Ford traslada a sus bomberos a Industrias Alegre mientras Iberdrola sigue sin dar luz al proveedor
Delante de la máquina que hace las piezas del Kuga repleta de suciedad, el apoyo entre empresarios se anhela cuando no llega nadie más que el fabricante que necesita tus piezas
Industrias Alegre, proveedor de Ford que cuyas máquinas han quedado inutilizadas por la DANA, ha recibido un camión y un equipo de bomberos de la factoría de Almussafes como apoyo para la limpieza de su fábrica. Se trata del único respaldo que ha recibido la compañía valenciana, cuyos problemas abocan a un parón indefinido de la automoción en la Comunidad Valenciana.
Tal y como ha podido comprobar este periódico, que ha sido el primero en recorrer cada una de las naves de Industrias Alegre para conocer el estado de las instalaciones tras las lluvias de hace una semana, las máquinas están inutilizadas. Siguen visibles las marcas de hasta donde llegó el agua, que se encuentra en mayoría de sus máquinas por encima de los cuadros eléctricos de control.
La paralización de las fábricas cuando entró el agua no se pudo programar de manera que hay moldes que se han quedado enganchados en la maquinaria. Otros empiezan ya a tener bajo el lodo una relevante capa de óxido.
Hay partes de la fábrica que es transitable con lodo en los zapatos mientras existen espacios de almacenaje donde todavía no se ha actuado.
Industrias Alegre está en la pista de Silla en el término municipal de Albal, junto antes de tomar la primera curva tras la larga recta que sale desde Valencia. La carretera ha recuperado en varios tramos el color del asfalto pero una vez se toma el desvío que tiene Industrias Alegre a la altura de su puerta el lodo se convierte en protagonista.
Ahí no ha limpiado nadie las vías. El sistema de alcantarillado está saturado y no se retira la basura. El abandono que la administración local ha tenido sobre Industrias Alegre es absoluto. La dirección de Industrias Alegre manifiesta que sólo sus trabajadores están al frente del operativo. «Dejan de limpiar sus casas para limpiar aquí», afirman orgullosos ya que «son los que están permitiendo la reactivación industrial«.
No hay voluntarios en el polígono de manera que se respira soledad cuando pasan camiones militares u otros tipos de efectivos. La música que marca la cadencia de las prensas ha mutado al desagradable ruido que tiene el chapoteo sobre el lodo en un sector donde la limpieza llega a ser enfermiza.
La industria, pese a tener una alta concentración de empleo, no goza de alianzas en este desastre natural. La excepción es Ford, que con el equipo de bomberos que tiene en la factoría de Almussafes, se ha instalado en el centro de las instalaciones de Industrias Alegre para reflotar a su proveedor en lo que se ha convertido en un ayuda crítica para la compañía valenciana, que es una de las maś logevas del sector de la automoción valenciana.
Entre las compañías de suminsitros que no han respaldado a Industrias Alegre está Iberdrola. Esa la queja que tienen entre el lodo. El proveedor que ha provocado el parón de Ford y de todos los proveedores de la automoción que sirven a la factoría de Almussafes no ha visto reestablecido su suministro eléctrico.
Los trabajos que se están realizando en Industrias Alegre se realizan con esfuerzo humano y la aportación de tres generadores de electricidad instalados en la vía pública, donde aún se amontonan los coches destrozados de los trabajadores de la compañía valenciana.
Los trabajadores ocultan sus emociones con la mascarilla. Ceños fruncidos y trabajo en equipo para manejar la complejidad del lodo, elemento realmente complejo de limpiar. El lema es la «reactivación industrial».
Ayer allí cuando llegó Economía Digital no había nadie y esa soledad no se entiende. Mientras se profundiza en que la reactivación industrial es una cuestión social y, por tanto, también tiene que ser atendida como el drama de las viviendas, se extraña más que a los voluntarios a los compañeros de profesión.
El mensaje que mandan los que están quitando el lodo en Industrias Alegre es que si ellos no empiezan a trabajar, no lo hará Ford y, por tanto, tampoco lo harán el resto de proveedores. Impresiona ver la cantidad de suciedad acumulada en una prensa de 2.300 toneladas en la que la marca de hasta donde llegó el agua está por encima los ojos. «La compramos en 2019», recuerdan. «Para hacer el Kuga», añaden. «(Largo silencio)«, concluyen.