El Consejo de Administración del Puerto de Valencia adjudica la ampliación norte a Acciona y Bertolín

También se ha adjudicado la gestión de La Marina, por 85 millones de euros y 35 años, a la UTE de Serveis Marítims Port Eivissa y Ocibar

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El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de València (APV) ha adjudicado la ampliación norte del Puerto de Valencia, que gestionará MSC, a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Acciona Construcción, Jan de Nul y el Grupo Bertolín, que es la escogida para llevar a cabo esta obra de 600 millones de euros, tal y como avanzó Economía Digital.

La alianza que conforman Acciona Construcción, la belga Jan de Nul y la valenciana Grupo Bertolín logró la máxima puntuación en el concurso para hacerse con la licitación de la futura terminal norte del Puerto de Valencia, por lo que se convirtió en la oferta que elevó la mesa de contratación y que ahora adjudica oficialmente en Consejo de Administración de la APV.

Dragados, FCC y Sacyr lideraban junto con un socio valenciano cada una de las tres UTE que competían contra la de Acciona y que optaban a construir la ampliación del Puerto de Valencia, cuyo presupuesto de licitación era superior a los 660 millones de euros. La oferta aprobada este lunes es la modalidad variante de la propuesta de la alianza liderada por Acciona, de 591.905.762 euros.

Características de la nueva terminal norte del Puerto de Valencia

La nueva terminal de contenedores del Puerto de València será una infraestructura que aunará tecnología, ecoeficiencia, intermodalidad y sostenibilidad que permitirá ofrecer un óptimo servicio a la economía española y mantener el carácter interoceánico que garantiza la conectividad con los mercados de los cinco continentes, explican desde la APV.

Leer más: El Puerto de Valencia aprueba por unanimidad el pliego de la nueva terminal norte

Además, será una infraestructura que generará un empleo y dinamizará la actividad económica de su hinterland, y reforzará el estatus de los puertos españoles como referentes europeos en el arco Mediterráneo.  

Esta infraestructura, que se ubicará en aguas abrigadas de la ampliación norte cuyas obras finalizaron en 2012, tendrá una superficie de unas 137 hectáreas y 1.970 metros de línea de atraque, con una capacidad para albergar cinco millones de contenedores.

La terminal contará con diseño, tecnologías y equipamiento de última generación, con una instalación totalmente electrificada, que permita atender los grandes buques portacontenedores en servicio, con elevados rendimientos tanto en las operaciones marítimas como terrestres.

Concesión de las instalaciones náutico-deportivas de La Marina

El Consejo de Administración de la APV, en esta reunión extraordinaria, también ha tratado el ‘Concurso público de adecuación y explotación en régimen de concesión administrativa de las instalaciones náutico-deportivas de la zona norte del Puerto de València’ y ha propuesto otorgar al compromiso de UTE Serveis Marítims Port Eivissa, S.L. y Ocibar, S.A. esta concesión administrativa de la zona norte del Puerto de Valencia (La Marina), en los terrenos y aguas definidos en la Condición 3ª del Pliego de Condiciones Generales y Particulares y de conformidad con el Proyecto Básico presentado en su oferta.

Previamente a la concesión, la empresa someterá su propuesta al trámite de información pública y de informes oficiales, conforme a lo dispuesto en el apartado 6 del artículo 86 del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante.

Con esta decisión, se disipa la incertidumbre sobre la continuidad de una de las actividades fundamentales del Consorcio Valencia 2007, evitándose así cualquier perjuicio a los usuarios actuales de las instalaciones, y se dan los primeros pasos para la puesta en valor de esta área de usos náutico-deportivos de Valencia, en «perfecta armonía con el entorno», según destacan desde la APV.

Asimismo, se despeja cualquier duda que pudiera tener la Comisión Europea y otros organismos comunitarios que estaban dispuestos a ejecutar una sanción al Reino de España.

Una inversión de 85 millones y una concesión de 35 años

Así, se trata de una inversión de 84,8 millones de euros, mientras que el plazo de la concesión será de 35 años, ampliables con hasta un máximo de dos prórrogas sucesivas de ocho y siete años, respectivamente.

La concesión incluye la prestación de los siguientes servicios: gestión de los puestos de amarre; servicio de control marítimo; suministro de carburantes a embarcaciones; suministro de agua, energía eléctrica, telefonía y transmisión de datos; servicio de aparcamiento de vehículos; recogida selectiva de basuras y residuos y desarrollo de actividades de carácter formativo y educativo y de apoyo al deporte náutico en el campo de la náutica deportiva, como pueden ser cursos de vela en sus distintas variantes.

También, organización de eventos y competiciones deportivas y actividades culturales; servicios de varada y reparación de embarcaciones, especialmente destinados a prestar un servicio integral a los usuarios de las instalaciones y servicios comerciales como la explotación de locales comerciales, ocio y/o restauración, u oficinas.

La ordenación de los amarres propuesta mejorará la productividad y la competitividad y permitirá aumentar la presencia de embarcaciones tanto de gran eslora como de pequeña y mediana eslora. Todo ello sin dejar de atender a embarcaciones de carácter social, con la construcción de una marina seca para atender más adecuadamente este tipo de barcos más pequeños.

El proyecto contempla 370 amarres en la dársena interior (de 12 metros hasta 130 metros de eslora); 74 amarres en la dársena norte (de 24 metros a 115 metros de eslora) y 227 amarres en la dársena sur (desde 6 metros hasta 40 metros de eslora).

En el varadero del proyecto, la capacidad de la maquinaria de izada y botadura propuesta abarcará embarcaciones desde 10-15 metros de eslora hasta 60 metros. Además, se dispondrá de una marina seca capaz de albergar 228 embarcaciones de hasta 8 metros.

Para la parte de tierra se contemplan instalaciones capaces de acoger el tejido productivo, oficinas -que ya existe en la dársena interior– y espacios dedicados a la formación náutica, investigación, comerciales y de restauración y ocio.

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