Air Nostrum cambia aviones a reacción por turbohélices para reducir las emisiones de CO2
Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum, confía en que la aviación regional sea la primera en utilizar la pila de hidŕogeno
La aerolínea valenciana Air Nostrum ha cambiado su flota para adecuarla a las necesidades propias de su actividad como aerolínea regional. La apuesta por la flota de turbohélices aporta un menor impacto medioambiental en mercados nicho de la compañía, como es el caso del tráfico con Melilla y la red interbalear y permite prepararse para la verdadera descarbonización, que en el caso de la aviación tiene en la pila de combustible su opción más factible.
La flota de Air Nostrum, compañía presidida por Carlos Bertomeu, contaba en 2019, antes de la explosión del Covid, con 49 aviones mientras que actualmente tiene 48. A este punto llega con la eliminación de sus cuatro CRJ 900, avión de 90 plazas, y de uno de los ochos CRJ 200, avión de 50 plazas, con los que operaba. Mientras tanto, ha mantenido los 30 CRJ 1000, avión de 100 plazas. Estas naves son las que se utilizan, fundamentalmente, en las conexiones que Air Nostrum realiza para Iberia. Todos estos son aviones a reacción mientras que los turbohélices (ATR 72), que tienen una capacidad máxima de 78 asientos, han pasado de las siete unidades que tenía Air Nostrum hace cuatro años a los once actuales.
Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum, sostiene que la aviación regional será la primera en reducir las emisiones de CO2 y apuntó ayer en rueda de prensa a que la apuesta por los turbohélices tiene este objetivo. «El objetivo es incrementar los turbohélices porque son tendenciales yaa que su consumo de combustible es inferior y es muy adecuado para las rutas cortas. Además de bajar emisiones, es eficiente a nivel de coste de combustible», apuntó.
Esta ventaja a corto plazo coincide con las necesidades que a medio plazo se le pueden abrir a la compañía. Bertomeu aseguró que Air Nostrum está metido en todos los «proyectos serios» y «no de manera oportunista» que ofrecen una hoja de ruta fiable hacia la descarbonización. De las tres opciones que baraja, la única que tiene una fecha aproximada de viabilidad es la pila de hidrógeno.
Junto con la empresa norteamericana Universal Hydrogen está explorando esta opción. El proyecto consiste en convertir los turbohélices ATR72 en los que Air Nostrum está focalizado en aviones que se desplaza con pila de hidrógeno. El objetivo es que el kit de conversió, esté certificado y entre en servicio comercial en 2025 aunque aún habrá que esperar a las autorizaciones locales para que esta tecnología se pudiera trasladar hasta los viajeros.
Aún así, los plazos son los más certeros que los otros proyectos en lso que Air Nostrum trabaja, como son el caso de los aviones eléctricos y los dirigibles. Junto con Dovetail Electric Aviation, empresas participada por la aerolínea valenciana, está buscando la certificación de un sistema eléctrico integrado que incluye motores eléctricos y paquetes de baterías para convertir los fuselajes existentes en aviones comerciales con cero emisiones para vuelos cortos.
Junto a la pila de combustible y el avión eléctrico, Air Nostrum también trabaja en un dirigible híbrido con una capacidad de 100 pasajeros para los que tiene ya reservadas 20 unidades. El plazo en el que este nueva versión de los zepelín será una realidad sigue siendo una incógnita.
Por otra parte, Carlos Bertomeu anunció el nacimiento de Strategic Alliance of Regional Airlines (SARA), la empresa holding resultante de una unión estratégica entre Air Nostrum y CityJet. Tras la reciente aprobación definitiva de la alianza por parte de las autoridades tanto nacionales como europeas, SARA será el mayor grupo de aerolíneas regionales de Europa. La alianza está conformada por tres aerolíneas (Air Nostrum, CityJet e Hibernian), una empresa de mantenimiento de aeronaves, un centro de entrenamiento de tripulaciones y otras cuatro empresas dedicadas a brindar servicios a la industria aeronáutica.
Las empresas son independientes desde un punto de vista económico. Cada una será responsable de hacer frente de forma personalizada al cumplimiento de sus obligaciones con terceros y de la devolución de sus préstamos sin ningún tipo de trasvase de fondos entre ellas.
Carlos Bertomeu ha explicado: «SARA actuará como holding, asistiendo y coordinando cada una de las empresas de la alianza, que seguirán siendo entidades independientes, con marca y estructuras propias. Cada una de las empresas vinculadas a SARA seguirá teniendo su sede en su propio país y con sus propios empleados, como en el pasado. Esto significará, por ejemplo, que la sede central, los empleados y la actividad económica de Air Nostrum seguirán residiendo en Valencia, manteniendo inalterada su trayectoria de los últimos 29 años como empresa valenciana”.