Vox protagoniza la primera crisis económica del gobierno valenciano al enfadar a los agricultores

AVA recibe el apoyo de los sectores industriales y de comercio para crear una comisión que elabore estudios sobre la situación de la agricultura

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La estabilidad y buena relación entre los sectores económicos de la Comunidad Valenciana y el gobierno autonómico tiene ya su excepción marcada. Las organizaciones agrarias de diversa índole ideológica (AVA-Asaja, La Unió y CCPV-Coag) han puesto en la diana a José Luis Aguirre, conseller de Agricultura de Vox, que es el protagonista de la primera crisis económica del gobierno valenciano que preside Carlos Mazón.

Pasado un año de las elecciones, más allá de alguna crítica fugaz, el idilio con los empresarios, tanto por parte de la patronal CEV que preside Salvador Navarro, la Cámara de Comercio de José Vicente Morata como de AVE, el lobby de Juan Roig y Boluda, con Carlos Mazón se ha mantenido con notable solvencia.

Hay polémicas en educación y cultura pero esto siempre estuvo descontado. Las diferencias ideológicas entre la izquierda y la derecha hacen que las actuaciones de un lado sean criticadas por el contrario de manerea sistemática, especialmente en las temáticas más proclives a la protesta. No existe ahora más tensión que la que se provocaba en la legislatura pasada con las políticas opuestas a las actuales. Otra cuestión son los sectores económicos. Ahí gusta más la negociación en la mesa que en la calle.

Por ello cobra mayor relevancia la primera protesta en la puerta de una conselleria económica como es la de Agricultura. Varios centenares de agricultores se congregaron este viernes para manifestar su oposión a Aguirre. Los gritos de «dimisión» ya se han oído en el complejo administrativo 9 d’Octubre y han sido por Vox.

Hace ya meses que la tensión entre las organizaciones de agricultores y la conselleria de Agricultura han ido aumentando. En febrero, cuando el conseller Aguirre compareció de manera consecutiva varias semanas junto a Ruth Merino, portavoz del Consell, en las ruedas de prensa posteriores a las reuniones del ejecutivo valenciano, se empezó a fraguar este descontento que al no ser abortado se ha desatado.

El anuncio de diversas medidas de la consellería de agricultura controlada por Vox coincidiendo con la ola de tractoradas de toda Europa permitió a Aguirre empezar a tener protagonismo. Fuentes próximas a Mazón consideraron entonces que era normal que el de Vox aprovechara que las problemáticas del campo estaban de actualidad para aparecer en las ruedas de prensa.

Desde el punto de vista de las organizaciones de agricultores, la postura de la Consellería fue la de «abrir las orejas». El problema, explican, es que «las manos las siguen teniendo en los bolsillos». Este fue el argumento de la manifestación. No se recrimina a Mazón que la conselleria de Agricultura carezca de fondos para ayudar a los agricultores, si no que se centran en que Aguirre no gasta el presupuesto consignado y, por tanto, el dinero no llega a los agricultores. De ahí la escenificación de tirar billetes de 500 euros con la cara del conseller en la puerta de su oficina.

El problema, además, no es sólo de gasto sino, especialmente, de sintonía. «No son valientes. Sólo quieren reuniones y no sabemos si van para delante o para atrás. Tienen que saber quién es quién y tomar decisiones estratégicas», recrimina Cristóbal Aguado, presidente de AVA, que en conversación con Economía Digital, eleva el tono: «Se van de Fallera Mayor por los pueblos cuando lo que necesitan los pueblos son soluciones».

La frase viene porque Aguirre no estaba en su despacho el viernes cuando los agricultores se manifestaron en la puerta de la conselleria y, en su lugar, estaba en las Hogueras de Alicante. Y AVA quiere más trabajo de despacho con decisiones de despacho que fotos.

Es lo que ha hecho AVA en la CEV. La patronal a propuesta de los agricultores «y con el respaldo de todos los sectores del comercio y de la industria«, relata Cristóbal Aguado, ha aprobado esta semana la creación una comisión para elaborar estudios que refrenden la situación que sufre la agricultura de la Comunidad Valenciana.

«Hemos mostrado nuestra preocupación y toda la CEV nos apoya», explica Aguado en lo que no sólo es un respaldo concreto al sector de la agricultura sino el reconocimiento por parte de la CEV de dónde hay un grave problema político-económico en la Comunidad Valenciana. No significa esto que en la patronal no preocupen otros sectores como la automoción o la cerámica, pero ninguno de estos dos sectores se han manifestado en la puerta de una conselleria tras haber recibido el respaldo de la patronal para hacerlo.

La lista de problemas que arrastra la agricultura es amplia pero inciden en que la falta de compromiso de Vox en sus promesas es lo que más ha deteriorado la relación. Uno de los ejemplos fue la rueda de prensa del 16 de abril de la consellera de Justicia, Elisa Núñez, en la que se comprometió a emitir una nota aclaratoria lo más rápido posible sobre la prohibición de las quemas agrícolas. «No lo ha hecho aún», asegura Aguado.

Desprecio de Vox y acercamiento de Compromís

José María Llanos, portavoz de Vox en el parlamento valenciano, ha criticado a los agricultores por convocar manifestaciones contra Vox asegurando que no hubo protestas en la etapa de Botànic. La Unió ha recopilado las protestas realizadas desde 2012 donde ataca a todos los gobiernos independientemente del color.

La diferencia está en que cuando los agricultores protestaban, por ejemplo en la puerta de Les Corts por la miel, no había miembros de la oposición (ni PP ni VOX) respaldando, lo que implicitamente supone politizar la protesta. En la protesta del viernes sí que estuvo Sergi Campillo, exvicealcalde de Valencia de Compromís y ahora concejal en la oposición, sumándose a los gritos de «Aguirre, dimisión».

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