Cosco desvía a Valencia un megabuque de 20.100 TEU de la ruta China-Europa por el conflicto del Mar Rojo

El Cosco Gemini, un megabuque que es tan largo como cuatro campos de fúbol consecutivos y que puede trasportar 20.100 contenedores, se ha desviado a Valencia para convertir a su puerto en el centro de redistribución de mercancías de Asia para todo el Mediterráneo. Este cambio de ruta supone aumentar el peso de Valencia en el comercio mundial como hub de distribución.

Se trata de un buque que viene de los puertos chinos de Yangshan y Ningo, que hizo escala en Nochebuena y Navidad en Singapur y que ha renunciado al paso por el Canal de Suez para bordear el Cabo de Buena Esperanza.

Ha pasado dos días y 8 horas cargando y descargando contenendores en Valencia para salir en la madrugada del domingo al lunes pasado hacia Rotterdam (Holanda), donde está previsto que llegue a mediodía del lunes de la semana que viene. La capacidad de 20.100 contenedores tamaño TEU que tiene el Cosco Gemini ocuparían más de 120 kilómetros si se pusieran todas sus mercancías en una línea recta.

La llegada de este buque supone un cambio sustancial para la terminal de CSP en el Puerto de Valencia ya que no sólo tiene la recepeción de un megabuque de enormes dimensiones que pasa 50 horas consecutivas en labores de estiba y desestiba sino que esta carga de trabajo se suma el transbordo que muchas de estas mercancías hacen para ir en barcos más pequeños hacia otros destinos. Estos ‘feeders’ aumentan también la conectividad de corto radio para las exportaciones de las empresas españolas.

Este cambio se produce después de que, tal y como publicó Economía Digital, Cosco estudiara unificar en Valencia el tráfico del Mediterráneo para evitar el Mar Rojo. La idea era eliminar las escalas en el Mediterráneo concentrándolas únicamente en su terminal en el recinto valenciano.

Tras esta estrategia comercial, la Fundación ValenciaPort ha lanzado una alerta de mercado en la que indica que según datos de Alphaliner, existen 63 servicios regulares conectando Europa con Lejano Oriente y que, por tanto, son susceptibles de verse afectados por la crisis del Mar Rojo. Los desvíos de estos buques pueden traducirse, indica ValenciaPort, en mayores escalas para puertos como el de Valencia, que, por su posición geográfica, puede actuar temporalmente de hub de transbordo para la carga con destino a puertos del Mediterráneo Oriental, Mar Negro, Turquía y Mar Rojo.

La alerta apuntaba que «a modo de ejemplo, está prevista la llegada del buque COSCO Gemini asignado el servicio AEU3/FAL8/CEL/LL7 de The Ocean Alliance (COSCO, CMA-CGM, Evergreen y OOCL) que no tiene Valencia en su rotación pro-forma, pero que va a usar puntualmente el puerto de Valencia».

Además, añade que, poniendo el foco en el caso específico de los servicios que escalan en el Puerto de Valencia con tránsito por el Canal de Suez (un total de 11 servicios regulares), puede comprobarse (Figura 1, que se incorpora a continuación ) que se replica el patrón mencionado anteriormente y existe un desvío muy significativo de buques por el Cabo de Buena Esperanza y la previsión es que esa situación se mantenga.

Todo ello lo dice tras incidir en que ante esta crisis, las navieras han tenido que revisar la configuración de sus servicios para poder adaptarse a la situación, poniendo como prioridad la integridad de las tripulaciones y de la carga y el mantenimiento del nivel de servicio. Es por esto por lo que, tras los ataques continuados, algunas de las principales navieras del mundo han optado por explorar rutas marítimas alternativas para evitar el conflicto, por la que han optado es desviarse por el sur de África, bordeando el Cabo de Buena Esperanza.

Según los datos de la Fundación ValenciaPort, a fecha del 15 de enero, según la información reportada por Alphaliner, se han identificado 338 buques en desvíos hacia el Cabo, 192 de ellos en viaje hasta el Oeste y 146 en viaje hacia el Este. Esta alternativa supone el incremento de aproximadamente 3.500 millas náutica, lo que se traduce en 10-12 días el tiempo de tránsito frente a la opción de Suez, lo que a su vez supone un aumento de alrededor de un 30% en el consumo de combustible y las emisiones del transporte.