Energía, auto y alimentación: sectores valencianos más castigados por el conflicto del Mar Rojo
El aumento de los costes de transporte se trasladarán a medio plazo a los precios finales, lo que limitará parcialmente la moderación de la inflación
La industria de la energía y los aparatos eléctricos, la automoción, la alimentación, la industria química y del plástico, la del metal y la textil serán los sectores de la economía valenciana más castigados por el conflicto desatado en el Mar Rojo y sus consecuencias sobre la cadena de suministro y el transporte marítimo.
Así lo expone un informe realizado por la Cámara de Comercio de Valencia en el que expone las principales problemáticas a las que se enfrenta la economía de la Comunidad Valenciana como consecuencia de los ataques de los hutíes a buques mercantes en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Estados Unidos y el Reino Unido derribaron el pasado martes hasta 21 drones y aviones lanzados por los rebeldes chiíes hutíes de Yemen a barcos comerciales que transitaban por el Mar Rojo, en una nueva ofensiva contra objetivos vinculados a Israel que supone el último episodio de una serie de ataques que se llevan sucediendo semanas.
El conflicto (iniciado tras el ataque de Israel a Gaza), lejos de amainar, se mantiene en niveles altos, lo que implica que la decisión de casi 18 navieras internacionales de evitar el Canal de Suez, utilizando la ruta del Cabo de Buena Esperanza, se mantendrá a medio plazo. De hecho, las principales navieras del mundo han decidido concentrar todo su tráfico marítimo europeo en el Puerto de Valencia para distribuir desde este punto sus mercancías al resto del continente.
Las implicaciones de esta situación no son graves para el comercio internacional, pero tampoco son nimias, dado que por el Mar Rojo y el Canal de Suez transcurre el 15% de los intercambios comerciales mundiales.
Cadenas de suministro tensionadas
A corto plazo, el informe señala que la duración del trayecto entre Europa y Asia se incrementa entre 7 y 14 días, lo que se está traduciendo en un retraso sobre las fechas previstas de la recepción de las mercancías, tanto en Europa como en Asia. Nuevamente, las cadenas de suministro de las empresas vuelven a verse afectadas por el alargamiento de los trayectos.
Estos trayectos más largos, sumados a la incertidumbre por el conflicto, se traducen en un aumento de los precios de los fletes, que se han más que duplicado en 15 días, en general y también en el Puerto de Valencia, nuevos recargos por riesgo y mayor precio de los seguros para estas rutas.
Entre las consecuencias a corto plazo para las empresas exportadoras valencianas, Cámara Valencia señala que las exportadoras de bienes perecederos con destino los mercados asiáticos corren el riesgo de que la mercancía no llegue en tiempo y/o llegue deteriorada, por lo que tendrán que sopesar si les resulta interesante vender en los mercados más lejanos ahora que la ruta es más larga, más allá de lo que supone el aumento de los costes de transporte.
Las empresas exportadoras que corran con los gastos de transporte verán durante un tiempo recortados sus márgenes de beneficios, mientras que el retraso en los plazos de entrega puede llevar a que los clientes asiáticos busquen proveedores más cercanos
En los 10 primeros meses de 2023 la Comunidad Valenciana exportó 112 millones de euros en productos no perecederos a los mercados asiáticos, entre los que destacan naranjas, cebollas, algarrobas, lechugas, caquis, carne o miel natural.
Un nuevo golpe para la automoción valenciana
En cuanto a las consecuencias a corto plazo para las empresas importadoras valencianas, el 40% de las mercancías importadas de Asia (exceptuando Asia Central) son bienes intermedios para la industria manufacturera valenciana. Es por ello por lo que esta situación vuelve a tensionar las cadenas de suministro y elevar los costes de fabricación, expone el informe, que indica los sectores anteriormente citados como los más afectados.
En el caso de la automoción, los neumáticos, los chips y diversas partes y accesorios del automóvil y de motores tendrán problemas para su llegada, lo que pone todavía más en jaque a un sector ya de por sí tensionado por los procesos de electrificación que, en el caso de la planta de Ford en Almussafes, parecen no acabar de llegar.
Asimismo, cerca del 48% de las importaciones procedentes de Asia son bienes de consumo. La nueva ruta, mas larga, implicará retrasos en la entrega de los bienes importados, advierte el informe.
Las consecuencias de envergadura a medio y largo plazo van a depender de la duración del conflicto y el tiempo que las navieras tengan que utilizar la ruta mas larga para unir Europa y Asia.
El alargamiento de los trayectos marítimos entre Europa y Asia -con el consiguiente aumento de costes- va a suponer un hándicap para volver a dinamizar el comercio entre ambas regiones. La diversificación de mercados hacia los países emergentes asiáticos, que estaba siendo una alternativa potencial para las empresas exportadoras valencianas ante el estancamiento del mercado europeo, posiblemente se vea ralentizado o paralizado por los costes y el tiempo que implica el cambio de la ruta comercial por el Cabo de Buena Esperanza.
Los mercados de América y, en menor medida, África, se puede convertir en opciones mas interesantes para los productos valencianos, destaca Cámara Valencia.
Acortamiento de las cadenas de suministro e impacto en los precios
De la misma forma, el encarecimiento y retardo de los imputs de la industria valenciana, puede volver a impulsar el acortamiento geográfico de las cadenas de suministro, y la búsqueda de proveedores alternativos (en la medida de los posible) a los asiáticos. Tendencia que se produciría también en Europa y podría beneficiar a la empresa exportadora valenciana, como proveedora del mercado europeo (tal y como ya sucediera en 2021).
En general, las empresas que se provean del mercado asiático volverán de nuevo a trabajar con stocks de inputs mas elevados, dado que los tiempos de transporte se alargan y tratarán de asegurar el ritmo de producción.
El aumento de los costes de transporte (fletes y seguros de carga) se trasladarán a medio plazo a los precios finales, lo que se verá reflejado sobre todo en la segunda mitad del año, limitando parcialmente la senda de moderación de la inflación, no sólo en España, sino también en Europa.
Resiliencia de las empresas valencianas
Pese a todo, el informe de la Cámara de Comercio de Valencia se muestra moderadamente optimista debido a que los últimos dos años han demostrado la resiliencia de las empresas valencianas ante la elevada volatilidad de los mercados internacionales y la incertidumbre generada por las consecuencias a nivel mundial de los nuevos conflictos geopolíticos.
En este sentido, indica que las empresas valencianas han tenido que afrontar fuertes y rápidos aumentos de costes de transporte y de precios de la energía, la rotura de las cadenas de suministro y el cierre de algunos mercados significativos como Argelia o Rusia. Con ello, han demostrado la capacidad de adaptación a las nuevas condiciones del comercio internacional, en el que se suceden de forma constante cambios sustanciales.
Los efectos del alargamiento de la ruta marítima entre Asia y Europa sobre la economía valenciana y sobre las empresas en particular no van a ser tan drásticos, ni tan intensos como los registrados en 2021 y 2022, pronostica Cámara, que añade que estos se concentrarán en aquella industria manufacturera más dependiente del mercado asiático como proveedor y en el sector exportador de productos perecederos.
Igualmente, pone de relieve que los efectos sobre los precios serán moderados -entre 1 o 2 décimas, según algunas estimaciones- y se dejará notar a mediados de año, en la medida en que las empresas vayan trasladando a precios finales el aumento de los costes de transporte.