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Agotada el agua en Mercadona y Consum en Valencia por el pánico de bulos generados con la DANA
El Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Medio Ambiente garantizan el suministro de agua y la cadena de Juan Roig y la cooperativa Consum aseguran que repondrán los lineales vacíos
Los supermercados de Mercadona y Consum en Valencia han vivido un ‘deja vú’. El mismo pánico que ocurrió con el Coronavirus se ha reproducido en las tiendas de Juan Roig y de la cooperativa Consum en busca de agua. Las garrafas han desaparecido y clientes desesperados han llenado carros de botellas pequeñas en una reacción completamente descontrolada. El motivo, como ya ha desmentido el Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Medio Ambiente, es un bulo en el que se aseguraba que se iba a cortar el agua en toda la ciudad como consecuencia de la DANA.
Economía Digital ha hablado con ambas cadenas de alimentación, que han asegurado que no hay una rotura de stock. Tanto Mercadona como Consum garantizan su capacidad de para reponer los productos que se hayan agotado por la compra compulsiva.
Desde el Ayuntamiento de Valencia han dicho: «El agua potable que llega a los domicilios de la ciudad de #València es apta para el consumo y cumple con los requisitos de salud pública. Rogamos, como siempre, un consumo responsable. #DANA«.
La Conselleria de Medio Ambiente ha añadido: «⚠️Alerta de mensaje fake que circula por redes. 💧EL SUMINISTRO DE AGUA POTABLE EN LA CIUDAD DE VALÈNCIA ESTÁ GARANTIZADO. ❌NO EXISTE RIESGO DE CONTAMINACIÓN. ℹ️Infórmate a través de los canales oficiales».
Mercadona ha explicado: «Nuestro bloque logístico de Ribarroja continúa de forma temporal afectado y el suministro se está garantizando desde otros puntos logísticos«.
Consum, por su parte, ha garantizado que tiene «stock de agua en su plataforma logística» y que «todos los manantiales que suministran agua están en perfecto funcionamiento». De este modo, conforme se reanuden las comunicaciones, se repondrán los productos que, por la compra compulsiva, se han agotado sin que exista riesgo de falta de suministro.
Preocupación esperpéntica
En la ciudad de Valencia, gracias a la infraestructura del plan sur que evita que las riadas entren en la ciudad, la apariencia es lo opuesto a devastadora imagen que se vive al otro lado del río o en interior de la provincia de Valencia. Al margen de alguna pequeña acumulación de hojas y ramas por el viento, la imagen de la ciudad no se ha visto alterada. En la tienda de Mercadona de General Avilés, aquella que permaneció abierta durante el dramático incendio de Campanar, sin embargo, se ha revivido otra vez el pánico.
Según ha comprobado ‘in situ’ Economía Digital, la histeria con caras desencajadas por la falta de agua se mezclaba con el pánico de clientas que en manga corta y chanclas difundían su irracional pánico. «Nos vamos a quedar sin nada», decía ante la mirada atónita de los empleados de la tienda. Esta señora se había llenado el carro de botellas de agua de tercio de litro que iba repartiendo a los que veía con la premisa de «si quieres, te puedo dar para los niños».
Esta situación esperpéntica se ha alentado por los bulos que aseguraban que se iba a acabar el agua. La reacción ha sido escenas apocalípiticas de este tipo dentro de los supermercados mientras la tranquilidad reinaba en el parque de enfrente al haber salido el sol.
En el Charter, franquicia de la cooperativa Consum, situado a escasos metros, la situación era la misma: todas las cajas abiertas, la mayoría de clientes con botellas de agua y ansiedad que contrasta con la situación de la ciudad, que dista enormemente de los verdaderos focos de problemas que ha tenido la devastadora DANA en Valencia.
El pánico se extiende a carne y verduras
Tras el pánico iniciado con el agua, las compras impulsivas han continuado por el resto de departamentos de los supermercados.
Según ha podido comprobar este periódico, en otros puntos de la ciudad se han agotado tanto la carne como la verdura.
Desde la distribución alimentaria se matiza que si hay actitudes complusivas con frenesí se agotan los productos mientras mantienen con certeza que se repondrá tantas veces sea necesaria hasta que el pánico se disipe.