À Punt aspira a crecer el doble que el resto de TV con Ximo Rovira y l’Alquería Blanca

La radiotelevisión pública valenciana apuesta por productos tradicionales con confianza y fidelidad para aumentar un 15% la facturación, siete puntos más que la media del sector

Presentación Son De Casa. À Punt.

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À Punt, la cadena de radiotelevisión pública valenciana, aspira a crecer el doble que el resto de las televisiones autonómicas y nacionales con una apuesta por «los valores que no han cambiado». Tal y como explica a Economía Digital el director general de À Punt, Alfred Costa, la apuesta por la esencia sobre las que se sustentaron y ahora viran las televisiones públicas es la proximidad para ofrecer fiabilidad y credibilidad. Los dos principales argumentos para lograr este objetivo son la vuelta de Ximo Rovira y l’Alquería Blanca.

«Crecimos un 35% el año pasado y este ejercicio, en el que todos los indicadores muestran una estabilización en la inversión, vamos a seguir con un crecimiento de entre el 12% y el 15% respecto al año pasado, lo que significa entre seis y siete puntos por encima de la media«, explica Costa tras la presentación del nuevo leit motiv de la cadena pública valenciana, que es: «Som de casa (somos de casa)».

En la presentación no hubo hastags. No apareció Facebook ni Instagram, lo que ahora está dentro de Meta. No estuvo tampoco «X», lo que Elon Musk, el de Tesla, ha puesto de nombre a Twitter. No buscaron ser Trending Topic y, aunque las ganas y gestos de algunos actores de l’Alquería Blanca o del presentador Ximo Rovira fueran dignos de ‘likes’, el formato que propone À Punt no es el de TikTok. «Sofá, manta y Alquería», fue el eslogan no oficial más repetido en la presentación. La contraposición a la efervescencia de las redes sociales es la traquilidad, confianza y seguridad de sentarte a ver en la tele aquello que esperas.

Presentación Son De Casa. À Punt.

La apuesta de À Punt evoca a la televisión de los 80, aquella que nos traslada a la reunión familiar en el salón, con la televisión en el centro, que últimamente ha sido tapada por las redes sociales a las que se accede con el móvil, y que se considera recuperable. La propuesta de valor que propone À Punt es empatizar con lo que ocurre en los salones donde están las televisiones. Así ha diseñado su plató Ximo Rovira, histórico presentador y referente indiscutible de la televisión valenciana que radiante debutará el 9 d’Octubre, día de la Comunitat Valenciana, con la vocación de contar los problemas cotidianos. Para ello habla de no tener las rigideces del guión o la obsesión de que los problemas y preocupaciones de los valencianos se acaban cuando suceden fuera de las fronteras de la Comunidad Valenciana.

Ximo Rovira explicaba a este periódico un ejemplo: «El incendio de la discoteca ha pasado en Murcia pero, por ser en Murcia, no significa que no importe a los valencianos». El concepto es estar en lo que ocupa a los valencianos, ocurra en la puerta de su casa o sea el tema de debate en la plaza. Hace falta engranaje del equipo, un requisito que sólo se logra con el tiempo, del que Rovira tiene la tranquilidad de que tendrá en suficiencia.

El director general de À Punt apunta: «Las empresas de publicidad entienden que la radiotelevisión pública es la mejor de las plataformas para ofrecer esos valores que compartimos con ellas que tienen que ver con la cultura del esfuerzo, el producto hecho en casa, la denominación de origen, la marca Comunidad Valenciana con la tradición». La hoja de ruta está clara.

Presentación Son De Casa. À Punt.

El complemento a esta apuesta por la vuelta del histórico presentador Ximo Rovira se complementa con l’Alquería Blanca, serie que no requiere presentación en Valencia y que produce los sentimientos que tuvo Farmacia de Guardia, Médico de Familia o Cuéntame a nivel nacional, pero con el filtro valenciano, lo que le propicia un incomparable nivel de empatía con la audiencia potencial de À Punt.

La propuesta de la serie, que es un referente indiscutible, es, sin duda, la apuesta más potente y se le ha adjudicado un reto a su altura: que el domingo se acabe con «sofá, manta y Alquería». Esto sería la base para reconectar a la audiencia que no volvió tras el renacer de la televisión pública valenciana y para captar a los que todavía no tienen sintonizados el canal, un problema que no existía en la televisión del siglo pasado cuya esencia se anhela recuperar ahora.

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