Ford Almussafes retoma la producción a medio gas con la huelga de Rhenus en suspenso una semana

Comisiones Obreras advierte que pueden llegar más movilizaciones, pide a Mazón que intervenga y lanza “sospechas” de que no vendrá el coche eléctrico a Ford Almussafes

Fábrica de Rhenus en Almussafes. / Ayuntamiento de Almussafes

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La factoría de Ford Almussafes retoma hoy la producción tras dos días de parón. Lo hace a medio gas. Sin recuperar lo perdido durante las 48 horas anteriores en las que la huelga de Rhenus le ha paralizado. La vuelta no rebosa optimismo porque el volumen de producción se limitará a 730 unidades al día. Para el viernes está prevista la misma cifra. Y todo esto ocurre mientras Rhenus, ante todo pronóstico, puso ayer su huelga en suspenso.

Proveedores pequeños y grandes, nacionales e internacionales coincinden en que saber cuántos coches van a salir completos de la línea de montaje de Ford Almussafes se asemeja a acertar la combinación de la Primitiva. A primera hora de la mañana había quien dudaba de si Ilunion e Improving iban a ser capaces asumir el suministro de piezas que realizaba Rhenus pero a última hora de la tarde en Rhenus se desconvocaba la huelga durante una semana (algo que en la jornada anterior se había tildado de absurdo) y se volvía a asegurar la cadena de suministro que había sido cortada.

«Los whatsapp de los sindicatos del parque echan humo», decía a última hora de la tarde uno de los proveedores que menos claro ve la pronta llegada de la electrificación a Almussafes. Han pasado 48 horas en el que la incertidumbre ha reinado en la factoría valenciana y su parque de proveedores.

Francis Gimeno, negociador por parte de Comisiones Obreras en Rhenus, confirmó a Economía Digital que «se desconvoca la huelga hasta el 29 para seguir negociando». El objetivo es «llegar a un acuerdo antes del 29 de noviembre». Por lo tanto, la huelga quedaría postergada hasta que efectivamente la medida de presión carecierá de sentido.

Aseguran que volverán a la huelga en una semana, por lo que la estrategia de CGT, que es el mayoritario en esta negociación, consiste en dar tiempo suficiente a Ilunion y a Improving a que sustituyan de manera eficaz a Rhenus. La decisión, que causó sorpresa a los proveedores, supone un nuevo cambio de dirección por parte de los anarcosindicalistas de CGT, que tradicionalmente se han encontrado más cómodos en las barricadas que en la negociación.

Diversas fuente de la automoción consultadas apuntan que la idea de Ford es que esta semana pase pronto al olvido y se retome la verdadera normalidad la semana que viene. Para entonces es cuando se espera una producción de 1.150 unidades al día. En la planta de motores, que ha vivido ajena a la huelga de Rhenus, se mantienen los tres turnos aunque las perspectivas son también preocupantes. Es lo que trasladan a este diario los empleados de esta zona de la factoría una vez acabó ayer el turno de tarde.

Aún falta algunos trabajadores del último ERE por salir de la planta de motores mientras la petición de propulsores desde Estados Unidos empieza a mostrar signos de debilidad. De los 2.250 motores al día se aspira las próximas semanas a aguantar la barrera psicológica de los 2.000.

Esta descenso de los motores de propulsión preocupa porque, además de la carga de trabajo, acompaña la tendencia de caída de los motores de gasolina en los que se ha basado Ford Almussafes. Tras la propuesta de Vicente Lafuente, presidente de Femeval, pidiendo a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, un plan «B» en el caso de que Ford reduzca significativamente la producción, Comisiones Obreras se ha sumado también al encendido de luces rojas.

El sindicato que despareció de Ford Almussafes en las últimas elecciones sindicales y que goza de representación en el parque de proveedores alertó ayer que «no descartamos que pueda haber movilizaciones». Tras los anunciados y esperados despidos en Lear y SAS, Rhenus ha demostrado que el poder del proveedor aún late en el parque. Aunque nadie se atreve a pronosticar nuevos cierres de proveedores al estilo de la sorpresa que dió Rhenus, la certeza de que habrá despidos, que pueden ser de decenas pero que acumularán centenares cuando la Transit Connect desparezca, está encima de la mesa.

Juan José Picazo, de Industria de Comisiones Obreras, se dirige a Mazón. «Hace falta la intervención de la administración para que se acorten los plazos de adaptación al coche eléctrico porque alguien tiene que asegurar a los proveedores que van a venir los coches eléctricos», dice el sindicalista.

La cuestión plantea Picazo no es baladí. Fuentes de la automoción valenciana son conscientes que podrían recibir encargos de otras marcas que fabrican en otros territorios, incluso otros países, si Ford anclara con unos planes rotundos de electrificación (o de producción) el futuro de la planta de Almussafes. Lo que trasladan los que contratan y despiden mientras dimensionan los presupuestos de inversión para 2024 y años sucesivos es que la incertidumbre de Ford penaliza el empleo en la Comunitat Valenciana.

Las críticas de Comisiones Obreras también tienen una parte de pugna sindical, similar a la de un púgil que debe aprovechar cualquier muestra de desconcierto para lanzar un directo. «Ya sospechábamos que los coches eléctricos no iban a venir en su momento y falta ver si a la administración les dicen la verdad», dice Comisiones Obreras como sin en un ring estuviera en forma de ataque velado a UGT.

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