La reconstrucción cultural tras la DANA necesitará 153 millones de euros: «Los daños son irreparables»

La riada del pasado 29 de octubre ha dejado al sector cultural valenciano sumido en una crisis que requerirá al menos 150 millones de euros para su recuperación, según cálculos de la Generalitat. Aunque el conseller de Cultura, José Antonio Rovira, ha solicitado recursos al Ministerio de Ernest Urtasun, incluyendo desgravaciones fiscales, ayudas directas y un bono cultural de 15 millones, profesionales del sector consideran que «se ha quedado corto», puesto que las medidas propuestas no son suficientes para paliar las pérdidas, que califican de «irreparables».

No obstante, fuentes de la Conselleria han explicado a este diario que los 153 millones solicitados al Ministerio de Cultura son una estimación inicial que “se puede ir ajustando” en función de las nuevas necesidades. El importe alcanzado resulta de la información recogida desde la Secretaría Autonómica de Cultura mediante los canales habilitados, así como de la proyección de las afecciones a corto plazo. Por tanto, se trata de un documento vivo, en evolución, ya que gran parte de la población afectada todavía no está en disposición de comunicar los daños.

El sector audiovisual ha sido uno de los más afectados. Teresa Cebrián, presidenta de la Academia Valenciana de l’Audiovisual (AVAV), ha destacado a Economía Digital que los daños materiales directos ascienden ya a medio millón de euros en su sector, incluyendo vehículos de producción y naves arrasadas.

Sin embargo, lo que más preocupa es el lucro cesante, estimado en al menos seis millones de euros. «Ya se están cancelando rodajes en la zona; esto afecta no solo a actores y técnicos, sino también a hoteles y servicios locales. La situación es crítica», ha advertido.

Sobre todo, ha querido aclarar que ya tienen constancia de que se están cancelando bolos en zonas no afectadas y piden que «no se cancele la cultura»: «Esto no es el Covid. Podemos juntarnos y respirar el mismo aire. Necesitamos que se hagan todos los eventos que estaban previstos, porque ya hay dos rodajes importantes que ya se han cancelado. Eso significa que ya no se ocupan hoteles ni se contratan todos los servicios que arrastra la cultura», explica la presidenta de la AVAV.

Artes escénicas y música, con cancelaciones y parón de ventas

El sector de las artes escénicas también ha reportado graves pérdidas. María Ángeles Fayos, presidenta de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas Valencianas (AVETID), estima que los daños directos e indirectos ascienden a 6,5 millones de euros, debido a la destrucción de almacenes, escenografías y equipos técnicos en las zonas afectadas, además de las cancelaciones de actuaciones en auditorios y casas de cultura.

«Esto es peor que el Covid. Ahora, además de perder actividad, las compañías se enfrentan a la pérdida de su material, lo que complica la reactivación», ha explicado a este medio. También ha querido enfatizar en que el sector de las artes escénicas está muy entrelazado, ya que «aunque tú tengas la oficina en Valencia, hay mucha gente que comparte depósito de material en almacenes de esa zona. De hecho, la mayoría de las compañías hacían su programación en auditorios de la Horta Sur«.

Desde el sector musical, la Asociación de Promotores Musicales de la Comunidad Valenciana también ha denunciado un parón en la venta de entradas para 2025. «No es solo el impacto inmediato, sino el efecto a largo plazo. Sin incentivos fiscales y un plan estratégico claro, será difícil reactivar la actividad», han señalado.

Incentivos fiscales y ayudas directas para recuperarse del golpe

Los diferentes representantes culturales a los que ha tenido acceso este medio exigen medidas concretas e inmediatas para evitar el colapso del sector. Una de las más importantes a las que hacía referencia la presidenta de la AVAV y que Rovira le pidió al ministro Urtasun era desgravaciones fiscales extraordinarias de hasta el 50%, similares a las de comunidades como Canarias o el País Vasco, con el objetivo de incentivar rodajes y eventos en territorio valenciano.

De igual manera, también han pedido desde la Academia que en las cuotas de la Seguridad Social que corresponden al empresario se rebajen al 50% para contratación de profesionales valencianos en rodajes: «Nos parece que esto es una medida que también puede estimular la reactivación de los trabajos. Debe ser un proceso lo más rápido posible», ha asegurado Cebrián.

Por último, todos los sectores consideran imprescindible un bono cultural o bono joven destinado a Valencia que el propio Rovira le pidió al ministro, ya que eso permitiría reactivar la industria por parte de la oferta, ya que «en el momento en que se empiece a recuperar y en el que la gente empiece a hacer consumo, van a ir a comprarse una nevera o una cama, no al teatro», confiesan fuentes del sector.

Una puesta en escena difícil de cuadrar

Asimismo, critican la falta de planificación estratégica y la descoordinación administrativa. «La Conselleria está perdida y no hay directrices claras. Necesitamos un perfil técnico que entienda las necesidades del sector y se enfoque en soluciones prácticas», ha señalado un representante del sector musical.

En este sentido, el conseller de Educación ha transmitido al ministro Urtasun que, desde el comienzo de la tragedia, la Conselleria, a través de la Secretaría Autonómica de Cultura, ha estado en permanente contacto con los sectores afectados para conocer de primera mano el alcance de los daños y coordinar iniciativas que den respuesta a sus necesidades a corto plazo.

Rovira ha defendido su plan de choque, que incluye una inversión inicial de 153,3 millones de euros, pero los profesionales creen que esta cifra apenas rasca la superficie de las necesidades reales. «Si no se actúa con contundencia, no solo perderemos nuestro patrimonio cultural, sino también nuestra capacidad de producción artística y creativa.», apunta Fayos.

Con el sector cultural representando un 4% del PIB valenciano, su reactivación no es solo una cuestión económica, sino también social y emocional, indispensable para la recuperación de una sociedad golpeada por la catástrofe.