Emuca afronta la recuperación tras inundarse su planta baja en la central de Ribarroja

Gracias a la altura de las instalaciones y a un rápido plan de contingencia, una gran parte de la mercancía se ha mantenido en buenas condiciones y los envíos han podido continuar, aunque con limitaciones.

Comparativas de las instalaciones de Emuca en Ribarroja antes y después de la DANA.

Comparativas de las instalaciones de Emuca en Ribarroja antes y después de la DANA. Emuca

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El grupo Emuca, líder en soluciones para muebles y ferretería, se ha tenido que enfrentar a las devastadoras consecuencias de la reciente DANA que afectó la región de Valencia. Su central en Ribarroja ha sufrido graves daños en la planta baja, con pérdidas significativas de mercancía y oficinas que aún están evaluándose.

Según ha contado la compañía a este medio, la inundación afectó especialmente el almacén, donde, pese a la ventaja de una estructura alta, el barro acumulado interrumpió todas las operaciones. La empresa ha estado dos semanas sin poder despachar pedidos desde esta instalación, lo que ha afectado su capacidad de respuesta a los clientes.

Actualmente, la empresa continúa trabajando con peritos para evaluar el alcance completo de los daños, pero se espera que la recuperación total lleve tiempo, dado el tamaño y la complejidad de evaluar los diferentes equipos y bienes en un almacén de gran tamaño. La interrupción de sus operaciones en Valencia ha supuesto un desafío logístico para Emuca, que cuenta con una facturación anual de 80 millones de euros y un equipo de casi 200 empleados.

Apoyo desde Italia y recuperación gradual de las operaciones

Mientras se llevan a cabo las reparaciones en su central de Valencia, Emuca ha trasladado temporalmente sus operaciones a su sede en Padua, Italia, que ha asumido el rol de centro logístico para mantener el servicio a los clientes en Europa.

Gracias a la altura de las instalaciones y a un rápido plan de contingencia, una gran parte de la mercancía se ha mantenido en buenas condiciones y los envíos han podido continuar, aunque con limitaciones.

Con esfuerzo y dedicación, el equipo ha logrado eliminar el barro en la sede española y ha comenzado a preparar el terreno para una reanudación progresiva de las actividades. A pesar de que algunas máquinas automatizadas han sido dañadas y el procesamiento de pedidos aún no ha recuperado su ritmo habitual, Emuca ha afirmado tener una «notable resiliencia», apoyándose en su recurso más valioso: su equipo humano.

Unidad y compromiso para superar la crisis

En un mensaje de agradecimiento, Emuca ha subrayado la importancia de la unidad de su equipo para superar este difícil episodio. “La unidad del equipo lo hace todo posible”, afirmaron, destacando cómo el compromiso de sus trabajadores ha sido clave en las diferentes actividades de limpieza y continuación de las actividades posibles.

Con una parte de sus operaciones en marcha y un enfoque en la recuperación total, Emuca se adapta a los desafíos que plantea la reconstrucción de su sede en Valencia. La empresa confía en que, con el esfuerzo conjunto de sus empleados y el apoyo de sus clientes, logrará superar esta crisis y volver a operar desde su sede central en Ribarroja, Valencia.

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Ismael Cirujeda

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