«Joder, no me han despedido de la Ford»
El final de la asamblea se convierte en un enorme besamanos a José Luis Parra, futuro sucesor del líder Carlos Faubel y que todavía en silla de ruedas encara el final de su recuperación médica, en una prueba de la enorme unión y sentimiento de pertenencia que tiene la plantilla de Ford Almussafes al sindicato UGT
Las asambleas de UGT-Ford, abiertas e incluso retransmitidas por Youtube, son una prueba de dónde están las preocupaciones de la plantilla de la factoría de Almussafes. En las preguntas de los empleados en el turno de ruegos y preguntas, quedó la patente cuáles son las inquietudes de los trabajadores y su resumen lo firmaría cualquier empresario junto con su consejo de administración: Preocupa si va a haber coches que se van a vender.
Dentro de este enfoque responsable, no hubo ni una palabra encaminada hacia boicot o huelga por parte de los trabajadores. La conflictividad sólo la nombró Carlos Faubel como una etapa a la que no se quiere llegar pero sin mediar, de momento, ni atisbo de amenaza. Ahora bien, aunque este fue el tono general de la reunión, a la tercera vez que le pincharon a Faubel con «qué hay de lo mío» aseguró que existía la opción de que alguno de los presentes acabara el año con la frase: «Joder, no me han despedido de la Ford».
Para entender esta casiústica hay que recordar que el planteamiento de Ford es despedir a 1.622 empleados. «El número ya se lo sabe hasta mi cajera de Consum», aseguró Faubel, pero no todos son iguales. Por un lado, hay 626 bajas incentivadas para salidas definitivas y por otro, según el planteamiento inicial de Ford, 996 despidos con la indemnización mínima de 20 días por año trabajado y una «preferencia de recontratación».
Mientras en el segundo bloque hay pánico, en el primero hay muchos salivando. Las condiciones que se están firmado y aplicado en los ERE anteriores para las bajas incentivadas contemplan el despido con 45 días de indeminización por año trabajado más un plus lineal de 40.000 euros. Las condiciones son buenas, pero todavía son mejores las de las prejubilaciones.
Ahí se habla de prejubilaciones si tienes 57 años o más con un complemento de hasta el 85% del salario más el convenio especial de cotización de la Seguridad Social. La primera pregunta que se planteó ayer en la asamblea fue cuándo había que tener esa edad y si se podría prejubilar alguien en 2025. Faubel, que todavía no expuso los datos de cuántos prejubilables hay, ya advirtió que el ERE con prejubilables y bajas incentivadas se cerraría este año.
El siguiente paso en las preguntas fue cuando un empleado pidió consejo a la dirección de UGT para saber cómo reaccionar cuando un jefe le mete en un despacho para hablar sobre su candidatura a apuntarse al plan de bajas incetivadas. Faubel indicó que la cantidad de casiústicas que hay en una fábrica tan grande es enorme y sugirió una reflexión.
«Cuando a uno le invitan, lo primero que tiene que decidir es si se sienta o no se sienta y luego se tiene que preguntar: ¿Qué hago yo para que me inviten? Y después preguntarle al que te invita: ¿Tú por qué me estás invitando? La vida está llena de matices y las cosas no son blancas o negras», explicó.
Despues de varias intervenciones en este sentido, un empleado de la planta de montaje aterrizó en el quid de la cuestión. «Que vayan primero las prejubilaciones», solicitó.
Faubel respondió: «Te entiendo perfectamente». La cuestión está en que el ERE de 626 despidos incentivados «es más barato el plan de bajas que el plan de acompañamiento». Es decir, Ford prefiere voluntarios a los que pagar 45 días por año trabajado que prejubilados, por lo que puede ser que algún trabajador que ha visto con estos macrodespidos su paso a la jubilación pueda tener que seguir trabajando en la planta. Ahí llegó la frase de Faubel de: «Joder, no me han despedido de la Ford».
UGT-Ford tiene a la plantilla unida
Valencia es fallera. Una parte muy relevante de la provincia celebra las Fallas aunque no todos tienen el título oficial de «fallero», entendido como aquel paga la cuota en una comisión fallera. El símil se puede trasladar a la Ford. Toda la provincia de Valencia tiene una fuerte influencia de Ford en su actividad económica pero empleados de Ford son los 4.800 que tienen nómina pagada por la multinacional americana.
En las asambleas de UGT-Ford (porque lo de colarse en la factoría para ver cómo funciona tampoco es tan sencillo) se ve la esencia de cómo interactúan los empleados igual que en las exaltaciones de la Fallera Mayor se ve cómo se relacionan los falleros ‘pura cepa’ entre ellos. Una de las cuestiones más llamativas en estos actos es que niñas y niños y no tan jóvenes tienen un fenómeno fan con las que han sido Fallera Mayor en años anteriores y se va en busca del selfie.
Ayer la asamblea empezaba a las 10 horas y a las 9.30 ya no se podía pasar por la calle Arquiteco Mora donde está la sede de UGT en Valencia por los centenares de empleados que esperaban la apertura de puertas con el QR en la mano para coger sitio. Nada más cruzar la puerta roja se empezó a oir: «Ahí está José Luis Parra». En silla de ruedas y con el horizonte médico ya despejado mientras transita su recuperación se ubicó en un rincón de la última fila.
Carlos Faubel empezó su discurso diciendo que siempre las asambleas de UGT marcan la solución a los problemas y destacando la «lealtad permanente» de José Luis Parra porque «siempre te tengo a mi lado». La ovación no sólo fue unánime y sonora sino notablemente permanente en el tiempo. La demostración de que sus piernas empiezan a tener fuerzas le permitió levantarse, lo que sólo consiguió mantener el ritmo de los aplausos.
Acabada la asamblea, se produjo lo más parecido a un besamanos con José Luis Parra aunque el desfile estuvo más basado en apretones de mano y abrazos. El respeto, admiración, cariño y complicidad que se respira en UGT-Ford es un intangible muy considerable en la medida que el comité de empresa es reconocido por su utilidad y recibe a cambio el apoyo unánime de la plantilla al saber conjugar objetivos compartidos.