Los proveedores de la automoción se vuelcan al avión para evitar el colapso del Mar Rojo
Las piezas viajan en palés de hasta dos metros cúbicos e incluyen desde faros hasta parrillas frontales del automóvil
Los proveedores de la automoción se han volcado al transporte aéreo para evitar el colapso producido por el conflicto del Mar Rojo que ha desviado el tráfico marítimo por el Cabo de Buena Esperanza. La falta de stock provoca que estos desvíos retrasen la entrega de mercancías entre tres y cuatro semanas. Con estos plazos sobre la mesa, el sobrecoste que supone enviar las piezas por avión se ha aceptado.
“Empieza a haber problemas para encontrar hueco en los aviones”, asegura a Economía Digital un alto directivo de una multinacional proveedora de piezas de la automoción. Tras autorizar un nuevo envío por avión de una veintena de palés de dos metros cúbicos, asegura que se ha instalado en el sector el “pain share” (dolor compartido), por lo que fabricantes y proveedores se están dividiendo al 50% el nuevo sobrecoste que ha llegado a la automoción vía el conflicto en el Mar Rojo.
El envío de piezas por avión no se limita únicamente a chips, cuyo tamaño y peso es nimio, sino que se alarga a elementos del coche más grandes como faros y hasta parrillas frontales. Otros proveedores apuntan que el problema se sitúa en «maquinaria y troqueles», mercancías que sí que van a sufrir retraso en las entregas pero que no suponen, habitualmente, una ruptura del stock.
La alternativa al avión es el tren pero eso conlleva nuevos riesgos. “El tren pasa por el territorio de Putin y hay riesgo de interrupciones en el suministro”, apuntan las fuentes consultadas. La decisión que están tomando los clientes es elegir entre “volar las piezas o jugártela con el tren”.
Desde la perspectiva del proveedor español de la automoción, la situación es de alerta roja aunque la mayoría no tienen proveedores en China que les vayan a afectar en su producción habitual. “En el centro de Europa están las fábricas que más problemas tienen”, comenta un proveedor que no tiene riesgo directo de falta de suministro porque sus proveedores y clientes están en Europa.
Preocupan los riesgos indirectos. Es difícil en estos momentos saber lo que que ocurrirá en cada una de las plantas europeas de la automoción. Los proveedores españoles, especialmente los TIER2, exportan parte de su producción a fuera de España y el riesgo de que paren la producción las fábricas en Europa por la falta de una pieza hecha en China es alta.
Mientras los proveedores están analizando los riesgos y adoptando soluciones como el envío de piezas por avión, los fabricantes muestran una notable serenidad. Stellantis afirma: «Debido a la situación en la región del Mar Rojo, las compañías navieras han comenzado a desviar los buques al Cabo de Buena Esperanza, aumentando el tiempo de tránsito. Si bien todavía no es posible identificar/predecir el impacto en las entregas en este momento, Stellantis está trabajando estrechamente con sus socios para evaluar la situación y encontrar las soluciones más adecuadas».
Seat asegura que está «trabajando con normalidad» mientras «monotoriza la situación» mientras Ford dice que no tiene impacto alguno del conflicto del Mar Rojo ni está utilizando el avión para el transporte de piezas.
En el caso de que los temores advertidos por los proveedores se trasladaran a los fabricantes, que trasladan normalidad, se produciría un corte en la producción por falta de piezas. La respuesta habitual a esta situación es el ERTE, una opción que tendría derivadas muy distintas en Seat o Stellantis que en Ford, ya que la planta de Almussafes tiene un excedente de plantilla para el cual no se ha adoptado ERE ni ERTE ya UGT exige conocer cuál será la producción futura de la factoría valenciana antes de negociar medidas como un expediente de regulación de empleo. Las novedades en este sentido no se esperan, como mínimo, hasta final de mes.