Pinturas Isaval pierde siete millones y reduce un 40% su producción en su fábrica de Ribarroja por la DANA
La planta de Ribarroja ha sufrido graves daños materiales y operativos, mientras su presidente reclama menos trabas administrativas para la recuperación empresarial
La DANA que asoló la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre ha dejado un impacto devastador en la empresa Pinturas Isaval, con pérdidas estimadas en siete millones de euros y una reducción del 40% en su capacidad de producción.
Santiago Vallejo, presidente de la compañía, ha detallado a Economía Digital los efectos del temporal sobre su planta de Ribarroja, que sufrió inundaciones de hasta 80 centímetros en sus instalaciones, dejando inutilizada toda la maquinaria de la primera planta, oficinas y afectando gravemente las operaciones.
«Estuvimos parados completamente hasta el 10 de noviembre, y aunque hemos comenzado a recuperar poco a poco, apenas estamos al 60% de nuestra capacidad», ha explicado Vallejo, quien ha destacado que las máquinas afectadas son altamente especializadas y no pueden reemplazarse rápidamente. La producción de envasados ha sido la más perjudicada, lo que ha generado importantes retrasos en las expediciones.
«A nivel de expediciones, nosotros movemos millones de kilos de producto. Tenemos almacenes donde todo son máquinas eléctricas, que prácticamente la mitad no han arrancado y la otra mitad arrancan y paran al día siguiente, y nos van llegando con cuentagotas equipos que alquilamos y que nos prestan. Los pedidos siguen entrando, pero no podemos sacarlos a la velocidad que queremos porque no tenemos medios mecánicos para sacarlos», ha explicado el presidente de Isaval.
Aumentar plantilla para suplir la maquinaria
A la pérdida operativa se suma la dificultad para disponer de personal, ya que 32 empleados han perdido sus vehículos y enfrentan complicaciones para acudir al trabajo. «Además, con la maquinaria fuera de servicio, hemos tenido que ampliar plantilla con 15 nuevas contrataciones para suplir los automatismos y avanzar en la limpieza y la producción de manera simultánea», ha añadido el presidente de Isaval.
Con una plantilla superior a los 400 trabajadores, otro gran reto es el transporte de mercancías, debido a los daños en las infraestructuras del polígono industrial y los cuellos de botella logísticos. «Lo que antes era un tránsito de una hora ahora se convierte en un viaje de diez horas», ha denunciado, al tiempo que ha urgido a las administraciones a tomar medidas para aliviar estas restricciones.
En ese sentido, critica la falta de apoyo directo y la excesiva burocracia para acceder a ayudas. «Las administraciones deberían facilitar las cosas, no añadir trabas. Estamos en un momento de emergencia y no tiene sentido que se exijan tasas por reparaciones de emergencia, como la reposición de un muro perimetral», ha afirmado.
Los seguros siguen sin pagar y falta flexibilidad
De igual manera, ha querido señalar la ausencia de pagos rápidos por parte del Consorcio de Compensación de Seguros, asegurando que ninguno de sus trabajadores ha recibido aún compensaciones económicas, al igual que su empresa: «Lo que no puede ser es que la administración pública se beneficie fiscalmente de todo lo que está pasando».
Además, en la reunión que hubo con el ministro de Industria, Jordi Hereu, el sector le transmitió que se necesita una mayor flexibilidad laboral, puesto que la legislación marca que no se puede trabajar más de 80 horas ‘extra’ al año, pero ahora que se necesita ese impulso adicional los empresarios sugieren alargar la jornada voluntariamente a quien quiera y pueda trabajar, con el debido pago de esas horas extraordinarias.
«Lo que debe hacer la administración, a todos los niveles, es ser coherente con la situación que estamos viviendo. No puede ser que venga un inspector de trabajo preguntado por los fichajes cuando la máquina de los fichajes se la habrá llevado el agua. Debemos tener claro que esto es como el Covid a otro nivel», ha declarado el presidente de la empresa de pinturas.
Siempre se renace de una guerra
Pese a las dificultades, el presidente de Isaval ha destacado la resiliencia del equipo humano y de la red de almacenes de la empresa, que han permitido mantener las operaciones fuera de Valencia y minimizar el impacto en los mercados internacionales. «Nuestra prioridad ahora es aprender de esta experiencia, reforzar nuestras capacidades industriales y salir más fuertes de esta crisis».
Según ha comentado a este medio, Isaval tenía una previsión de facturación cercana de 72 millones de euros, pero con las pérdidas sufridas en su fábrica de Ribarroja prefieren ser más cautelosos por la inversión en maquinaria que deberán hacer ahora, que ascenderá a en torno tres millones de euros.
El caso de Pinturas Isaval refleja el reto colectivo que enfrentan muchas empresas valencianas en su lucha por recuperarse de uno de los temporales más devastadores de las últimas décadas, exigiendo medidas ágiles y eficaces para reactivar la actividad económica de la región.