La crisis de Ford Almussafes hunde las exportaciones de la Comunitat Valenciana
El desplome del sector ha sido un factor clave en la caída general de las exportaciones valencianas, que alcanzaron los 2.919 millones de euros en noviembre
La caída en la producción de la fábrica de Ford en Almussafes, unido a los efectos de la DANA, ha contribuido al desplome del 50,7% en las exportaciones del sector automovilístico de la Comunitat Valenciana durante noviembre de 2024, según el informe de la Secretaría de Estado de Comercio. Este retroceso, que afecta al principal motor industrial de la región, ha sido determinante para que las exportaciones valencianas registraran una caída global del 17,2% en comparación con el mismo mes del año pasado, mucho más acusada que la media nacional, del -6,4%.
El desplome del sector automovilístico ha sido un factor clave en la caída general de las exportaciones valencianas, que alcanzaron los 2.919 millones de euros en noviembre, un 27,6% menos en la provincia de Valencia, donde se concentra la actividad de Ford y sus proveedores. Esta contracción no solo afecta al automóvil, sino también a sectores como los bienes de equipo (-30,3%) y el material de transporte, que se redujo un 65,7%, reflejando el impacto directo de la crisis en la factoría de Almussafes.
Mientras tanto, otros sectores como los productos químicos (-13,7%) y la alimentación (-9,1%) también contribuyeron al descenso global de las exportaciones, a pesar del repunte en las ventas de productos energéticos, que crecieron un 29,3% gracias al gas. Esto ha dejado en déficit comercial a
Una crisis prolongada en Almussafes
La planta de Ford en Almussafes, que tradicionalmente ha sostenido buena parte de las exportaciones del sector, atraviesa uno de los peores momentos de su historia reciente. En 2024, se prevé que cierre el ejercicio con una producción cercana a las 135.000 unidades, muy por debajo de las 212.000 fabricadas en 2023 y marcando un nuevo mínimo desde 2011. Esta caída responde a la eliminación de varios modelos de su línea de ensamblaje, incluidos el Mondeo, el Galaxy y la Transit Connect, dejando al Kuga como el único vehículo que se produce actualmente.
La situación se agrava con la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que ha provocado parones de producción durante gran parte del año, afectando tanto a la plantilla directa de 4.700 trabajadores como a la extensa red de proveedores industriales que depende de la fábrica.
Un futuro incierto hasta 2027
Aunque Ford ha asegurado el futuro de la planta de Almussafes con la adjudicación de un nuevo modelo híbrido multienergía, su producción no comenzará hasta 2027. Este modelo, que podría alcanzar las 300.000 unidades anuales, ofrece esperanza a medio plazo, pero hasta entonces, la planta deberá afrontar un periodo de incertidumbre y ajustes. La automovilística ya ha anunciado la necesidad de un nuevo ERE para los próximos meses, mientras intenta sostener su actividad con un único modelo en producción.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ya advirtió sobre el efecto dominó que la crisis de Ford genera en la economía regional. “Si Ford se constipa, el parque de proveedores tiene una pulmonía”, afirmó recientemente, subrayando la importancia de medidas como el mecanismo RED para proteger el empleo y aliviar el impacto económico.
El descenso de las exportaciones del automóvil no solo afecta al balance comercial de la Comunitat Valenciana, sino también a su posición como uno de los principales polos industriales de España. La crisis de Ford, sumada a la competencia internacional y los desafíos tras la DANA, plantea la necesidad de diversificar el tejido productivo valenciano y buscar soluciones que permitan mitigar el impacto económico de esta crisis estructural.