que esté 100% paquetizado y que funcione sino desarrollarlo junto con ellos porque ellos lo van a hacer bueno, eso es algo que tiene la factoría de Valencia que no existe en otro sitio.
Otra clave es el ecosistema.
Uno de los objetivos que yo he puesto para 2024 para todas las regiones que tenemos en Ford Europa, y hablo también de Turquía y mercados internacionales, es que hay que desarrollar los ecosistemas locales. Necesitamos hacer esa unión de equipo de Ford Europa donde seamos capaces de transferir mucho del conocimiento apoyarnos en recursos pero si no desarrollamos los ecosistemas locales al final es muy difícil ir a la velocidad que necesitamos.
¿Cómo es el ecosistema de Valencia?
El ecosistema local que se ha desarrollado en Valencia y que se lleva trabajando desde hace muchísimos años, es muy bueno y además ayuda también a atraer a muchos más agentes, externos al ecosistema de Ford, que lo van haciendo que aún sea más potente. Ford mira bien a Valencia, no sólo por lo que hace bien dentro de la factoría, si no también por lo de fuera de la factoría. Esto es gracias al ecosistema y esa colaboración.
Cuesta entender que si Ford ve con tan buenos ojos a Almussafes eso no se convierta en adjudicación de modelos para Almussafes. ¿Cómo es posible?
La respuesta es bastante sencilla. Tenemos que tener ese coche para adjudicar. Desde luego nadie, ni aquí ni allí, pone en duda el valor que tiene la factoría. Está reconocida pero tenemos otras variables externas que la compañía tiene que controlar en cuanto a tener claro qué, cuándo y cómo hay que fabricar para poder seguir nuevos sostenibles como empresa. Si se estuvieran adjudicando coches por ahí y no aquí, sería otra conversación la que tendríamos que tener pero, por desgracia, la situación del sector del automóvil ahora mismo es un poco incierto y difícil. Siempre digo que no me gustaría ser el CEO de una compañía de automóviles ahora mismo porque son decisiones muy difíciles que tomar con muchas variables a intentar controlar, pero desde luego lo que sí que sabemos es que la posición de Almussafes para fabricar, sea lo que sea, es muy buena.
Ford ha parado una fábrica de baterías en Turquia, que está dentro de tu área de responsabilidad, en una decisión distinta a la inequívoca la electrificación inmediata de toda su producción que había planteado. ¿Replantea las opciones que los próximos vehículos puedan ser no sólo 100% eléctricos?
Lo que tiene que hacer Ford, y lo que está haciendo todas las empresas del automovil, es recalcular y estar continuamente atentos a los datos. No estamos sólo en esto. Hay muchas partes que tienen que hacer sostenible la electrificación, es lo inteligente. Tenemos que construir juntos hacia eso. No podemos empujar hacia a lo que no estamos preparados o si las distintas variables no están preparadas. Desde nuestra posición, lo que podemos hacer es estar preparados para cuando venga eso, pero sino se está y aún queda un poco, pues seguir trabajando dentro de las tecnologías que ahora sí podemos explotar. Nosotros decimos que hay que tener un pie en la exploración y otro pie en la explotación de lo que ahora sí puede funcionar.
Para la innovación incides en la necesidad de un ecosistema en el que la Universidad Politécnica de Valencia es un factor clave. Tras la jubilación del director de operaciones y de la planta de motores, llegan a estos dos puestos profesionales formados en la UPV. ¿Qué importancia tienen las universidades para Ford?
Es fundamental para desarrollar el talento y prepararlo y por todo el conocimiento que se genera también en los institutos que han nacido o colaboran con las universidades. Yo no me daba cuenta estos años porque aún estaba muy cerca de la universidad pero es una cuestión que se valoran mucho fuera de España. En Estados Unidos valoran que nos nutrimos de la talento y de conocimiento.
A nivel europeo, tenéis la convencimiento de que sí estáis en el camino correcto hacia la continuidad de Ford Almussafes. ¿Qué le pedís a las administraciones, al tejido productivo y a todos los steakholders que rodean a Ford para que la factoría de Almussafes continúe?
Sólo pedimos continuidad en la dirección que llevamos estos años. El compromiso de la parte pública como del resto del ecosistema con Ford es total. Esto es importante porque así podemos seguir luchando por el futuro y esto se pone en valor fuera de España.