La uva del Vinalopó arranca con una cosecha «excepcional» pese a las cargas del agua y la competencia

La campaña de la uva embolsada del Vinalopó ha arrancado oficialmente con el corte de la primera uva, una tradición que marca el inicio de la comercialización de este producto con Denominación de Origen Protegida (DOP). Aunque el sector encara el año con expectativas positivas, sigue enfrentándose a retos importantes como la competencia desleal y la escasez de agua.

José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante, ha descrito el contexto actual del mercado como de «normalidad», destacando la calidad del producto y la profesionalización del sector. «Tras años de crisis, se está consiguiendo, gracias a la profesionalidad de los agricultores, ofertar cada día una uva de gran calidad», asegura Andreu.

No obstante, ha subrayado que la presión de otras regiones, como Murcia, donde ofrecen su producto todo el año, está modificando la estacionalidad del mercado, lo que resta protagonismo a la uva tradicional del Vinalopó. “Debemos educar al consumidor de que en marzo o abril no encontrará nuestra uva”, ha añadido.

Desafíos hídricos que pasan por el trasvase Júcar-Vinalopó

Claramente, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector es la falta de agua, una situación especialmente crítica en la provincia de Alicante: «Sin agua de calidad, no puede haber agricultura», advierte Andreu. La sobreexplotación de acuíferos y el elevado coste del agua extraída de pozos incrementan el precio de producción.

A esto se suma la necesidad de recurrir a trasvases, como el del Júcar-Vinalopó, cuya primera fase ya está operativa, según anunció ayer el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, durante el acto de la primera uva.

Mazón destacó la importancia de este trasvase para garantizar el suministro hídrico a los agricultores del Vinalopó. «El tramo uno funciona a magnífico ritmo y estamos ejecutando el tramo dos, con una inversión de más de 30 millones de euros», afirmó el presidente. Sin embargo, insistió en que es crucial que el Gobierno de España cumpla su compromiso de modernizar el embalse de San Diego, «una infraestructura esencial para la estabilidad del sector».

La primera uva ya parte con desventaja

Otro problema clave para los agricultores es la competencia desleal de terceros países que no cumplen con las normativas europeas en términos fitosanitarios y laborales. En este sentido, Andreu ha denunciado que los agricultores locales están en desventaja. «No tengo problemas en competir, pero no es justo hacerlo contra países que usan productos químicos prohibidos aquí. Es competir con coches diferentes», ha señalado.

Esta falta de reciprocidad en las exigencias a la producción de fruta fue también motivo de protesta en Bruselas este año, donde Mazón defendió la necesidad de igualdad de trato entre los productos comunitarios y los importados.

Pese a los desafíos, Beatriz Rocamora, directora de la DOP Uva Embolsada del Vinalopó, confía en que la campaña de este año será similar a la de 2023, con una producción estimada de 33 millones de kilos. «A nivel de calidad, tenemos muy buenas perspectivas», afirma Rocamora, quien ha destacado que el clima seco ha favorecido el buen cuaje del fruto, reduciendo el riesgo de putrefacción.

Además, ha resaltado la importancia de diferenciarse en el mercado mediante la calidad y el método innovador del cultivo, que no utiliza pesticidas y protege el fruto con una bolsa de plástico.

La innovación también es clave para la supervivencia del sector, aunque Rocamora señala que eso no tiene porque traducirse en nuevas variedades: «Innovar no es solo buscar más variedad, sino ver cómo digitalizar el sector», comenta. Además, subraya la necesidad de aumentar los controles en la cadena de comercialización para evitar fraudes y proteger el valor de la DOP.

Buenas perspectivas gracias a una lluvia «fabulosa»

El clima ha jugado un papel favorable en el desarrollo de la uva este año. Según el presidente de ASAJA Alicante, «la lluvia natural ha sido fabulosa», lo que ha permitido que la fruta crezca con un mayor tamaño y desarrollo, algo que augura una buena campaña tanto en términos de calidad como de rentabilidad para los agricultores.

Sin embargo, el número de hectáreas cultivadas ha disminuido un 5% respecto al año anterior, lo que refleja las dificultades que aún enfrenta el sector, entre ellas la baja rentabilidad en ciertas explotaciones y el abandono de cultivos como la variedad ‘Ideal’, más difícil de exportar.

Pese a estos retrocesos, el sector mira con optimismo la campaña de invierno. «Vamos a reactivar muchas cosas que costaban poner en marcha», concluyó Andreu, quien confía en que las medidas que se están tomando, tanto a nivel institucional como por parte de los agricultores, permitan consolidar la posición de la uva del Vinalopó en un mercado cada vez más global y competitivo.