MSC cancela viajes desde Asia a Europa y América durante cuatro semanas por el Año Nuevo chino

Las cancelaciones del principal operador del Puerto de Valencia se prolongarán durante gran parte de febrero

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El Año Nuevo chino, también denominado Fiesta de la Primavera, va a trastocar las operaciones comerciales de la principal naviera del mundo y principal operadora del Puerto de Valencia, MSC, que ha anunciado numerosas cancelaciones en sus rutas desde Asia hacia el Mediterráneo, el norte de Europa, Estados Unidos y Canadá.

La adjudicataria de la futura terminal norte del puerto valenciano suma así un nuevo contratiempo a los problemas que está afrontando el sector y que está provocando importantes retrasos y grandes incrementos en los precios. Primero, las navieras se vieron obligadas a evitar el Golfo de Adén y a recorrer entre 7.000 y 8.000 kilómetros más para bordear África por el Cabo de Buena Esperanza a causa de los ataques de los hutíes en el Mar Rojo.

En los últimos meses, además, se ha recrudecido la sequía que golpea al Canal de Panamá y esto también ha obligado a grandes compañías como Maersk a modificar sus operativas. Ahora, el Año Nuevo chino, que paraliza en gran parte al país asiático, obliga a tomar nuevas decisiones costosas en tiempo y dinero.

Esta es la festividad tradicional más importante del año en el calendario chino, que se replica en el este y sudeste del continente. El año 2023 se celebra en la cultura china el año 4721, el año del conejo de agua. Y esta celebración, que arranca el próximo 10 de febrero, supondrá el paso de China al año del Dragón de Madera, que finalizará oficialmente el 28 de enero de 2025. Las festividades se prolongarán durante 15 días para acabar con el Festival de los Faroles.

Cancelaciones de MSC desde China hacia medio mundo

Ante esta situación, desde MSC han comunicado a sus clientes cancelaciones desde Asia hacia medio mundo, que arrancarán la primera semana de febrero y se prolongarán hasta la última del mismo mes.

En concreto, serán siete los servicios cancelados desde Asia hacia el norte de Europa; cuatro hacia la costa oriental de Estados Unidos y Canadá; otras cuatro hacia la costa occidental de Estados Unidos, y tres más hacia el Mediterráneo, uno por semana en las tres primeras de febrero. Esto afectará directamente a las escalas en el Puerto de Valencia, puesto que, por ejemplo, el buque Jade -uno de los parados- hace escala habitualmente en la dársena valenciana.

La naviera ítalo-suiza ha señalado que tiene previsto ajustar su capacidad en función de la ralentización de la demanda en las rutas Asia-Europa debido al periodo del Año Nuevo chino.

Como resultado, los citados viajes serán cancelados. No obstante, desde MSC invitan a sus clientes a continuar haciendo sus reservas como de costumbre, ya que están preparando un plan de contingencia en toda su red de servicios.

Valencia, centro de operaciones de las navieras ante la situación del Mar Rojo

Esta situación se suma al cuello de botella que se está formando en estas rutas debido a la situación del Mar Rojo. El pasado lunes, Economía Digital ya informó de que las compañías más grandes del mundo en tráfico marítimo concentrarán las operaciones de todos sus buques desviados por el conflicto en el Mar Rojo y el Golfo de Adén en el puerto de Valencia. La dársena valenciana acogerá así el transbordo de las navieras transoceánicas para distribuir sus mercancías desde este punto hacia el resto del Mediterráneo.

La propia Autoridad Portuaria de Valencia (APV) confirmó este movimiento, que tiene como protagonistas a las navieras más grandes del mundo, que se están viendo afectadas por el conflicto que ha estallado en el mar Rojo a raíz de la guerra en Gaza y que ya ha registrado diversos ataques por parte de los hutíes a buques mercantes de compañías como MSC o Maersk. La primera en tomar esta decisión, tal y como adelantó Economía Digital, fue el gigante chino Cosco.

Leer más: Maersk, segunda naviera del mundo, advierte de «interrupciones significativas a nivel mundial» por el conflicto en el Mar Rojo

En el mismo comunicado dirigido a sus clientes, la multinacional ítalo-suiza aseguraba estar trabajando para «reducir el impacto en la integridad» de su calendario de operaciones y promete mantenerlos informados de la evolución de la situación. Ahora se suma un nuevo obstáculo.

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