La fachada del edificio incendiado, la guinda del pelotazo que creó un nuevo barrio en Valencia
En 2004 se vinculó el premio de las Fallas al precio de los solares sobre los que se levantó un barrio en el que el edificio de FBEX se desmarcó por instalar una fachada que permite que el fuego corra
La mejor ubicación. La más cercana al metro, a los servicios del barrio. Los pisos más espectaculares. La fachada más llamativa. El lujo. Lo era todo. Cuando el barrio Nou Campanar estaba a punto de finalizarse y el boom inmobiliario gozaba su escalada infinita, FBEX alzó el edificio cuya decoración ha provocado 10 muertos. 22 de febrero de 2024 es la fecha fatídica del epílogo del boom inmobiliario. El incendio demuestra que aquella ambición por encima de las posibilidades acaba en tragedia.
Conocido el final (con la esperanza de que no se repita lo vivido), vayamos al origen: 20 años atrás. Los abogados preparaban papeles para promotores en Valencia. Queda poco para las Fallas y había irrumpido una nueva comisión que levantaba un monumento espectacular. Se construyó una falla, Nou Campanar, que atrajo a toda la ciudad para verla. Como el presidente de la falla era promotor, aquel solar donde se plantaron los ninots se convirtió en el centro de atracción de vecinos de la ciudad y pueblos de alrededor.
El 16 de marzo de 2004, en el casal de la falla Nou Campanar se sentaron en la mesa Juan Armiñana, que sería promotor de una gran parte del barrio, y Paco Roig, el que fuera presidente del Valencia CF y propietario de importantes solares en la zona. Si ganaba el primer premio, el suelo valía más. Si perdía, la venta se hacía a precio inferior. Así lo relatan las fuentes falleras que conocieron la operación. Se estampó la firma en el contrato caro y corrió la fiesta. Nou Campanar ganó el primer premio durante seis años.
Arrancaba un nuevo barrio que crecía a la velocidad endiablada de la subidas de precios de la vivienda de manera mensual y hasta semanal. El «compra ya que mañana es más caro» se instaló en el frenesí de aquella época en la que ni se planteaba la Responsabilidad Social Corporativa ni la calidad era una factor en el negocio especulativo del «me lo quitan de las manos».
Fue en 2005, con ese contexto, cuando Juan Paradas, presidente de FBEX Promo Inmobiliaria, vinculado a los Pujol, concedió una entrevista a El Mundo donde decía que apostaba por las VPO y la diversificación. Los datos era que tenía suelo para 10.000 viviendas de las cuales 200 serían VPO. Es decir, el 2%. Cuando se le preguntaba por la diversificación, afirmó que «creemos que la diversificación es necesaria en cualquier ámbito económico» pero «pensamos que la especialización es el camino más idóneo para poder dar un mejor servicio a nuestros clientes».
La fotografía de aquella entrevista tiene a Juan Parada con sonrsisa de oreja a oreja con una imagen del edificio que 19 años después se ha quemado provocando la muerte de 10 personas. La imagen se ha quedado en blanco y negro por el paso de las llamas pero la esencia del pelotazo y el frenesí constructor queda totalmente definido cuando se estaba vendiendo el edificio con la fachada mortal.
El monocultivo de los promotores del estilo de FBEX recuerda en su cantidad de deuda a cuando entró en concurso a Llanera. FBEX dejó con su crisis edificios que construía junto a la Astroc de Enrique Bañuelos, que protagonizó el mayor fiasco bursátil de la época. Antes de ocurrir esto, su edificio tenía que ser el mejor. Este es el contexto en el que se tomó la decisión de poner esa fachada por la que ha corrido el fuego.
Los promotores valencianos que cayeron con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, pero especialmente los más veteranos y cuya experiencia les llevó a ser supervivientes en el desplome del mercado, se tiraron las manos a la cabeza cuando el empresario catalán de FBEX, Juan Parada, puso precio a sus pisos. «Entonces la ambición era vender el piso estándar de tres habitaciones y dos baños a 360.000 euros y se desmarcó pidiendo 600.000. Todos en el sector pensábamos que estaba totalmente fuera del mercado pero en FBEX decían que ya subirían los precios», comentaron fuentes del sector promotor hace ya casi tres lustros.
Ahora, los supervivientes del boom, aquellos que aún mantienen el teléfono de principio de siglo, atienden aún a sus clientes presas del pánico por si su vivienda se puede también convertir en cenizas. El viernes hirvieron los teléfonos. Aquellos que hoy mantienen su histórica actividad de construcción de viviendas respiran aliviados por que nunca optaron por introducir materiales que actúan como la pólvora en el envoltorio de sus viviendas. No todos los promotores fueron iguales.
El resultado del desplome del mercado inmobiliario fue un reajuste de todos los precios a la baja de manera que según las cajas de ahorro iban refinanciando bloques para evitar anotarse pérdidas y evitar provisionarlas se iban acercando los precios a la capacidad de compra de la demanda. Pese al concurso de acreedores y posterior desaparición de FBEX, estas viviendas con esa fachada que brillaba escondiendo el corredor oculto idóneo para que el fuego calcine el edificio, mantuvieron un considerable prestigio.
Los pisos, de hecho, tenían hasta el incendio precios superiores a sus similares en la zona. Cuando arrancaron las llamas este jueves, uno de los áticos de dos habitaciones se vendía por 455.000 euros. Debajo de este inmueble, un piso de dos habitaciones de 85 metros cuadrados en novena altura cotizaba a 355.000 euros. Estas características se encuentra en el barrio en urbanizaciones más amplias con precios considerablemente más reducidos.
El edificio de la promotora FBEX calcinado porque el fuego ha corrido por su fachada fue la guinda de un modelo del boom inmobilario en el que la ostentación y el lujo se consumía como ‘fast food’ ya que en parte sus calidades no era más que eso. Todo se creía posible en el barrio que se levantó al calor de una falla que amontonó a los valencianos hacia un concepto de viviendas con jardín y piscina que no había tenido tanto desarrollo en la ciudad.
Y entre las posibilidades urbanísticas, también estuvo la de poner esa fachada que ha provocado la tragedia o no. FBEX optó por ponerla y el barrio que se levantó por una falla ha llorado como nunca. 10 muertos. Fin del boom inmobilario en Nou Campanar.
Un comentario en “La fachada del edificio incendiado, la guinda del pelotazo que creó un nuevo barrio en Valencia”
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Uy!!! Ahora se dan cuenta de la locura inmobiliaria de estos años.?
Donde estaban que nadie denuncióarian lo que estaba ocurriendo. Todo el mundo tomó asiento en el banquete. y añado,si ocurriera un terremoto quanto de estos edificios quedarian de pié