El último ordeño de Caixabank a Banco de Valencia: ingresa 4,6 millones 12 años después

El Esquema de Protección de Activos (EPA) de Banco de Valencia prevía 600 millones de pérdidas, los 10 de años de cobertura acabaron en 2022 con una compensación de 206 millones y ahora una sentencia suma otros 4,6 millones a pagar

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La adjudicación por un euro de Banco de Valencia por parte de Caixabank en 2012 ha dado, previsiblemente, su último coletazo para aportar casi 4,6 millones de euros a la entidad ahora presidida por José Ignacio Goirigolzarri vía la EPA que se acordó para su absorción. Se trata de una última sentencia en la que se advierte al FROB de este nuevo pago y por la que se ha realizado una dotación de 4.595.000 euros 12 años después de que se firmara esta absorción.

La EPA (encuesta de protección de activos) fue un sistema diseñado para la absorción de la CAM por parte del Sabadell y que se replicó con matices en Banco de Valencia para cubrir posibles pérdidas que pudiera tener la cartera crediticia del que fue banco de la burguesía valenciana. Primero se cubría una cartera de 6.021,9 millones de euros, que luego fue reducida a 4.980 millones entre 2013 y 2016.

Este sistema ha ido permitiendo a Caixabank ir pidiendo al FROB que cubriera pérdidas que se encontraba en la cartera de Banco de Valencia. En los 10 años en vigor de la EPA, los ingresos para entidad de la estrella han sido de 206 millones de euros, a los que hay que sumar los 4,6 millones de los que se hace eco el FROB en sus últimas cuentas presentadas de 2023 en la que hace referencia a la última novedad al respecto, que es de hace sólo tres meses.

Tal y como figura en la memoria de las últimas cuentas publicadas del FROB, durante el ejercicio 2021, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria recibió una demanda en relación con la cartera de activos cubiertos por el EPA de Banco de Valencia. En este sentido, indican: «El pasado 7 de mayo de 2024, se ha recibido sentencia en la que se condena al FROB a atender la reclamación efectuada».

«En consecuencia, de cara al cierre del ejercicio, se ha constituido una provisión por importe de 4.595 miles de euros, para atender el pago derivado de dicha condena caso de confirmarse tras la presentación de los pertinentes recursos», señala el FROB.

El sistema de la EPA de Banco de Valencia se firmó en el contexto de la reestructuración del sistema financiero español. Banco de Valencia estaba controlado por Bancaja pero los problemas de la caja de ahorros, que a su vez se unió a Caja Madrid, para crear Bankia, le dejó sin liquidez acelerándose sus problemas. El final de ambas entidades fue el mismo: acabaron dentro de Caixabank.

Antes de desaparecer Banco de Valencia, recibió una inyección de ayudas públicas de 1.000 millones de euros, a los que se sumaron otros 4.500 millones semanas después y la EPA para la que se calculó que podría llegar a tener un coste de 600 millones de euros. Banco de Valencia era entonces una entidad con unos 22.000 millones de euros en activos.

La EPA, que cubría hasta el 72,5% de las pérdidas en préstamos a pymes, autónomos y riesgos contigentes y de la que se excluyeron activos que fueron traspasados al banco malo, ha acabado con un coste para el Estado notablemente inferior al previsto. En las cuentas de 2022 se cifró en 206 millones el coste que había tenido este sistema para el FROB.

En teoría, hasta ahí debería llegar el coste porque la EPA tenía un periodo de vigencia de 10 años, plazo que acabó el 30 de septiembre de 2022. Sin embargo, los litigios abiertos aún generan derechos de cobro y de ahí que en las cuentas del FROB a 31 de diciembre de 2023 se apunte la provisión de los casi 4,6 millones que aún se tendrán que pagar, si los recuros no prosperan, a Caixabank por adjudicarse Banco de Valencia.

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