Grupo Segura teme no poder exportar de Valencia a Volvo (Suecia) por la huella de carbono
Francisco Segura explica que su plan estratégico marca que a más de 500 kilómetros no suministran piezas por sostenibilidad mientras en Europa siguen llegando importaciones de coches desde China
La descarbonización de la industria de la automoción lleva velocidades distintas. Mientras los deseos de los clientes están frenando el paso al coche eléctrico, como se ha demostrado tanto con Ford como con Mercedes, la industria mantiene su velocidad hacia la reducción de la huella de carbono. El Grupo Segura ha alertado de que es posible que ya no pueda fabricar piezas en Valencia para exportarlas a Suecia por la huella de CO2 que supone.
Desde el estallido de la pandemia que provocó una enorme crisis de falta de chips en la industria de la automoción, se ha abierto una reflexión sobre la reestructuración de la cadena de suministro de la automoción en sentido contrario a la globalización. La cercanía de los proveedores implica una mayor seguridad de suministro y, dentro de la vocación europea de descarbonización, una importante reducción de la huella de carbono que supone cada vehículo nuevo.
La traducción de esta tendencia a las directrices estratéticas de Grupo Segura, principal proveedor de la automoción 100% valenciano, es que las piezas de los automóviles se tendrán que fabricar a un máximo de 500 kilómetros de la factoría en la que se ensamble el vehículo. La posición de Grupo Segura, que en España tiene centros de producción en Valencia y en Galicia, le permite llegar todas las fábricas de España pero hace que se replantée las ventas fuera de las fronteras nacionales.
Con fábrica en Hungría desde hace 14 años y tras adquirir el año pasado dos centros de producción en Alemania, Francisco Segura, CEO de la compañía familiar valenciana, aseguró: «Para proximas cotizaciones, tenemos dudas de si vamos a poder fabricar piezas en Valencia para exportarlas a Suecia».
El motivo está en las amplias exigencias que Volvo está adelantando a los proveedores que exigirá cuando se le entregue cada pieza. El fabricante sueco de propietarios chinos está midiendo la huella de carbono que tiene cada una de las piezas que utiliza.
Durante una mesa redonda en la VII Jornada Paco Pons 2024 organizada por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Francisco Segura aseguró: «El 2023 ha sido loco porque el automóvil está en venta. Nos han surgido oportunidades. Hemos comprado cuatro fábricas nuevas en el último año. Estamos lidiando con la electrificación. La transición depende de los clientes finales y al cliente le está costando bastante esta adopción tecnológica».
Mientras la compra de coches eléctricos no se generaliza, los requisitos para la descarbonización sí que lo han hecho. «Tenemos que consumir el 100% de energía renovable, descabonización total de la cadena en 2050… Todo esto ha afectado extraordinariamente a las compañías. Exportábamos desde Valencia hasta Suecia y ahora lo vamos a tener que hacer, previsiblemente, desde Hungría para reducir nuestra huella de carbono cuando vendamos a Volvo. La cancelación de unidades en Ford ha afectado mucho y el parque de proveedores está bastante dañado. Necesitamos financiación para abordar la transformación eléctrica. Necesitamos ayuda del Gobierno central y autonómico».
Todo esto se produce, tal y como analizó el CEO del Grupo Segura, porque «Tesla llegó a revolucionarlo todo como una empresa que no había fabricado ni un vehículo. Todo cambió. Lo que más daño nos está haciendo en el sector es China, con medidas que no se les exigen».
Francisco Segura planteó en la jornada el sinsentido que tiene que mientras a los proveedores de la automoción en Europa se les está midiendo e incrementando la huella de carbono que tiene su fabricación, estén entregando a piezas para coches que compiten con importaciones de China donde el aspecto de la sostenibilidad carece de trazabilidad.