Las grandes navieras subirán 69 euros la tarifa entre Valencia y EE UU por el coste de las emisiones de CO2
El reglamento FuelUE Maritime establece que en la UE se deberán disminuir las emisiones en un 40% antes del año 2030
Algunas de las grandes navieras del mundo, como Hapag-Lloyd, Maersk y CMA-CGM, calculan que los costes por la aplicación de la normativa europea ETS, relativa a la reducción de gases de efecto invernadero, pueden superar los 100 euros en algunas de las rutas con más tráfico a nivel global. En el caso de las rutas de Maersk desde Norteamérica hasta el Mediterráneo, con el Puerto de Valencia como uno de los puntos neurálgicos, los sobrecostes alcanzan los 69 euros.
El sector del transporte marítimo se enfrenta a una serie de regulaciones por parte de Bruselas en lo referente a criterios de eficiencia energética y medioambiental. A principios de 2024, el precio de los permisos de carbono de la Unión Europea estaba alrededor de 80 euros por tonelada.
Estos valores suponen aproximadamente 7.000 millones de euros al año solo por el sistema ETS. Las principales navieras que explotan portacontenedores ya han hecho unas previsiones del sobrecoste sin reducciones por contenedor para un coste de 90 euros por tonelada de CO2, en línea dónde esperan que se sitúe próximamente el precio establecido por este sistema.
Con ello, estos tres gigantes del tráfico en el mar han calculado los sobrecostes que esta normativa de reducción de gases de efecto invernadero pueden suponer y la Fundación Valenciaport lo ha reflejado en uno de sus informes.
En concreto, la alemana Hapag-Lloyd estima, para las rutas entre Asia y el norte de Europa, un sobrecoste de 12 euros en los dry containers, los más habituales, y de 31 euros en los contenedores frigoríficos. En los tránsitos desde Asia Oriental y el sur de Europa, los que afectan a los puertos españoles, estaría entre los siete y los 16 euros en función del tipo de contenedor.
La francesa CMA-CGM estima estos sobrecostes en las rutas desde el Lejano Oriente hasta el norte europeo en 25 euros por cada dry container y hasta 40 euros en el caso de los contenedores frigoríficos. Mientras que, en el caso de la línea entre Norteamérica y el Mediterráneo, estos sobrecostes oscilan entre los 43 y los 65 euros por contenedor, según su tipología.
La danesa Maersk obtiene los cálculos más altos. En la ruta entre Norteamérica y el Mediterráneo, estos sobrecostes por compensación de emisión de gases de efecto invernadero van desde los 46 hasta los 69 euros en función del tipo de contenedor. Es entre el Lejano Oriente y el norte de Europa donde esta naviera estima las mayores subidas, con sobrecostes de 70 euros en contenedores de transporte seco hasta los 105 euros en el caso de los contenedores refrigerados.
¿Cómo funciona el sistema ETS?
El ETS se centra en la regulación y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante un sistema de comercio de emisiones y Bruselas ha establecido que el sector marítimo debe hacer frente a una reducción de las emisiones en los próximos años.
En concreto, según el reglamento FuelUE Maritime, en la Unión Europea (UE) se deberán disminuir las emisiones en un 40% antes del año 2030. Por su parte, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha pautado reducir al menos a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo internacional de aquí a 2050, al tiempo que se reduce la intensidad de las emisiones de CO2 al menos un 40% para 2030 y se aspira a una reducción del 70% para 2050 con respecto al valor inicial registrado en 2008, según recoge el estudio de la Fundación Valenciaport.
Además, el transporte marítimo se incluye, desde este año, entre las industrias afectadas por el régimen de comercio de los derechos de emisión de la Unión Europea. Esto obliga a los operadores de buques a comprar derechos por un porcentaje creciente de sus emisiones de CO2: un 40% de las emisiones en 2024, un 70% en 2025 y un 100% a partir de 2026.
Cada año, cerca de 120.000 buques mercantes transportan más de 10.000 millones de toneladas de carga por vía marítima entre unos 3.000 puertos. Esta actividad económica supuso en 2022 el 1,4% de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero (GHG), el 13% de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y el 12% de las emisiones de óxido de azufre (SOx), valores del orden de magnitud de las emisiones de Alemania en 2022.
¿Mayores costes para los consumidores?
Una vez revisados los indicadores establecidos por los organismos pertinentes, la Fundación Valenciaport considera evidente que, aunque su implementación tiene como objetivo principal mejorar la sostenibilidad, también plantea preocupaciones sobre cómo los costes operativos adicionales podrían afectar a los consumidores finales.
En este sentido, al aumentar los costes operativos, existe el riesgo de evasión y de pérdida potencial de carga en tránsito fuera de la Unión Europea (carga descargada de un buque para ser transferida a otro hasta su destino final).
Por tanto, para alcanzar los objetivos regulatorios propuestos, el informe de la Fundación del Puerto de Valencia considera fundamental el uso de combustibles alternativos con bajas emisiones de carbono.
Según la normativa europea sobre la contabilización de emisiones, tres tecnologías sobresalen como las más prometedoras para la descarbonización: el hidrógeno renovable, el amoníaco y el metanol renovable con captura y reciclaje de carbono. Estas opciones permiten eliminar el 100% de las emisiones, a diferencia del gas natural, que solo reduce un 17%. Al comparar estas tecnologías, el metanol destaca por su gestión más sencilla, menor necesidad de inversión y su compatibilidad con los motores de combustión.
La Fundación Valenciaport esgrime que la consecución de estos objetivos en los plazos marcados puede traer importantes consecuencias, por lo que aboga por la implementación en el corto plazo de medidas complementarias con un menor grado de disrupción.
Entre estas medidas se incluye la electrificación y la mejora de la eficiencia energética a bordo, la instalación de baterías para apagar motores durante maniobras en puerto, la adopción de Abastecimiento de Electricidad en Tierra (OPS) y la utilización de combustibles renovables y biocombustibles compatibles con los motores existentes.
Estas acciones representan una forma efectiva de avanzar hacia los objetivos establecidos de reducción de emisiones, concluye la Fundación Valenciaport.