Ford inicia la fabricación en Rumanía de los coches eléctricos que eliminó de Almussafes

Ford Almussafes ha guardado aquellas gafas de sol que hacían falta ante un futuro tan brillante porque ahora está bajo un paraguas, con el horizonte gris y barro en las botas

Coches eléctricos producidos en Ford Craiova

Coches eléctricos producidos en Ford Craiova

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La partida que en 2012 ganó Almussafes a Craiova (Rumanía) ahora la ha perdido. Hace 13 años, Ford Almussafes producía su primer vehículo comercial convirtiéndose en la fábrica de moda de la multinacional americana. Se cumplía aquello de que «Valencia va a tener un futuro tan brillante que va a necesitar gafas de sol», que dijo el entonces CEO mundial de Ford Alan Mulally. Ahora Almussafes está pasando su periodo más gris de producción tras haber sido nominada para una electrificación que no arraiga.

La llegada de la Transit Connect a Valencia, junto los modelos Mondeo, S-Max y Galaxy que se trasladaron de Genk (Bélgica) a tierras valencianas, fue la confirmación de que Ford Almussafes lo tenía todo para brillar. Le quitó a Rumanía, país low cost, la producción porque era más eficiente. Le quitó los vehículos a Bélgica, país tecnológico, porque era más económico.

Pero, además, ese movimiento supuso la llegada de dos tipos de modelos que no se habían visto en Almussafes, que había fraguado su historia de «Fiesta» en «Fiesta», es decir, con vehículos pequeños, utilitarios, baratos. Daba el salto a los vehículos grandes que hacía Bélgica pero también entraba en el segmento de los comerciales, que dejaban de ser herramientas bastas de trabajo para incorporar tecnologías y comodidad propias de los turismos.

En aquel momento, Ford Almussafes ganó todas las partidas que jugó en Europa y así avanzó hasta que llegó la gran disrupción del autoḿovil. La llegada de la electrificación llevó a la marca americana a plantear una guerra a muerte entre la que superviviente (Almussafes) y la que cierra (Saarlouis). Cierto es que ganó la competición igual que el premio resultó ser desierto y nunca cobrado.

El premio de ganar la competición era montar la plataforma GE-2 de coches eléctricos, que el lenguaje ‘fordiano’ (y en las previsiones que la marca comunicó para que los proveedores las leyeran) se traducía al lenguaje comercial con la llegada del Mustang Mach-e en su versión 2.0.

Aunque el repaso de hitos es una lista de victorias, en paralelo han ido ocurriendo cosas que han hecho que Ford Almussafes guarde las gafas de sol y se pase una temporada bajo el paraguas, con el horizonte gris y barro en las botas.

La pugna entre Almussafes y Saarlouis, que fue desigual porque la planta valenciana tuvo que imponerse a Alemania (Colonia + Saarlouis se unieron y aún asi perdieron) tuvo contraprestaciones que parecieron menores pero que ahora son significativas.

En medio de las semanas que nunca tienen cinco días de producción porque siempre hay alguno de ERTE, Ford Almussafes sigue con su Kuga de combustión o híbrido porque la electrificación no le ha llegado. Colonia tiene en su cadena de montaje el Explorer, que escaso éxito, y el recien lanzado Capri. Ambos son 100% eléctricos.

Pero también en paralelo, aquella fábrica llena de gatos como contaba el entrañable y tristemente fallecido Dionisio Campos, que fue gerente de la planta valenciana pero también de la rumana, han ido aprendiendo los rumanos hasta convertir su planta de una que sale derrotada a la actual que le gana modelos a Almussafes.

Ayer Ford anunció que Craoiva tenía en producción «nuevos modelos vanguardistas y altamente eficientes que hacen que la conducción
eléctrica sea más accesible y asequible para clientes particulares y comerciales».

Se trata del «crossover compacto Puma Gen-E, el vehículo multiactividad E-Tourneo Courier y la furgoneta E-Transit Courier ya están de camino a clientes y concesionarios de toda Europa«.

El Puma Gen-E es el crossover compacto «que trae la conducción cero emisiones al vehículo más vendido de Ford en Europa, lo que renueva su diversión al volante y su distintivo diseño exterior, que tanto gusta a los clientes».

El E-Tourneo Courier «es el vehículo multiactividad ayudará a los clientes a sacarle el máximo partido a la vida con un diseño atrevido, un interior espacioso, y tecnologías inteligentes conectadas, como el control de crucero adaptativo inteligente».

El E-Transit Courier es la furgoneta compacta ofrece «hasta 300 km de autonomía, hasta 700 kg de carga útil y un 25 % más de espacio de carga que la Transit Courier de la generación anterior, lo que le permite transportar hasta dos europalés».

Otra forma de describir estos tres modelos es decir que son la evolución de lo que ya hizo Almussafes, porque el Puma no es más que el vehículo más pequeño del portfolio de Ford con capacidad de ser éxito de ventas, como en su momento fue el Fiesta (categoría en la que no cabe el Ka, que también se hizo en Almussafes). Los otros dos modelos son la evolución eléctrica de aquel segmento comercial que, sin tener el glamour de los turismos, se ha convertido hoy en día en el puntal de la producción de Ford en Europa. Un puntal que ya no es valenciano.

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