El gigante chino Cosco estudia unificar en Valencia el tráfico del Mediterráneo para evitar el Mar Rojo

Cosco ofrece a los barcos que bordean el Cabo de Buena Esperanza que descarguen toda su mercancía en su terminal en el puerto de Valencia para distribuir semanalmente la carga con barcos de 5.000 TEU al resto de puertos del Mediterráneo

Terminal de Cosco Shipping Ports (CSP) España en el Puerto de Valencia

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La crisis del mar Rojo ha abierto una nueva oportunidad al Puerto de Valencia. El gigante chino Cosco está negociando con varias líneas marítimas una reorganización de sus rutas para eliminar las escalas en el Mediterráneo concentrándolas únicamente en su terminal en el recinto valenciano.

El conflicto en el Mar Rojo, donde se siguen produciendo ataques como el sufrido por MSC este martes, ha llevado a las navieras a evitar el canal de Suez optando por dar la vuelta a África por el Cabo de Buena Esperanza.

Esta decisión implica, como explicó Romeu, un incremento del tiempo de viaje del entorno de 10 a 15 días. Lo que busca la propuesta de Cosco es es reducir el tiempo de viaje de los megabuques de 20.000 TEU aumentando las conexiones con barcos de 5.000 TEU de capacidad.

La propuesta es que todas las mercancias que, una vez pasado el canal de Suez, se dejaban entre el puerto del Pireo (Grecia), que es el primer HUB en esta ruta, hasta los puertos españoles (pasando por los del norte de África, italianos y/o franceses) sean eliminados de las rutas de los megabuques que unen Asia con Europa.

En su lugar, el megabuque que llegue por la costa oeste africana para entrar por el estrecho de Gibraltar al Mediterráneo eligiría un único puerto para desembarcar toda la carga. Las estimaciones de Cosco son que en lugar de unos 1.000 contenedores que suelen llevar estos barcos para descargar en Valencia se bajarían unos 5.000.

Para hacer esta operación hacen falta características que sí tiene la terminal de CSP en Valencia. El primer requisito cumplido es la capacidad para albergar los buques más grandes del mundo. Unido a eso, hay capacidad ociosa y terreno para almacenar tanto los contenedores llenos como vacíos que se generaran con esta nueva operativa que está en fase de estudio.

Además, hacen falta barcos de 5.000 TEU de capacidad que puedan llegar a Valencia para redistribuir los contendores de los grandes megabuques que vienen haciendo varias paradas en el Mediterráneo. Con este plan, sólo pararían en Valencia. Según confirman a Economía Digital, se han realizado las confirmaciones de que todos estos aspectos son posibles. «Hay disponibilidad para poder hacerlo», aseguran. El plan es que los contenedores llegados de Asia a Valencia estarían menos de 7 días almacenados para ser redistribuidos.

Este plan está en fase de estudio. Varias líneas marítimas se han puesto en contacto con la terminal valenciana de Cosco para saber si esto sería posible o no. Los requerimientos que se están solicitando están recibiendo respuesta positiva, por lo que la opción va ganando opciones.

El factor clave para tomar la decisión es la evolución del conflicto. El deseo de todos los actores del puerto de Valencia es que «la situacion se desbloquee con la alianza Internacional» mientras se manda una rotundo mensaje al ejecutivo de Pedro Sánchez: «Es necesario que España se sume de una vez».

Aunque este es el deseo, la tibieza internacional alimenta la incertidumbre, lo que acelera los planes de reestructuración del tráfico marítimo. En el otro extremo del Mediterráneo visto desde Valencia se encuentra el puerto del Pireo, que mueve 5 millones de contenedores siendo competencia directa del puerto de España.

«El Pireo es el primer hub porque es el primer puerto que hay para los buques que cruzan el canal de Suez», explican fuentes portuarias. Si el tráfico marítimo pasa por el Cabo de Buena Esperanza, los puertos españoles se convertirían en candidatos para recibir y redistribuir las mercancías.

Los dos puertos mejor posicionados son Algeciras y Valencia. Cosco, que tiene una terminal en el recinto valenciano donde cuenta como socio a la naviera CMA, tiene además otras líneas marítimas interesadas en participar en la estrategia para evitar la zona del mar Rojo. Si el conflicto continúa, la alternativa a no llevar a cabo este plan es anular escalas en el Mediterráneo. La propia Cosco ya ha desviado el barco que tenía previsto atracar en el puerto del Valencia el próximo 8 de enero.

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