El Puerto de Alicante emula al de Valencia e intensifica su conexión con Turquía ante la parálisis del Mar Rojo
Turquía se está erigiendo como nuevo puerto de referencia del Mediterráneo para conectar a los países de la península arábiga con el Mediterráneo occidental y el resto del continente europeo
El Puerto de Alicante estrena una nueva línea marítima con Turquía. Se trata de una conexión que está ganando mucha fuerza en los últimos meses, a raíz de la operación militar que Israel desplegó en la Franja de Gaza y que tuvo como respuesta el inicio de los ataques de los rebeldes hutíes a buques que cruzan el Mar Rojo, principal enlace marítimo entre Asia y Europa.
En este contexto, Turquía y, en particular, Estambul, se está erigiendo como nuevo puerto de referencia del Mediterráneo para conectar a los países de la península arábiga con el Mediterráneo occidental y el resto del continente europeo.
Es el caso, por ejemplo, de una de las navieras más grandes del mundo, la compañía alemana Hapag-Lloyd, que ya a finales de marzo, ante las escasas perspectivas de que la parálisis en el Mar Rojo y el Golfo de Adén finalice, incluyó al Puerto de Valencia entre las escalas de la ruta con la que conecta los puertos activos del Mar Rojo con Europa, Norteamérica y Latinoamérica.
La empresa germana aseguró que continuarán evitando las rutas que transitaban desde Asia hacia Europa a través del Mar Rojo y desviándolas a través del cabo de Buena Esperanza, bordeando el sur africano.
Sin embargo, la quinta naviera a nivel mundial sí que continúa operando desde determinados puntos de la zona, desde puertos que consideran seguros, situados entre el centro y el norte del Mar Rojo, por lo que sus cargueros en ningún caso cruzan hacia la zona en la que los hutíes están protagonizando sus ofensivas.
Este escenario está motivando la aparición de nuevas oportunidades de negocio para las navieras, pero también renovadas problemáticas. De hecho, se ha producido un desajuste entre las importaciones y las exportaciones que hay entre Turquía y España de manera que en Valencia se reciben más mercancías que las se exportan.
Esto hace que otra de las grandes navieras, la francesa CMA-CGM, acumule contenedores vacíos en Valencia que se acumulan en el puerto. La manera de contrarrestar este incremento de gestión es mediante la aplicación de nuevos sobrecostes.
Esta compañía, en concreto, ya anunció que, en el puerto de Valencia, instalación de referencia de las exportaciones españolas, comenzaría a aplicar un nuevo sobrecoste -ya activo- en las mercancías recibidas que oscila entre 150 y 200 dólares por los contenedores vacíos de 20 pies y entre 225 y 250 dólares por los de 40 pies. El motivo es lo que técnicamente denominan ‘Recargo por desequilibrio por equipo vacío’.
El problema de gestión de los contenedores vacíos es que el Mediterráneo se ha convertido en un culo de saco, es decir, ha pasado de ser zona de paso las mercancías entre Asia y Europa a ser un mar sin salida que desestima el uso del canal de Suez.
Para otras empresas, este cúmulo de circunstancias, en principio adversas, ha supuesto una oportunidad. Es el caso del grupo valenciano Romeu, el principal holding español de logística internacional de mercancías, que ha iniciado su actividad en Turquía a través de su filial TIBA, con una primera oficina operativa en Estambul.
Y no se quedará aquí. Siguiendo el plan de expansión, a la de Estambul le seguirán oficinas operativas en Mersin e Izmir y otras representaciones comerciales por todo el país otomano, desde donde la filial de Romeu reforzará sus conexiones con todas las áreas geográficas en las que está presente.
«La pandemia ha enviado un mensaje claro sobre la necesidad de reducir la exposición que suponía concentrar el 90% del suministro de insumos en una zona geográfica concreta. Si a ello unimos las recientes incidencias en el tráfico a través del Mar Rojo, que ha supuesto un aumento del tiempo de tránsito y un mayor consumo de combustible, con el consiguiente impacto medioambiental, queda clara la necesidad de alternativas de proximidad que reduzcan estos impactos», indicó junto al anuncio de su desembarco en Estambul José Ramón Arbeloa, consejero delegado de TIBA Iberia y Turquía.
Y es que esta situación tiene caras y cruces. También el propio recinto portuario de la capital valenciana está viendo un crecimiento en diversos tipos de carga, entre los que destacan los graneles sólidos (+51,69%), los vehículos (+17,80%) y también el transbordo (+13,93%), derivado precisamente del cambio de rutas de las navieras por la crisis del Mar Rojo.
El Puerto de Alicante se suma a esta tendencia
Pero es que, además de la problemática del Mar Rojo, Turquía es uno de los países de Oriente Medio que, por su posición estratégica, se sitúa como uno de los hubs logísticos potenciales más significativos, al estar situado en uno de los corredores comerciales en desarrollo más importantes del momento.
Ante esta situación, el Puerto de Alicante, por medio del Grupo JSV, acaba de inaugurar una nueva línea marítima de Short Sea Shipping, que lo conecta con Turquía en un tiempo récord de solo cuatro días. Esta nueva línea marítima, puesta en marcha en la nueva terminal de JSV, Hub Portuario Alicante, ha sido diseñada para optimizar las operaciones de exportación e importación, ofreciendo una alternativa más rápida y sostenible frente al tradicional transporte por carretera.
Esta nueva línea, aunque tiene el mismo tiempo de tránsito y capacidad que el transporte por camión, ofrece grandes ventajas para los clientes. Entre las bondades que destacan desde la Autoridad Portuaria de Alicante aparece que es más directa y eficiente, ya que logra evitar la congestión que afecta a los grandes puertos y que, al disponer de conexiones multimodales por ferrocarril y marítima exprés con Canarias, supone una significativa reducción en las emisiones de carbono, asegurando una entrega más rápida y respetuosa con el medio ambiente.
El puerto turco de Ambarli, en Estambul, estará conectado semanalmente para operaciones de exportación como de importación con el Puerto de Alicante, en tan solo cuatro días, y, a través de una línea exprés con las Islas Canarias con apenas diez días de tránsito, que tendrá escalas en Tenerife, Las Palmas y Arrecife.
Además, las mercancías que lleguen a través de esta línea marítima se beneficiarán de la avanzada infraestructura ferroviaria de la terminal portuaria de JSV en Alicante, donde la compañía quiere centralizar sus tráficos marítimos y terrestres.
Desde esta ubicación estratégica, las mercancías podrán conectarse por tren con Madrid (Abroñigal) y con el corredor Atlántico en Miranda de Ebro (Burgos). Esta eficiente conexión convierte al Puerto de Alicante en un nodo logístico clave para la distribución de mercancías con origen y destino en esta zona de Oriente Medio.
“De esta forma, apostamos por líneas directas y más eficientes, para adaptar nuestra estrategia de servicios rápidos a los nuevos requerimientos de la normativa medioambiental que entró en vigor en el sector marítimo en enero de este año”, explica la CEO del grupo JSV, Sonia Herzog, quien resalta también que “contar con nuestra propia terminal en Alicante nos abre infinitas posibilidades para ampliar nuestras conexiones multimodales».
Por su parte, Luis Rodríguez, presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, ha declarado que “la nueva conexión marítima reafirma nuestro compromiso e implicación con la sostenibilidad y la eficiencia logística, pero también con el sector productivo de nuestra provincia, cuyo potencial exportador e importador se verá reforzado”. “Hablar de sostenibilidad ambiental no quiere decir que el puerto de Alicante deba renunciar a su desarrollo, uso y servicio comercial e industrial, sino todo lo contrario”, ha señalado.
Fortalecer las relaciones comerciales entre España y Turquía
En ese sentido, ya en mayo, la Autoridad Portuaria asistía al ‘New Mediterranean Partnership Istambul/Alicante’, un encuentro empresarial hispano-turco organizado por Casa Mediterráneo y la Embajada de España en Turquía, de cara a fortalecer las relaciones comerciales entre España y Turquía, proporcionando una plataforma para que empresas punteras de ambos países descubran nuevas oportunidades de inversión y cooperación empresarial.
Y es que Turquía dispone en estos momentos de una de las economías emergentes más dinámicas y que, según la CEOE, ofrece entorno favorable para la inversión extranjera por su importancia a nivel regional, estabilidad política, ubicación estratégica, mano de obra calificada, dimensión del mercado interno y entorno seguro para la inversión.