PSOE promete a los agricultores más Pacto Verde, PP quiere reprogramarlo y VOX, eliminarlo
Sumar-Compromís no se presenta al debate en el que PP y Vox apuestan por la sostenibilidad económica mientras el PSOE fia el futuro agrícola a la I+D+i
El PSOE y Sumar demostraron ayer que no entienden a los agricultores de la Comunidad Valenciana y que sus reclamaciones no tendrán cabida en el Parlamento Europeo. Durante el debate por las elecciones europeas organizado en el Ateneo Mercantil de Valencia por AVA y La Unió, las dos organizaciones agrícolas valencianas más representativas, se presentó el PP con vocación de conjugar la sostenibilidad social, medioambiental y económica y Vox con una actitud radical encaminada hacia la derogación de las políticas europeas.
La principal conclusión del debate fue que el PSOE quiere aumentar la dotación presupuestaria para el cumplimiento del pacto verde, el PP opta por una reprogramación de los objetivos mientras Vox opta por eliminar el Pacto Verde.
El inédito debate llega tras las protestas de agricultores por toda Europa y con importante incidencia en España. Las tractoradas buscaron que la agricultura se convirtiera en tema central de las elecciones europeas y tras las buenas intenciones y muestras de solidaridad mostradas durante las manifestaciones el objetivo de los agricultores fue dejar constancia de las promesas electorales de cada partido.
El interés de cada partido político por el debate fue proporcional al nivel compromiso. La candidatura de Sumar, donde se ha integrado Compromís, dio la espalda a los agricultores. Ni se presentaron al debate cuya única condición era que el representante político formara parte de la candidatura. Nadie de esta formación quiso participar del debate organizado por AVA y La Unió.
El PSOE tampoco andó lejos. Se presentó al debate con Bartolomé Nofuentes, el número 49 de la lista y, por tanto, candidato con nulas opciones de ser europarlamentario. Se echó de menos a Inmaculada Rodríguez Piñeiro, que se había ganado un amplio respecto en el sector primario valenciano.
En sus breves intervenciones en las que no agotó el tiempo asignado, lo que fue interpretado por parte del auditorio como signo de desinterés por la agricultura por parte del PSOE, el mantra que más repitió el experto en fondos europeos fue la «apuesta por el investigación y la innovación». Defendió que así se haría frente a las plagas y se ganaría competitividad. También propuso mejorar la eficiencia energética y «digitalización no sólo en el entorno de trabajo sino también en la comercialización».
Sobre las propuestas en sintonía con las principales peticiones del sector, el PSOE defendió las inspecciones de plagas en origen y los controles en Europa como «los que tiene Corea y Estados Unidos».
El número 49 de la lista del PSOE a las elecciones europeas defendió que «la agricultura necesita un impulso» y se comprometió a que «el PSOE va a dotar a la línea para acompañar la transición hacia una Europa verde«.
La postura de Vox fue la contraria. El número 7 de la lista de Vox, Pedro Narro (que tiene opciones de salir elegido pero no la seguridad), prometió la derogación del Pacto Verde. Tras decir que Vox no era un partido radical y asegurar que «el calentamiento global es una realidad y es un hecho que los agricultores llevan años mejorando sus prácticas», apuntó: «Pedimos derogar el Pacto Verde por lo han hecho socialistas y populares».
El discurso del voxista se basó en continuas interpelaciones a las reclamaciones históricas del sector. Habló de las ventas por debajo de costes, de la «falta brutal de materias activas para que los agricultores produzcan» y de que el «comercio agroalimentario injusto socava la economía».
Misma sintonía mostró el PP, cuyo candidato, Juan Ignacio Zoido Álvarez (número 14 de la lista del PP y, por tanto, único candidato del debate que tiene seguro que será europarlamentario), que empezó asegurando que coincidía de la «A a la Z con todo lo que han dicho en la introducción», que realizó Cristóbal Aguado, presidente de AVA, y Carlos Peris, secretario general de La Unió.
Zoido fue el que más conectó con los agricultores con mensajes como «votamos no en la estrategia de la granja a la mesa porque impone una carga excesiva a la agricultura«, «la competencia deseal hay que frenarla y la reciprocidad hay que exigirla» o «pedimos el cumplimiento escrupuloso de los acuerdos con Egipto, Marruecos y Sudáfrica».
Sobre el pacto verde, el representante del PP cargó contra su «nefasta aplicación con unos plazos inasumibles por lo que pidió una «reprogramación».
El debate, que fue casi de guante blanco porque el bando de la izquierda era notablemente más débil, apenas tuvo momentos de tensión o polémica. El representante del PSOE intentó atacar a Mazón por haber llamado chiringuito a la Agencia Valenciana de Información y Control Alimentarios. El intento quería ponerse como prueba de que el PP estaba en contra de la investigación en materia alimentaria. Zoido, el representante del PP en el debate, le preguntó que I+D había hecho y si no era cierto que todo el coste se había destinado a salarios (y por tanto era un chiringuito). La incapaz de responder del PSOE sepultó su crítica.
No salió tan bien parado Vox, al que el representante del PSOE le acusó de que el actual comisiario de Agricultura era de su cuerda política y que, por tanto, era responsable de las políticas agrarias europeas.
El otro charco en el que se metió sin necesidad el representante del PSOE fue cuando atribuyó a los agentes sociales la necesidad de manifestarse para «estar presente en la toma de decisiones». Con las tractoradas del principio de año y la petición a comprometerse de los agricultores hacia los políticas, esta petición chirrió.
El PP, que tenía a un exministro y exalcalde de Sevilla en el debate, tuvo la ventaja de las tablas de su candidato para no caer en los errores de sus rivales mientras repetió en varias ocasiones una idea sonora: «Hay que tener sostenibilidad social, medioambiental y económica». Esto significa que los ciudadanos accedan a alimentos de calidad a precios asequibles, que se soporte todo el coste que implica el estandar medioambiental y que el agricultor reciba una renta suficiente. Nadie le preguntó cómo se consigue eso ni Zoido lo contestó.