Catalá solo permitirá que el 2% de las viviendas en Valencia pueda destinarse a alquiler vacacional

El equipo de gobierno de María José Catalá ha presentado una norma calificada como "de las más restrictivas de España"

Viviendas de uso turístico en Valencia

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El Ayuntamiento de Valencia ha iniciado la tramitación de su nueva ordenanza para regular los apartamentos turísticos, una normativa que el equipo de gobierno de María José Catalá ha considerado «de las más restrictivas de España» y cuyo objetivo principal es «proteger a los vecinos» y garantizar que la ciudad no pierda su carácter residencial.

La medida contempla un límite máximo del 2% de viviendas destinadas a uso turístico y establece cinco mecanismos de control que funcionarán como filtros excluyentes. “Si no se supera uno de ellos, el proceso de autorización se detiene de inmediato”, ha explicado el concejal de Urbanismo, Juan Giner.

La iniciativa, que se encuentra en fase de evaluación ambiental estratégica, ha sido aprobada este viernes en la Junta de Gobierno Local y marca un nuevo paso en la estrategia municipal para frenar la «expansión descontrolada» de pisos turísticos en la ciudad. Valencia sigue así la estela de otras ciudades europeas que han endurecido su regulación para contener el impacto del turismo en el mercado de la vivienda.

Cinco «candados» para limitar la expansión de las VUT

El nuevo marco normativo se fundamenta en cinco «candados» que actuarán como filtros progresivos para la concesión de licencias. El primero establece que el número total de plazas turísticas en cada distrito –sumando hoteles, hostales y apartamentos turísticos– no podrá superar el 8% del número de vecinos empadronados. Si un distrito alcanza ese umbral, no se podrán conceder nuevas licencias.

El segundo control aplica el mismo criterio a nivel de barrio, asegurando que ninguna zona de la ciudad supere ese 8%. “No se podrá superar ese porcentaje en ningún barrio, independientemente de la situación en el distrito”, ha detallado Giner.

El tercer filtro es el más restrictivo y afecta específicamente a las viviendas de uso turístico: en cada barrio, el número de apartamentos turísticos no podrá superar el 2% del total de viviendas residenciales. Esta medida, según el Ayuntamiento, busca «blindar la ciudad para los valencianos» y evitar que el mercado inmobiliario quede dominado por la oferta turística.

El cuarto “candado” introduce un criterio de dispersión para impedir la concentración de pisos turísticos en un mismo punto. Así, dentro de cada manzana de edificios, las VUT no podrán superar el 5% del total de viviendas.

El quinto filtro establece un límite del 15% en el uso terciario de los bajos comerciales para apartamentos turísticos. Al menos el 85% de los locales de la planta baja deberán destinarse a otros usos como oficinas, restaurantes, farmacias o clínicas. Este punto busca evitar la transformación del comercio de proximidad en una oferta turística homogénea.

Virar hacía el modelo residencial

El objetivo final de la ordenanza es revertir la tendencia de los últimos años y reforzar el carácter residencial de la ciudad. Para ello, el Ayuntamiento ha introducido incentivos para que los propietarios de apartamentos turísticos los reconviertan en viviendas tradicionales. «Flexibilizaremos la compatibilidad entre terciario y residencial para facilitar el regreso de estas viviendas al mercado de alquiler», ha afirmado Giner.

Además, la nueva norma se aplicará de manera especial en barrios con una elevada presión turística, como el Cabanyal, donde el límite de apartamentos turísticos se reducirá del 10% al 2%, y se establecerán medidas correctoras para evitar su concentración en una misma manzana. En Ciutat Vella, por su parte, se mantendrá la regulación específica que ya rige para este distrito.

Una respuesta inspeccionadora

El Ayuntamiento ha intensificado en los últimos meses la inspección y el cierre de viviendas turísticas ilegales. Según Giner, en el último año se han emitido más de 500 órdenes de cierre, y con la nueva normativa «las actividades ilegales nunca podrán legalizarse y deberán cerrarse».

Respecto a las licencias de apartamentos y hoteles ya solicitadas, el consistorio ha aclarado que se tramitarán bajo la nueva normativa una vez se levante la actual suspensión de concesión de permisos, en vigor desde mayo de 2023.

El Ayuntamiento de Valencia considera que esta normativa es esencial para garantizar un modelo turístico sostenible y preservar la calidad de vida de los vecinos. No obstante, la medida también ha generado críticas entre algunos sectores, que advierten sobre el impacto que podría tener en el sector turístico y en la inversión inmobiliaria.

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Ismael Cirujeda

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