La negativa de Ford a negociar el ERTE asfixia a los proveedores al dejarles sin producción ni flexibilidad
Los pequeños proveedores se conjuran para aguantar sin suspensión de empleos: "La decisión es mantener el empleo pero vamos a ver semana a semana si aguantamos"
La decisión de Ford de suspender turnos de producción sin acudir al mecanismo del ERTE supone una enorme amenaza a la viabilidad de las industrias valencianas auxiliares de la automoción. La multinacional americana ha decidido que tendrá a los empleados de brazos cruzados cuando no tenga producción y que asumirá las pérdidas que ello supone, que se sitúan en el entorno de los 100.000 euros en los casos de que se suspenda un turno de tarde. El efecto dominó que esta situación provoca pone en riesgo, especialmente, a las empresas de capital valenciano que fabrican al ritmo que la factoría de Almussafes aunque, según ha testeado Economía Digital con las fuentes del sector, la decisión entre las pymes es aguantar sin medidas laborales traumáticas, por lo menos, a corto plazo.
Hasta la ruptura de la paz social, aquella que garantizaba la flexibilidad que la industria de la automoción requiere para trabajar, cuando la factoría de Ford preveía problemas de producción, ya fuera por caída de la demanda o en los últimos años por falta de chips y semiconductores u otras piezas, se pactaba un ERTE. El expediente de regulación temporal de empleo iba a acompañado de un informe de justificación en el que Ford decía los problemas existentes y la solución que proponía. E incluía un dato crítico: el número de jornadas de trabajo que se podía suspender el empleo mediante este mecanismo.
En el parque de proveedores, a grandes rasgos y sin menospreciar la labor de cada uno de los departamentos de recursos humanos, realizaban un «copiar/pegar» del expediente de Ford y lo reproducían para su empresa. Todos los directores generales de Trabajo, tanto de la época del PP como de la reciente del PSOE, aceptaban los expedientes por estar adecuadamente argumentados.
Desde el jueves por la tarde, cuando Economía Digital publicó que Ford tendrá a 1.000 personas durante siete días de brazos cruzados por no tener producción ni ERTE, algunos proveedores se pusieron a buscar soluciones. La primera reflexión que surgió es que cualquier proveedor puede pedir un ERTE «siempre que pueda justificar las causas productivas». El problema que tienen los proveedores es el escaso tiempo de reacción que ofrece Ford a sus colaboradores.
Atendiendo al último anuncio, el cese de producción de las jornadas 30 y 31 de octubre se ha comunicado con seis días hábiles de antelación, un periodo excesivamente corto como para preparar, presentar y lograr la autorización de un ERTE que se presente ante la dirección general de Trabajo, competencia que ahora está bajo la tutela del conseller de Educación, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira.
Tal y como explican desde una multinacional proveedoras de piezas a varias fábricas en España, los tiempos y la comunicación de Ford es deficiente en comparación con la que ofrecen otros fabricantes. «Lo más fiable es preguntarle a UGT-Ford cuándo se va a fabricar porque son los que tienen la información más actualizada», aseguran matizando que esta práctica es atribuible en España sólo a Ford.
El ‘modus operandi’ es relevante porque la costumbre está en replicar lo que hace Ford en el parque de proveedores para que los imprevistos de producción que se comunican con escaso tiempo de reacción puedan ser cubiertos. Por esto, es relevante para los proveedores dimensionar y conocer el volumen de paradas que Ford pueda realizar en los próximos meses. El hecho de que haya agotado las jornadas industriales de 2023 y 2024 y que tenga convocados siete jornadas de brazos cruzados penaliza a la hora de planificar la producción en el parque de proveedores.
Cónclave informal de proveedores para no despedir
Con esta incertidumbre en la industria, ayer por la mañana se produjo un cónclave entre pymes y proveedores de segundo nivel, los llamados Tier2, en donde la pregunta recurrente fue: «¿Tú vas a hacer ERTE?». La respuesta, prácticamente por parte de todos, incluyó el mismo matiz: «De momento, no». «La decisión es mantener el empleo pero vamos a ver semana a semana si aguantamos», añaden
«La cuestión es que ahora no sabemos si tendríamos que pedir un ERTE para 20 días, 40 o 60 porque no sabemos qué va a pasar», explica un proveedor presente en la reunión informal que ayer se produjo.
Oficialmente, el cluster de la automoción y la movilidad, Avia, dijo ayer: «Desde AVIA no entramos en los planes de Ford. Los proveedores están habituados a acompasar sus producciones a los vaivenes de la producción de la compañía y somos conscientes de que la caída de la demanda es el factor que determina estas paradas. Por otro lado, los proveedores valencianos están trabajando en diversos proyectos para otros OEM (fabricantes) y para otros Tier 1 (proveedores de primer nivel) lo que permite diversificar los productos, los clientes y los mercados».
Llevado al lenguaje de la pyme, un pequeño proveedor explica: «Yo estoy diversificado y no voy a hacer un ERTE pero no sé cuánto voy a aguantar porque no sé a qué me enfrento. Con esta situación, lo único que puedo decir es que semana a semana tendré que ver qué hago».
Desde la conselleria de Educación, Universidades y Empleo se confirmó ayer a preguntas de este medio que todavía no se han presentado ERTE alguno relacionado con el parón de producción de Ford. Desde el parque de proveedores se confirma que no hay presentados, están en estudio.