Juan Roig construye un hangar privado para Mercadona en el Aeropuerto de Valencia
El estudio de Amparo Roig diseña estas instalaciones, que cuentan con 6.500 metros cuadrados repartidos entre oficinas, almacenes y el propio espacio para los aviones de la compañía
El estudio ERRE Arquitectura, del que es socia Amparo Roig, hija del presidente de la cadena de supermercados valenciana, Juan Roig, ha concluido la obra de la nueva terminal privada de Mercadona en el aeropuerto de Manises (Valencia).
El empresario valenciano podrá hacer uso así de unas instalaciones que cuentan con oficinas, almacenes y el propio espacio para los aviones de la compañía, que cuenta, según diversas informaciones, con dos aeronaves propias.
De este modo, estas instalaciones dispondrán de 3794,14 metros cuadrados solo de zona de hangaraje, pero esta es solo una de las dos zonas que compondrán estas nuevas instalaciones de Mercadona en el aeródromo valenciano, que cuenta a su vez con cinco terminales públicas y cuya ampliación reclama al Gobierno la Generalitat Valenciana.
En concreto, el aeropuerto de Manises incluye un edificio terminal destinado a la aviación comercial de pasajeros y que integra en un solo edificio la terminal principal, compuesta a su vez por las terminales T1 y T2, y la regional, destinada exclusivamente a la aviación regional. Además, dispone de una terminal destinada a la aviación general, vuelos charter y aviación privada, una destinada a autoridades y una de carga.
En cuanto al resto del espacio del nuevo hangar de Mercadona, también cuenta con una zona de uso administrativo, que alberga las oficinas y se distribuye en dos plantas entre las que se generan dobles alturas y visuales, detallan desde Erre Arquitectura. A la propia zona de hangaraje se suma además un espacio para el albergue de las aeronaves, así como una zona de almacenes.
Los detalles del proyecto
El diseño de la estructura ha supuesto uno de los grandes retos del proyecto y el elemento que más ha condicionado el aspecto final del edificio. La estructura se resuelve mediante pórticos rígidos metálicos a dos aguas con cerchas de canto variable.
De la misma manera, se plantean dos apoyos que darán soporte a una cercha metálica de gran canto que posibilitará la apertura libre frontal de 100 metros para adaptarse a los requerimientos y exigencias funcionales del espacio.
El desafío principal de este proyecto ha sido estructural, al necesitar una planta y una apertura frontal de 100 metros libres para dar respuesta a los requerimientos y exigencias funcionales del espacio.
El proyecto para esta terminal privada plantea «una geometría clara y rotunda definida por un único volumen (120 x 47 metros) en el que la materialidad metálica exterior que envuelve el edificio unifica sus diversas funciones y estructuras».
Esta piel, que en algunas zonas se microperfora para permitir la entrada de luz a los espacios interiores, le confiere al proyecto «un aspecto industrial unitario y, a la misma vez, dinámico y variable que cambia según la luz y la hora», explican desde el estudio de Amparo Roig.
En términos de sostenibilidad, el proyecto, a pesar de su superficie y volumen, tiene un impacto reducido, ya que la zona de uso hangaraje (3794,14 m2) no requiere ser acondicionada climáticamente. La ventilación natural de este espacio se consigue mediante la instalación estratégica de tres ventiladores, evitando la estratificación del aire en invierno y permitiendo reducir la carga térmica en verano.
En cuanto a la materialidad, en la zona de uso industrial se ha optado por acabados metálicos y estructura vista para lograr así un aspecto industrial más acorde con su uso. En la zona de uso administrativo, se ha optado por una materialidad más cálida mediante el uso de madera, así como falsos techos abiertos y moquetas que permiten satisfacer las necesidades acústicas y funcionales de estos espacios.
El resultado es una arquitectura de un carácter compacto que responde a los complejos requerimientos técnicos y programáticos que un proyecto de estas características requiere.
Este proyecto, que ha obtenido premios de la Muestra de Arquitectura Reciente en Valencia en los años 2020, 2021, 2022, ha contado entre sus colaboradores con Lymsa; Tau Cerámica; Thu Ceiling; Solei; Hermo; Montajes Silla; Beira8; Thyssen; Fongascal y Pavasal, entre muchos otros.
Las oficinas centrales de Mercadona o el Roig Arena
Este es uno más de los proyectos que Amparo Roig lleva o ha llevado a cabo para Mercadona o para el propio Juan Roig. Entre otras iniciativas, Erre Arquitectura también se ha encargado de las obras de las nuevas oficinas centrales de Mercadona, que siguen progresando en su construcción y ya han recibido a 700 de los 2.600 trabajadores que se esperan al concluir las obras.
Sin embargo, el que puede ser el proyecto más grande y más emblemático que tienen en marcha es el Roig Arena, que afronta el tramo final de su construcción.
Con una inversión de 280 millones, el proyecto de Juan Roig ocupará una superficie de 47.000 metros cuadrados y contará con una capacidad de 15.600 espectadores en modo basket y de 18.600 en modo concierto.
La previsión es que esta gran iniciativa del empresario valenciano esté lista a finales de este 2024 para así ya en 2025 albergar grandes actos deportivos, culturales, de entretenimiento y corporativos en la ciudad.
Tras 30 años impulsando el Valencia Basket Club y al convertirse en campeones de la Liga (temporada 16/17), Juan Roig decidió dar «el paso definitivo» y desarrollar el proyecto de un nuevo pabellón de referencia para el club. Esta idea inicial evolucionó hasta el concepto de Arena. Con ello, el empresario «impulsa su legado» para la ciudad de Valencia, la Comunitat Valenciana y España.