Barrachina acusa a Sánchez de condenar a los agricultores con la eliminación del Trasvase Tajo-Segura

El conseller de Agricultura advierte que sin agua para regar, la región está destinada a convertirse "en el desierto de Europa"

El conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana, Miguel Barrachina. Foto: Eduardo Manzana / Europa Press.

El conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana, Miguel Barrachina. Foto: Eduardo Manzana / Europa Press.

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El conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina ha acusado al Gobierno encabezado por Pedro Sánchez de condenar a la agricultura de la provincia de Alicante con la eliminación del Trasvase Tajo-Segura. También ha afeado que el trasvase se mantenga para el abastecimiento destinado al consumo humano y para el riego, únicamente en momentos de sequía.

También ha enfatizado que la intención del Ejecutivo es pedir que las zonas receptoras de caudales apuesten por la desalación para mantener el sector agrícola de regadío. «Las desaladoras no son sustitutivas del agua dulce que viene a través del trasvase», ha destacado para después añadir que no es una opción para los cultivos valencianos «por su calidad, su elevado coste para los regantes y su grandísimo impacto ambiental negativo».

En este sentido, ha advertido que los caudales que ahora llegan del acueducto pasarán a ser suministrados por desalinizadoras «multiplicando por tres o cuatro veces su precio actual», una subida que no puede ser asumida por los agricultores valencianos, ha trasladado.

«Cada día han de haber más infraestructuras hidráulicas que permitan recoger la intensa lluvia concentrada en menos, para defender a las poblaciones aguas abajo y además darle un uso agrario, dado que las etapas de sequía serán más prolongadas», ha señalado.

Barrachina ha dejado bien claro que desde la Generalitat Valenciana no permitirán que «ocurra» y van a defender el mantenimiento del trasvase desde el punto de vista político, pero también el judicial.

Tras asegurar que acabar con el trasvase acarreará la destrucción de 22.000 puestos de trabajo y la tala de 10 millones de árboles, ha lamentado que el Gobierno dé la espalda a la agricultura valenciana. «Sin agua para regar estamos condenados a convertirnos en el desierto de Europa», ha zanjado.

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