Ford siembra el pánico en Almussafes: Ofrece 20 días y 12 meses para 1.000 despedidos

Ford pasa de negociar un ERTE con mecanismo RED que alivia los tres años que quedan hasta que llegue el nuevo modelo a proponer la indemnización mínima

Un trabajador en un vehículo de la fábrica de Ford en Almussafes. Foto Rober Solsona / Europa Press

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Ford ha tensionado la cuerda y se ha ido de un extremo al contrario. Tras perder cuatro de los cinco coches que producía y ante cerca de tres años con un carencia evidente de producción al tener sólo el Kuga en la cadena, mantiene las 600 bajas que ya pretendía a finales de mes y convierte 1.300 empleos afectados por un ERTE en 1.000 despidos para los que reserva la peor de las condiciones de una indemnización: 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades.

Las palabras utilizadas en los comunicados dejan claros los planes. Primero UGT habla de 626 «bajas incentivadas». Este es el término habitual en el sindicato cuando se habla de prejubilaciones o de unas condiciones de despido tan positivas en la que se garantiza por la representación de los trabajadores que existirán voluntarios suficientes.

En estas negociaciones, se ha partido de los máximos legales que existieron para los despidos improcedentes pagándose indemnizaciones equivalentes a 45 días de salario por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades.

Por otro lado, UGT advierte que habrá 996 «despidos objetivos» a los que añade la coletilla de «con preferencia de contratación». Con despidos objetivos, como matiza Carlos Faubel a Economía Digital, está proponiendo Ford pagar el mínimo legal: 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades.

Después está la coletilla de la posible reincorporación. El planteamiento, por tanto, pone de manifiesto que ahora Ford tiene un excedente de plantilla que cree necesitará, al menos parcialmente, a partir de 2027.

Ford recupera la fórmula de 2009 con el triple de afectados

Esta fórmula ya se ha utilizado en Ford Almussafes. Ocurrió en 2009 cuando la factoría entonces dirigida por Antonio Adés planteó un ERE para 600 empleados. 200 de ellos se fueron con prejubilaciones y bajas incentivadas mientras se plantearon 400 salidas que fueron recontratadas a los tres años. Ahora las cifras casi se triplican ya que serían 600 las bajas incentivadas y 1.000 los recontratados, con la diferencia que ahora se habla de «preferencia» y entonces fue un compromiso firme y cumplido con todos los que aceptaron las condiciones.

En aquella ocasión se complementó el salario como si el paso de los empleados fuera de la compañía fuera un ERTE, de manera que percibieron el complemento salarial mientras percibían la prestación por desempleo. La principal diferencia que hay entre la actual situación y la de hace 15 años es que ahora la plantilla lleva arrastrando ERTEs desde la irrupción del Coronavirus.

Aunque los datos no se han compartido, diversas estimaciones calculan que hay trabajadores que tienen ya al menos seis meses de prestación por desempleo consumida. Esta merma de derechos supone una handicap importante a la hora de dejar la compañía pese a la preferencia de contratación que, de momento, se ha puesto encima de la mesa como tibio aliciente.

Este problema con la prestación por desempleo es, de hecho, uno de los motivos que de manera más importante refuerzan la necesidad de impulsar el mecanismo RED, que permitiría no sólo evitar los despidos sino además mejorar la formación de la plantilla y reducir los costes empresariales durante el periodo de transición.

Unión empresarios-Consell versus despiste de la izquierda

«Desde Cámara Valencia siempre hemos estado al lado de Ford y sus trabajadores y pedimos el apoyo del Gobierno de España para que apoye el futuro de la compañía y de su parque de empresas proveedoras», aseguró ayer José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, que remarcó que «Ford está tomando las decisiones que le van a permitir mantener una posición competitiva en el futuro. Siempre defenderemos las decisiones valientes de estas empresas y sus trabajadores que en momentos de dificultades se mantienen firmes en un proyecto que ha situado a la Comunidad Valenciana como líder en la automoción, siendo una de las mejores fábricas de Europa».

En la misma línea se manifestó Salvador Navarro, presidente de la CEV, que calificó la propuesta de Ford de acabar con 1.622 empleos de «malísima noticia, sin paliativos» mientras se mostró firme en la petición del mecanismo RED «para mantener el empleo durante el periodo transitorio hasta la producción del nuevo coche».

Ya se había manifestado en esa línea la consellera de Industria, Nuria Montes que remarcó nada más conocerse el alcance de los despidos de Ford en que «la pelota» estaba ahora en el tejado del Gobierno. El motivo es que «Ford es una empresa de ámbito nacional». Y también incidió en la necesidad del mecanismo RED.

Mientras tanto, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y ya exlíder de Sumar, concentraba en un mismo tuit la cifra de beneficios de 4.850 millones de euros (sobre la que tuvo una desviación al alza del 20% sobre los resultados reales obviando las pérdida de 1.992 millones de 2022) con la idea de «tras recibir grandes ayudas públicas para sus proyectos» y obviando también que Ford ha rechazado hasta en dos ocasiones fondos del Perte VEC concedidos por el gobierno.

En la misma línea se mostró ayer Compromís con una propuesta para «blindar los puestos de trabajo y evitar la deslocalización en empresas que reciben ayudas públicas». Actualmente, no existe dicho blindaje en las ayudas percibidas. Tampoco de las recibidas por Ford en los últimos ocho años fueron gestionadas por Compromis junto al PSOE.

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