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La planta valenciana de Autoliv crece un 16% gracias a Renault y Stellantis y al margen de Ford
La compañía alcanza los 22,6 millones de euros y 461 empleados
La filial española de Autoliv ha aumentado un 16% su facturación hasta alcanzar los 222,6 millones de euros. La compañía tiene una planta en la Pobla de Vallbona especializada en airbags que históricamente ha estado ligada a la fábrica de Ford en Almussafes aunque ahora su producción se centra en el suministro de airbags a Renault y a Stellantis.
Los datos extraídos de la aplicación Insight View indican que la compañía ha continuado creciendo en plantilla (+8%) hasta llegar a los 461 empleados mientras el beneficio se ha desplomado un 40,9% hasta situarse en los 5,55 millones de euros. Esto supone un ROI del 8%.
Según explica la memoria de la compañía adjunta a las cuentas de 2023, el aumento de la facturación se debe «fundamentalmente al inicio nuevos proyectos asignados a esta Sociedad mayoritariamente para los clientes Stellantis y Renault«.
Sin embargo, matiza que en cualquier caso, dichas ventas del año 2023 han sido un 9% más bajas de lo previsto, en concreto la previsión de ventas de 2023 eran de 244 millones de euros. «Esto se ha producido por el significativo efecto provocado por un mercado con elevado grado de inestabilidad, en el que han persistido en ciertos momentos problemas de suministro de materias primas y componentes. Especialmente de microchips y otros componentes electrónicos asociado a estos, todo ello acrecentado por el conflicto bélico en Ucrania y la
crisis en el Mar Rojo que está generando tensiones en las cadenas de suministro, así como el encarecimiento y la irregularidad en su aprovisionamiento», explica Autoliv.
La filial española de Autoliv, que a nivel mundial factura más de 10.500 millones de dólares con cerca de 70.000 empleados, advierte de la enorme incertidumbre que rodea al sector de la automoción. La mezcla de la guerra de Ucrania y la crisis del Mar Rojo, según la compañía, «están provocando significativas variaciones en las demandas del mercado del automóvil, que sigue retraído y dubitativo ante los cambios de la regulación de emisiones y las limitaciones futuras planteadas por la Unión Europea a la venta y circulación de los vehículos de combustión, con una gran incertidumbre de los potenciales clientes de automóviles ante la toma de decisión de compra de vehículos».
Todo esto lo culmina afirmando que «como norma general en el sector ha habido demandas más bajas de lo previsto».
Aunque esto es el marco general que dibuja el Autoliv sobre la industria de la automoción, la situación de la compañía ha ido evolucionando progresivamente. En 2018, ante de la última oleada de crisis, facturaba 144,2 millones de euros, lo que suponía un recorte del 10% frente a los 160,5 de 2017. Entonces Autoliv había iniciado proyectos para «Ford, Renault y Volkswagen».
En 2019, la facturación se fue a los 132,2 millones de euros mientras se esperaban nuevos proyectos de «PSA, Renault, Ford y Volkswagen». Llegó la pandemia y los ingresos subieron a 150,1 millones. Ford ya despareció de los planes de la compañía y ahora los proyectos eran para «PSA, Renault y Dacia».
En 2021, sin la factoría de Almussafes con cliente, la planta ubicada pocos kilómetros de Ford tuvo una cifra de negocios de 155,4 millones. «Dicho incremento se ha debido fundamentalmente al inicio nuevos proyectos asignados a esta Sociedad mayoritariamente para los clientes Stellantis y Renault», dicen las cuentas de ese ejercicio, donde se esperaba llegar a facturar 215.
Al año siguiente, la facturación volvió a aumentar hasta llegar a los 191,7 millones (aunque se esperaban 204). Los responsables volvieron a ser Stellantis y Renault, igual que el último ejercicio cerrado donde se han superado los 222 millones de euros sin la aportación de la cercana planta de Ford.